Periodista especializada en Minería, Energía y Ambiente.

Los distintos tipos de cambio ponen trabas a la continuidad de la minería del oro y la plata.
El escenario se profundiza en los yacimientos maduros donde los costos son aún más onerosos.
A eso se suma la inexistencia de nuevos proyectos.

En el campo de la minería, los proyectos de litio y de cobre se presentan como los más promisorios del país y lo posicionan además en un lugar geopolítico protagónico en la escena global de la transición energética.

Pero son el oro y la plata los minerales que tienen más peso en las arcas fiscales y también, los que enfrentan hoy una ecuación económica y financiera insostenible y un panorama incierto para el resto del año y el próximo. 

De acuerdo con el último informe mensual de la Secretaría de Minería de la Nación, las exportaciones mineras alcanzaron en el primer trimestre los US$ 1.020 millones.

De esa cifra total, las exportaciones de minerales únicamente metalíferos acumularon en los 3 primeros meses del año US$ 753 millones: en ese conjunto está el oro que aportó US$ 543 millones (53% del total exportado), la plata, US$ 199 millones (20% del total exportado) y el resto de los metalíferos, completaron US$ 11 millones (1% del total exportado).

Es decir que las productoras de oro y de plata son las que representan más del 70% de lo que genera toda la minería a nivel nacional, uno de los únicos tres sectores de la economía que aportaron divisas al país en 2022, y sostienen a un amplio entorno productivo.

No obstante, la brecha cambiaria y la imposibilidad de contar con un dólar minero – pedido que ya le hizo el sector al Gobierno nacional sin éxito- aparece hoy como el mayor impedimento, no como una única variable, pero sí como la clave que acentúa todo un paquete de dificultades propias y ajenas, entre las que se combina una inflación imparable con una crisis financiera mundial que tiene multiples aristas.

El impacto en los costos productivos, nominados en un dólar paralelo y que genera inflación en dólares, es lo que hace insostenble hoy al sector aurífero, sobretodo en los yacimientos maduros donde los costos se vuelven aún más onerosos.

Las productoras de oro y de plata representan más del 70% de lo que genera toda la minería a nivel nacional, uno de los únicos tres sectores de la economía que aportaron divisas al país en 2022

No falta mucho para que este panorama se empiece a ver reflejado en los números finales; de hecho, coinciden voces del sector que el próximo año va a haber una importante caída de las exportaciones de oro y de plata a nivel nacional.

Minería oro
La actividad minera de oro y plata en Argentina, con pronóstico pesimista rumbo al 2024.

Por otra parte, no hay nuevos proyectos mineros metalíferos de oro y plata que estén cercanos a la decisión de construcción, es decir que puedan pensarse como un empalme con los que están sí más cerca de su cierre o agotamiento para darle continuidad a la actividad y a toda su cadena de valor.  

De hecho, en un informe sobre el mercado del oro que publicó la Secretaría de Minería de la Nación en enero, se indica que se cree que el futuro de la extracción del metal dorado para el país podría estar atado a grandes proyectos de tipo pórfido, cuyo principal commodity es el cobre, y tiene como mineral secundario al oro, como El Pachón, Los Azules, en San Juan, y Taca-Taca, en Salta.}

En varias oportunidades, la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) advirtió que en todo el territorio nacional no existe ningún yacimiento de oro en construcción, ni tampoco en etapas avanzadas de desarrollo, como la factibilidad o la prefactibilidad. “Esto significa que puede pasar hasta una década para que en el país se ponga en marcha un nuevo proyecto de oro”, señaló la entidad.

Las provincias que se destacan en minería

Según el informe sobre el origen de las exportaciones de minerales, que mes a mes actualiza la Secretaría de Minería de la Nación, del total exportado en el primer trimestre del año, el 98,5% fue explicado por 5 provincias: Santa Cruz, Jujuy, San Juan, Salta y Catamarca.

De ese quinteto, solo las ventas al exterior de Santa Cruz, que concentra gran parte de esas operaciones metalíferas que sostienen los niveles productivos del sector minero a nivel nacional, sumaron unos US$ 408 millones entre enero y marzo inclusive, lo que representan el 40% del total registrado en el país (Jujuy la sigue lejos con 23,3%). En efecto, la provincia patagónica cuenta con siete establecimientos en operación (la sigue Jujuy con cuatro, el resto de los distritos mineros tienen dos o menos).

Entre las minas activas ubicadas en el Macizo del Deseado se destaca Cerro Vanguardia, operativa desde 1998 y en fase de agotamiento, y Cerro Negro, que fue inaugurada en 2014 con una fecha de cierre estimada para 2035 -es la mina que más años de vida útil le quedan-. Ambos yacimientos santacruceños se ubican entre las mayores 40 operaciones globales en oro y plata.

Así las cosas, los únicos proyectos mineros que están en plena etapa de construcción en el país son de litio. De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Minería, la efectiva puesta en marcha de seis proyectos que están algunos ejecutando ingeniería de detalle, otros definiendo trabajos de construcción y otros tres en etapas avanzadas, podrían posicionar a Argentina hacia 2030 como el segundo productor global del mineral blanco. Actualmente, el país ocupa un cuarto lugar alejado de los tres primeros Australia, Chile y China. 

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