Luego de presentar el ambicioso playh de YPF en Wall Street, el CEO de la compañía anunció un acuerdo con la italiana Eni para que perticipe en el desarrollo y trascendió que está cerca de avanzar con nuevos socios.
Luego de presentar en Nueva York su nuevo y ambicioso plan estratégico, YPF sigue dándole máxima prioridad a su proyecto de gas natural licuado (GNL) y sale nuevamente a buscar aliados globales para acelerar su desarrollo.
En ese contexto, el CEO de la petrolera nacional, Horacio Marín, acaba de firmar un acuerdo con la italiana Eni y ya tiene previsto un viaje a Europa para sumar a una “supermajor” -como definió con misterio al potencial nuevo socio- al tercer módulo del complejo Argentina LNG.
Durante el Investor Day 2025 en Wall Street, la compañía detalló por primera vez el alcance total de este ambicioso proyecto, que contempla una capacidad instalada de 28 millones de toneladas anuales (MTPA). Todo se financiará bajo el modelo de project finance y será alimentado con gas no convencional de Vaca Muerta.
“Nos complace enormemente firmar este acuerdo con Eni, que nos permitirá acelerar el cronograma del proyecto Argentina LNG. Vemos un gran interés a nivel mundial, tanto de grandes empresas productoras como de países interesados en adquirir gas de Vaca Muerta”, dijo Horacio Marín.
Argentina LNG 1 entraría en operación entre 2027 y 2028, con dos unidades flotantes (FLNG) y un gasoducto de 580 kilómetros.
YPF planea participar con entre el 20% y 30% del equity, aunque todavía no tiene socios confirmados para esta etapa, pero sí está avanzando en negociaciones con compradores de largo plazo.

Argentina LNG 2 está proyectado para 2029-2030 y será el primer módulo con instalaciones propias y dos FLNGs construidas a medida. El socio estratégico en esta etapa será Shell, y se estima una inversión de entre 10.000 y 12.000 millones de dólares. YPF prevé aportar entre el 30% y el 35% del capital, mientras que el resto provendrá de socios internacionales y financiamiento estructurado.
Argentina LNG 3 es la gran apuesta: sumará otros 12 MTPA de capacidad instalada, con puesta en marcha prevista entre 2028 y 2029. Marín viajará a Europa en los próximos días para cerrar un acuerdo con una supermajor energética que permita destrabar la decisión final de inversión (FID) durante el último trimestre de 2025.
Además del GNL, YPF avanza con Vaca Muerta Sur, un oleoducto de 440 km diseñado para exportar crudo, y busca integrarse a las redes logísticas internacionales para fortalecer su posición global.
Acuerdo con Eni para acelerar el proyecto
En paralelo, Marín firmó un Memorando de Entendimiento (MOU) con Eni, la energética italiana, para desarrollar en conjunto una etapa integrada del proyecto Argentina LNG, que incluye desde la producción de gas en Vaca Muerta hasta su exportación.

El acuerdo abarca la construcción de dos unidades flotantes de GNL con una capacidad conjunta de 12 MTPA (6 MTPA cada una), e incluye toda la cadena de valor: producción, transporte y licuefacción.
“Nos complace enormemente firmar este acuerdo con Eni, que nos permitirá acelerar el cronograma del proyecto Argentina LNG. Vemos un gran interés a nivel mundial, tanto de grandes empresas productoras como de países interesados en adquirir gas de Vaca Muerta”, declaró Marín.
Desde la otra parte, Eni destacó el reconocimiento a su trayectoria internacional: “La elección de Eni por parte de YPF como socio estratégico refleja la experiencia específica y distintiva que hemos desarrollado en proyectos de GNL en Congo y Mozambique, y el reconocimiento de nuestro liderazgo global en la ejecución de proyectos que utilizan esta tecnología”, afirmó Claudio Descalzi, CEO de la compañía.
El GNL, pieza clave del nuevo modelo productivo de YPF
El gas natural licuado (GNL) no solo es una apuesta fuerte en el nuevo plan estratégico de YPF: se convirtió en uno de los pilares centrales para el futuro de la compañía. Y para desarrollarlo, la petrolera estatal está por implementar un esquema totalmente novedoso para el mercado energético argentino.
La propuesta es ambiciosa: usar yacimientos exclusivos, conectados a través de gasoductos propios, para alimentar directamente las plantas de licuefacción.
Se trata de un modelo ya probado en desarrollos de gran escala como los de Qatar, Australia o Estados Unidos, donde la producción está 100% dedicada a un proyecto de exportación y no se inyecta al sistema interno.
Este formato permite garantizar el volumen y la trazabilidad del gas, además de ofrecer mayor seguridad a los contratos internacionales. Al estar todo el proceso atado contractualmente —desde el pozo hasta la planta—, el control operativo y comercial es mucho más predecible.