El redireccionamiento hacia planes sociales del crédito de 600 millones de dólares que había sido aprobado para la reconversióni del ramal abre varios interrogantres. Fuerte incertidumbre sobre el futuro de otras obras clave para la línea.
El Gobierno de Javier Milei decidió suspender el proyecto de electrificación del tren Belgrano Sur, originalmente financiado por un crédito del Banco Mundial. La decisión se enmarca en una reorientación de los fondos hacia usos sociales como educación y asistencia a planes sociales.
Se trata de un duro impacto para el sector ya que se trataba de una inversión de casi 600 millones de dólares aprobada en 2022. La entidad financiera recibió la solicitud del Ministerio de Economía para dar marcha atrás con la obra y accedió a la petición.
La cancelación del crédito deja en pausa una obra que hubiera colocado al Belgrano Sur como la primera línea de trocha angosta electrificada del país.
El plan incluía, además de la electrificación, la renovación de vías entre Tapiales y González Catán, la modernización de talleres y la instalación de señalamiento avanzado. A esto se sumaba un préstamo complementario de 75 millones de dólares de la Agencia Francesa de Desarrollo, cuyo destino también quedará sin efecto.
Con este cambio de prioridades, el Belgrano Sur queda sin una obra que prometía modernizar y mejorar el servicio de una línea históricamente relegada en el Área Metropolitana.
Si bien se avanzó con algunas mejoras puntuales, no se trata de la primera gran iniciativa que se de baja a pesar de contar con financiamiento externo.
Meses atrás, el crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para electrificar la línea San Martín corrió la misma suerte.
Según fuentes oficiales, ambos proyectos no figuran entre las prioridades de la Secretaría de Transporte, alineándose con el plan de emergencia ferroviaria.
Esta estrategia prioriza obras con impacto inmediato, aunque esto signifique detener inversiones de largo plazo en infraestructura crítica.
El secretario de Finanzas de la Nación, Pablo Quirino, declaró en diálogo con Clarín que la decisión responde a la necesidad de priorizar el impacto social directo. “Los fondos del Banco Mundial se destinarán a proyectos que incidan más en la vida diaria de los sectores vulnerables”, afirmó.
¿Y las obras que ya empezaron?
La cancelación del crédito deja en pausa una obra que hubiera colocado al Belgrano Sur como la primera línea de trocha angosta electrificada del país y la quinta de toda la red metropolitana, siguiendo los ejemplos del Mitre, Roca, Sarmiento y Urquiza.
La medida también pone en jaque las pocas acciones que habían avanzado dentro del proyecto. En los últimos meses, la ADIF había reactivado licitaciones para la compra de rieles e insumos destinados a renovar las vías entre Tapiales y González Catán.
Ahora, con el proyecto desactivado, estas operaciones quedan en un estado de incertidumbre. Vale señalar, la ausencia de esta iniciativa en el proyecto de Presupuesto 2025 ya anticipaba su destino, dado que numerosas obras ferroviarias fueron excluidas.
En una situación similar se encuentra la obra del viaducto entre Sáenz y Plaza Constitución (también del Belgrano Sur), que también contaba con financiamiento internacional aprobado, pero permanece detenido desde hace más de un año pese a su avanzado estado de construcción.
Asimismo, la renovación del ramal M entre Tapiales y Marinos del Crucero General Belgrano sigue inconclusa. Ambas obras forman parte de un conjunto de proyectos que, de haber sido completados, habrían potenciado la conectividad y la eficiencia de la línea.
El proyecto suspendido en el tren Belgrano Sur
El alcance de la electrificación cancelada era significativo. El plan abarcaba dos ramales principales: de Plaza Constitución a Tapiales y, desde allí, a González Catán y Marinos del Crucero General Belgrano. Se preveía la instalación de catenaria aérea flexible a 25 kV y 50 Hz, junto con la construcción de una subestación eléctrica en los talleres de Tapiales.
Además, se contemplaba la renovación integral de vías con riel largo soldado, durmientes de hormigón y fijaciones elásticas, mejorando la seguridad y la capacidad operativa.
El proyecto también incluía obras destinadas a optimizar el tránsito vehicular y peatonal en la región. Se planeaba la construcción de diez nuevos pasos bajo nivel y la renovación de pasos a nivel existentes. Paralelamente, se esperaba modernizar los talleres de Tapiales para adaptarlos al mantenimiento del material rodante eléctrico.
Estas instalaciones iban a ser clave para garantizar el mantenimiento de los nuevos trenes eléctricos y de los sistemas de señalamiento uniformados en toda la línea.
