La operadora de las centrales nucleares del país, Nucleoeléctrica Argentina, informó que la planta volverá a operar después de las tareas de reparación encaradas en octubre pasado tras una falla mecánica.

Tras la falla mecánica que detectó Nucleoeléctrica Argentina (Nasa) en el reactor de la central nuclear de Atucha II en octubre pasado, la planta se prepara finalmente para volver a operar. La empresa operadora de las centrales del país informó que apuntan a que en julio vuelva a generar energía.

La planta, que está ubicada en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires, dejó de operar, en primer lugar, por una parada programada. Luego, hace unos siete meses, personal de Nucleoeléctrica detectó que un componente interno del reactor se había desprendido y desplazado de su lugar de diseño. Tras inspecciones de rutina, se descubrió la falla que no implicó riesgo para el personal o ambiente.

La empresa informó inmediatamente el desperfecto y aseguró había capacidad instalada, herramientas y know how en el país para llevar adelante la reparación, pero que no iba a ser una tarea rápida. 

Argentina cuenta con tres centrales nucleares: Atucha I, Atucha II y Embalse, que generan alrededor del 7% de la matriz energética.

Dentro de las alternativas que se barajaron para su reparación, una implicaba desarmar el reactor por completo para cambiar la pieza, tarea que significaba dejar fuera de operación a Atucha por cinco años.

La segunda, más razonable, pero compleja: realizar cortes hasta poder acceder al lugar hasta donde estaba la pieza a cambiar. El problema que presentaba esta segunda opción era que el reactor es diseño único, con lo cual, Nucleoeléctrica tuvo que construir de cero todas las partes que se intervinieron. 

Para ir adelante con esta opción, se tuvo que fabricar una herramienta de corte bajo agua de tipo electroerosión, que se manipulará remotamente, a través de cámaras. 

Atucha II
Si sale todo como está planeado, y la Autoridad Regulatoria Nuclear da el visto bueno de todos los procedimientos realizados, la planta volverá a operar en julio.

Finalmente, en junio próximo, un equipo de ingenieros de la central nuclear ingresará al edificio donde se encuentra el reactor más grande del país a 14 metros bajo tierra. En jornadas de trabajo de 24 horas que requerirán de precisión quirúrgica, procederán a reparar un desperfecto, luego de haber planificado la intervención durante 5 meses.

El mes que viene, una vez que estén todas las herramientas y piezas a cambiar, se realizará el procedimiento que implica realizar cortes milimétricos, retirar lo que se descartará e instalar las nuevas partes que hoy se están probando en una maqueta que copia el modelo original.

Actualmente, lo que está ocurriendo en Atucha II es probar cómo serán esas 24 horas de procedimiento cuando ingresen al edifico donde está el reactor. Por lo que en el edificio de turbinas se encuentra lo que llaman un “mock up”, un tanque azul de varios metros de altura, donde con una grúa, robots, pinzas y cámaras recrean con un modelo a escala real las condiciones de cómo será el procedimiento de reparación, se prueban las herramientas y se entrena al personal. El mock up había sido utilizado en 1988 cuando se reparó Atucha I.

Si sale todo como está planeado, y la Autoridad Regulatoria Nuclear da el visto bueno de todos los procedimientos realizados, la planta volverá a operar en julio. Un mes en el que la demanda de energía es elevada, por las bajas temperaturas.

Energía nuclear

Argentina cuenta con 3 centrales nucleares: Atucha I, Atucha II y Embalse, que generan alrededor del 7% de la matriz energética. Producto del desperfecto, en octubre dejó de operar Atucha II, por lo que el aporte de la energía nuclear a la matriz energética se redujo casi a la mitad, dado que tiene una potencia de 745 MWe.

Desde Nucleoléctrica, el primer objetivo es avanzar con la construcción de Atucha III, para lo que ya firmaron un contrato con China. Ya tienen reservado el predio para hacerla: al lado de Atucha I y II, ubicadas en el municipio de Zárate, en la provincia de Buenos Aires. Una de las trabas pasa por el financiamiento: el Gobierno quiere que China financie el 100% de la central, que tiene un costo que asciende a 8000 millones de dólares.

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