Mendoza sobre su superficie es inconfundible tierra de vinos, pero debajo de ella tiene otra riqueza que se decidió a explorar y explotar en el campo de los hidrocarburos y la minería, al punto de convertir al sur de su territorio en un hub logístico-industrial que concentre la actividad de toda la provincia.
La provincia cuyana lleva adelante cuatro acciones simultáneas vinculadas a generar las condiciones y desplegar la planificación minera y energética, lo que incluye la puesta en valor de sus recursos petroleros, la actualización del Código de Procesamiento Minero, el Parque Industrial y de Servicios Pata Mora y la creación del Distrito Minero Malargüe Occidental.
En sintonía con la reactivación de la minería metalífera y del petróleo en Malargüe, se desarrollará el Parque Industrial, de Servicios Minero y Petrolero Pata Mora, un punto estratégico del Sur de la provincia para el desarrollo petrolero, minero e industrial, que funcionará como un centro de logística y servicios al que recurran todos los operadores de la zona Sur, así como los empleados y las empresas vinculadas.
Pero Mendoza se embarca decididamente también en la exploración no convencional de la extensión que le toca a su territorio en Vaca Muerta, y en los proyectos de recuperación terciaria y el crudo convencional pesado.
En sintonía con la reactivación de la minería metalífera y del petróleo en Malargüe, se desarrollará el Parque Industrial, de Servicios Minero y Petrolero Pata Mora, un punto estratégico del Sur de la provincia para el desarrollo petrolero, minero e industrial, que funcionará como un centro de logística y servicios
Con respecto a Vaca Muerta, la atención está focalizada en los resultados que obtenga YPF con los pozos que perforó, en Paso Bardas Norte y CN-VII. Son perforaciones a 2.500 metros de profundidad, con 1.500 metros de rama horizontal, con 17 fracturas de promedio en cada uno que la misma compañía anunció días atrás que están dando buenos resultados, aunque no como el corazón propio de Vaca Muerta.
Con mucho menos espesor y menos presión que en las pareas emblemáticas del no convencional neuquino, si alcanza el potencial que se espera en Mendoza, se podría pasar a un plan de inversión con 190 pozos en un área y 220 para la otra, con grandes desafíos para rentabilizar mejor esas inversiones.
Es el punto en que es necesario continuar con más inversiones, bajar el riesgo geológico para avanzar en el desarrollo, por lo que YPF avanzará con otro pad de pozos en un segundo período exploratorio para el 2025 con dos ramas horizontales de 2.500 metros, a mayor profundidad, de acuerdo con los resultados obtenidos.
Pero el convencional también tiene renovadas expectativas. En ese terreno, la provincia está enfocada en la rentabilidad de los campos maduros con 14 áreas que YPF salió a ofrecer al mercado con su Proyecto Andes, en las que se trabaja con sus futuros operadores para ser puestas en valor y potenciar sus producciones.
A la vez tiene doce áreas en licitación abierta permanente, nueve de ellas para tareas exploratorias y tres de explotación, incluso dos de ellas con potencial no convencional, lo que sumado al conjunto hace prever unos próximos años de intensa actividad productiva con la orientación del Estado y la decidida participación de los privados.
Con mucho menos espesor y menos presión que en las pareas emblemáticas del no convencional neuquino, si alcanza el potencial que se espera en Mendoza, se podría pasar a un plan de inversión con 190 pozos en un área y 220 para la otra, con grandes desafíos para rentabilizar mejor esas inversiones.
También Mendoza acaba de concretar una medida política más que simbólica al decidir integrarse a la mesa intrerprovincial del cobre, desde la cual se suma al reclamo de generar las herramientas jurídicas de promoción y desarrollo de proyectos cupríferos en las cinco provincias que conformaron el bloque, junto a San Juan, Salta, Jujuy y de Catamarca.
En medio de la discusión por el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), la provincia busca recuperar los años perdidos y sale a buscar los capitales necesarios para identificar su potencial en cobre e iniciar el largo camino hacia la construcción de proyectos que puede demandar hasta una década.
El nuevo código minero de Mendoza
El primer avance fue la reciente modificación del Código de Procedimiento Minero, actualizando aquel código de 1945.
Esta reforma busca aumentar la facultad de control de la Autoridad Minera y la trazabilidad de la producción de la industria y agiliza los procesos internos.
En la misma región de Malargüe, se lleva adelante el proyecto de Potasio Río Colorado que avanza al ritmo comprometido entre Minera Aguilar y el gobierno provincial, con un compromiso de inversión superior a los US$ 1.000 millones que permitirá la reingeniería, el desarrollo de la infraestructura y la producción estimada de unos 150.000 tns en cuatro años.
Pero la mirada no es excluyente sino que desde la provincia se promueve que cualquier inversión, tanto de Neuquén como Mendoza, que fortalezca la infraestructura de caminos, líneas eléctricas, servicios médicos, lugar para contratistas, será bueno para toda la industria de la zona, lo que traccionará que los inversores vengan más fácilmente.
