Las provincias de Santa Cruz y de Chubut mantienen una fuerte puja con YPF por la supuesta falta de inversión en las cuencas de producción convencional, y casi al unísono le urgen una definición sobre la reversión de las concesiones. Pero lo que parece un reclamo de los gobernadores es, a la vez, una estrategia de la operadora que busca focalizar sus esfuerzos de los próximos cuatro años en los yacimientos de mayor rentabilidad, tal el caso de las áreas de Vaca Muerta.
El resto de los mandatarios de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) acompaña estos cruces con tono crítico hacia la sociedad de mayoría estatal, lo que se explica en que YPF tiene áreas convencionales en todas las provincias petroleras como Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, todas en revisión.
Es que esas operaciones explicaban hasta hace no mucho tiempo el 80% de la producción de petróleo de la compañía, pero el incremento operativo de los últimos cuatro años del shale oil de Vaca Muerta equiparó esa composición al 50%, y con una tendencia irreversible que dejará atrás las áreas convencionales hasta representar un porcentaje casi simbólico.
La situación, no obstante, no implica un abandono para esas áreas, por el contario las provincias confían en que hay varias petroleras que pueden asumirlas, y en las condiciones apropiadas de incentivos y beneficios, encontrar más de un interesado entre las que aún mantienen presencia en el convencional y en pequeñas y medianas del sector que pueden resultarles rentables esos pozos por sus menores costos operacionales.
YPF tiene decenas de áreas convencionales en todas las provincias petroleras como Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, todas en revisión.
Pero la realidad también indica que la manifiesta merma en la producción de las cuencas maduras no es nueva y adquiere mayor relevancia por el contraste flagrante con el desarrollo incremental de la producción no convencional de Vaca Muerta.
El nuevo horizonte ypefiano es enfocarse en áreas de alta productividad y eficiencia de clase mundial, lo que alimenta el objetivo de duplicar la producción de gas y petróleo no convencionales hacia 2030, es decir hasta 1,2 millones de barriles de crudo diario y los 200 millones de metros cúbicos de gas día.
Compromisos políticos y hasta simbólicos hicieron que la empresa sostuviera años de invertir a pérdida en pozos que hoy ofrecen hasta 90% de agua, y requieren de la aplicación de las costosas técnicas de recuperación secundaria y mayormente terciaria para extender su vida útil comercial.
“Es muy difícil la eficiencia en un portfolio tan grande y diversificado para una empresa de grandes costos operativos por su magitud” explican al citar como ejemplo la experiencia del gigante brasileño Petrobras, que desde 2013 inició su reestructuración para concentrarse en el Presal y multiplicar por dos la producción en poco más de cuatro años.
Así, la reversión de áreas y el foco en Vaca Muerta es uno de los cuatro pilares para una nueva YPF más rentable, lo que incluye la revisión de la actuación en unas 25 empresas participadas, la eficiencia de las operaciones de Upstream y Downstream y la viabilización del proyecto de gas natural licuado.
La situación no implica un abandono para esas áreas, por el contario las provincias confían en que hay varias petroleras que pueden asumirlas, y en las condiciones apropiadas de incentivos y beneficios, encontrar más de un interesado entre las que aún mantienen presencia en el convencional y en pequeñas y medianas del sector que pueden resultarles rentables esos pozos por sus menores costos operacionales.
Los motivos de la nueva estrategia de YPF
El presidente de YPF Horacio Marín viene manteniendo desde su llegada a la empresa una serie de reuniones con mandatarios provinciales y sindicatos, en las que explica su plan para el desarrollo de la compañía, las razones por las cuales las áreas convencionales le representan fuertes pérdidas, y el compromiso de avanzar en la reversión de las concesiones “sin generar crisis social”.
Para esto, la nueva gestión que llegó el 10 de diciembre último encargó a una consultora internacional la valuación de cada área, de manera de definir la estrategia de salida que podría darse a conocer el 4 de marzo cuando se realice la comunicación de resultados del 4Q a los accionistas e inversores.
La línea de tiempo trazada prevé que para el segundo semestre se empiecen a decidir la suerte de las áreas maduras en cualquier de los tres modelos contemplados: la reversión directa a la provincia, la incorporación al negocio de pymes de capital nacional y anclaje regional, con el compromiso de compra del crudo por al menos cinco años, o la venta directa a otro operador que maneje otra estructura de costos.
Pero si bien la «retirada» de la compañía de bandera, pionera y principal productora de todas las cuencas del país incluída la fundacional del Golfo San Jorge, se da casi como un hecho, resta también saber qué procedimiento se llevará a cabo para el “perfeccionamiento” de la reversión, lo que incluye verificar qué título jurídico las regula: si son las típicas concesiones o las antiguas reservas de área exclusivas para las empresas estatales.
También se debe controlar el cumplimiento de las obligaciones, es decir si se avanzará en un «neteo» de inversiones y deudas; establecer la existencia y magnitud de eventuales pasivos ambientales, y ratificar la necesidad constitucional de su aprobación por parte de las legislaturas provinciales, y con qué quórum y procedimiento.
Ante cualquier alternativa, en YPF se asegura que no quedarán trabajadores en las calles de las decenas de ciudades y localidades en las que lleva décadas operando, al menos no hasta que un nuevo responsable asuma el desafío del convencional.
