El sistema eléctrico argentino se desarrolla a un ritmo menor que el de las inversiones privadas del sector, que busca autoabastecerse y adelanta acuerdo y pagos.
La generación de energías renovables sigue en franco crecimiento en la Argentina. En 2022, de acuerdo con las estadísticas oficiales de la Secretaría de Energía de la Nación, la generación hidroeléctrica se expandió un 25,2% mientras que el resto de las renovables (biomasa, eólica, solar y biogás) crecieron un 10,9% con respecto al año anterior.
Esta foto que dejó 2022 va camino a repetirse este año. En enero, las fuentes de energía alternativas representaron el 11,53% del total de la energía generada en todo el país de acuerdo con el último informe de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec). Asimismo, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) destacó días atrás que en los últimos meses ya autorizó el acceso a 500 megavatios (MW) de energías renovables al Sistema Argentino de Interconexión (SADI).
El escenario es promisorio y al mismo tiempo desafiante. Porque el crecimiento de las renovables también obliga a encarar nuevas obras que permitan sostener este desarrollo.
Es importante entender el desarrollo de manera integral, con un análisis profundo de las falencias actuales, que afectan de manera directa los servicios nacionales».
Así lo advirtió a Dinamicarg el doctor e ingeniero Mecánico y Eléctrico Lucio Ponzoni, integrante del Instituto de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref). “En la actualidad, el sector de las energías renovables en Argentina se encuentra en un proceso de crecimiento y desarrollo constante. Durante los últimos años, se han llevado a cabo importantes inversiones en proyectos de energía solar, eólica, hidráulica y biomasa, con el objetivo de diversificar la matriz energética del país y reducir su dependencia de los combustibles fósiles”, señaló Ponzoni. Y agregó que a futuro “se espera que continúe creciendo, impulsado por las políticas gubernamentales de promoción de inversiones y desarrollo de proyectos en el sector, y a la par de la creciente demanda de energía renovable a nivel mundial”.
“Sin embargo, -advirtió- existen algunos desafíos que el sector deberá enfrentar para seguir desarrollándose. Uno de ellos es la necesidad de mejorar la infraestructura de transmisión y distribución de energía, para poder integrar de manera más eficiente la energía renovable en la red eléctrica nacional”.
En la misma línea se pronunció Claudio Marcelo Pérez, Magíster en Logística, quien aseguró a este medio que, aunque “el desarrollo de esta área es fundamental, lamentablemente ya se percibe una demora en implementaciones integrales a nivel nacional”.
Y consideró que “el país debería contar con una planificación estratégica en este aspecto, se visualiza una gestión inicial para vencer la inercia, con la implementación de algunos parques eólicos y solares, que deberían integrarse a la red nacional”.
Por eso, insistió, “es importante entender el desarrollo de manera integral, con un análisis profundo de las falencias actuales, que afectan de manera directa los servicios nacionales. Las obras de infraestructura deben ser informadas a toda la comunidad, las que se realizan actualmente y las que se planifican a futuro, la comunicación en este sentido es fundamental para fomentar ideas que sumen a la gestión”.
Conversaciones encaminadas
Con este mismo diagnóstico la Cámara Eólica Argentina (CEA) presentó el año pasado a las autoridades regulatorias un sucinto informe de la situación y una serie de propuestas para liberar todo el potencial de las renovables.
“Hemos planteado cuál debería ser el escenario en materia de transporte para posibilitar nuevas inversiones y el crecimiento del sector que permitirán también escalar al resto de la matriz energética”, explicó a Dinamicarg Héctor Ruiz Moreno, gerente general de la CEA.
Y señaló que desde entonces “hemos establecido un diálogo constante y fluido con las autoridades regulatorias, lo que permite avanzar en la solución de los problemas que enfrenta el sector. El objetivo central de CEA hoy es contribuir al desarrollo de esta infraestructura de transporte que claramente hace falta para seguir potenciando el crecimiento de las renovables, pero para el resto de las energías también”.
Ruiz Moreno se mostró optimista con la marcha de las conversaciones. “El otro día nos convocó el subsecretario de Energía Eléctrica, Santiago Yanotti. Tuvimos una muy buena reunión. Hacía unos tres años que no veíamos que en la agenda del sector estuviera este tema como una prioridad, y hoy lo está”, puntualizó el referente de CEA.
Y señaló que tanto en CEA como en la Secretaría de Energía de la Nación coinciden en que “toda la expansión de los sistemas de transporte que van por la costa atlántica y por la cordillera es clave porque cerrarían toda la necesidad de distribución a todos los ámbitos geográficos. En esto hay coincidencia total y absoluta”.
Estas obras, señaló Ruiz Moreno, permitirían liberar todo el potencial de las renovables, hoy encorsetado por la falta de sistemas de transporte adecuados. “Para darse una idea -graficó- dentro de la provincia de Buenos Aires la ampliación todo el sistema ET Vivoratá, ET Plomer y ET Abasto liberaría 1.000 megavatios de energía eólica que hoy no se están incorporando al SADI. Es algo que se podría incorporar casi de inmediato. Y esto generaría un efecto cascada para el sector eólico por ejemplo”.
Ruiz Moreno también señaló que CEA se mostró dispuesta a aportar financiación para avanzar con estas obras y explicó que falta definir en qué porcentaje podrían colaborar con la financiación y el esquema y marco regulatorio para hacerlo.
“La financiación es el factor que va a poder desencadenar de una vez por todo el inicio de estos proyectos. La buena predisposición está tanto en la cámara como en las autoridades”, concluyó Ruiz Moreno.
