La normativa resuelta por ENARGAS entrará en vigencia a partir de la semana que viene. Los usuarios de vehículos a GNC deberán afrontar un nuevo costo que rondará los $30.000.
El Ente Nacional Regulador del Gas aprobó en septiembre del año pasado la Resolución 375/2022, que obliga a un cambio de válvula de seguridad para la prueba hidráulica obligatoria del cilindro de GNC. La medida entrará en vigencia el próximo 23 de marzo, por lo que aquellos que realicen la prueba de manera previa, no deberán abonar el costo adicional.
El precio de las nuevas piezas denominadas válvula de bloqueo de cilindro operada eléctricamente, se encuentra entre los $25.000 y $30.000 a lo que se suma el costo del testeo hidráulico que sale cerca de $15.000. Además, los vehículos que tengan dos cilindros deberán pagar dos válvulas, cabe señalar que los montos no son fijos por lo que están expuestos a variaciones.
Actualmente hay más de 1.7 millones de automotores equipados con cilindros de gas natural comprimido en la Argentina
Según ENARGAS, la normativa se debe a razones de seguridad, ya que las válvulas anteriores tenían un problema para liberar el GNC en caso de altas temperaturas. Esta dificultad pone en riesgo al vehículo ya que los cilindros pueden sufrir fisuras o romperse ante una pérdida o salida irregular.
Ante esta situación se determinó el cambio generalizado de la pieza en cuestión para aquellos automotores que se instalaron los equipos de gas antes del 23 de diciembre. Los modelos que hayan equipado los cilindros en una fecha posterior ya cuentan con la nueva válvula.
La prueba hidráulica
La evaluación consiste en ejercer durante media hora una presión 1,5 veces mayor a la regular, con el fin de detectar pérdidas. Luego se verifica el estado estructural del tanque, de las uniones soldadas y de la superficie en búsqueda de deformaciones que puedan comprometer su integridad.
La prueba es obligatoria y se lleva a cabo en los Centros de Revisión Periódica de Cilindros (CRPC), el plazo entre testeos es de 5 años.
Los cilindros GNC están construidos a base de acero de alta resistencia, son tratados térmicamente y tienen un espesor de pared considerable, ya que deben soportar presiones de hasta 200 Bar. A lo largo del plazo entre las pruebas hidráulicas, los cilindros transitan por muchos ciclos de carga y descarga, además de posibles alteraciones externas, lo que produce un deterioro progresivo.
A pesar de lo resiliente de su construcción, los cilindros pueden fallar por lo que los controles regulares son necesarios.
El desarrollo total del control del equipo comienza con una limpieza exterior del granallado, luego se realiza una inspección visual donde se pulen zonas sospechosas. Se continúa con la medición del ovalizado y mediante un equipo de ultrasonido se verifica el espesor de la pared del tanque.
Posteriormente se emplea un sistema de partículas magnéticas para detectar fisuras, y se realiza un hidro lavado a alta temperatura. Seguidamente se presuriza el cilindro a presión de ensayo y se mide la deformación del material. Por último, se efectúa un secado con aire caliente y si está todo en condiciones se aprueba la evaluación.
Vehículos a GNC en Argentina
Actualmente hay más de 1.7 millones de automotores equipados con cilindros de gas natural comprimido en la Argentina. Desde su llegada al país, la industria ha ido creciendo en base al rendimiento del GNC sobre los hidrocarburos lo que se traduce en un costo menor.
Sin embargo, su expansión está obstaculizada por el precio de la instalación que ronda los $180.000, aunque la cifra depende del modelo del vehículo.
Para realizar el cambio de equipo en el país se deben llevar adelante ciertos pasos. En primer lugar, concurrir a un taller de montaje habilitado, cuyo listado puede encontrar en el sitio de ENARGAS. La instalación demora un día, aunque si el tubo va debajo del chasis puede tomar dos jornadas.
Las revisiones como la instalación son los principales aspectos que han detenido el avance del GNC en el país, a pesar de que el impacto medioambiental del gas es mucho menor al de los combustibles a base de hidrocarburos. El gas comprimido no tiene contenidos de plomo ni azufre y su combustión es más limpia ya que emite menos dióxido de carbono (CO2) y dióxido de azufre (SO2).
