La región más poblada y productiva del país presenta escenarios diversos en la logística para quienes buscan potenciar el comercio interno.
Con casi la mitad de la población total de la Argentina y responsable de más de la mitad del Producto Bruto Interno (PBI) nacional, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires constituyen un verdadero desafío para el sector de la logística.
La extensión del territorio, la densidad poblacional en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y la heterogeneidad productiva, además de ser la puerta de entrada y salida de la mayor parte del comercio internacional de la Argentina, convierten a esta región en un rompecabezas logístico que, a pesar de mostrar muchas fortalezas, también obliga a los agentes del sector a apostar de manera permanente por la eficiencia.
“La logística en la provincia de Buenos Aires es una de las más complejas por lo abarcativo de su geografía. Está dividida en 3 o 4 ciudades de gran importancia y luego ciudades o pueblos que, aunque no poseen niveles de consumo muy grandes, su logística es bastante compleja en cuanto a volúmenes y a la necesidad de generar entregas con frecuencia”, explicó a Dinamicarg Hernán Sánchez, presidente de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol).
La extensión del territorio, la densidad poblacional del AMBA y la heterogeneidad productiva de la región conforman un verdadero rompecabezas logístico.
Y agregó: “diría que es una de las provincias más complejas en términos de abastecerla logísticamente de forma correcta”.
En este sentido Sánchez destacó que los desafíos que presenta la región varían de acuerdo a sus especificidades. Resaltó, por ejemplo, el peso del polo petroquímico de Bahía Blanca y los puertos de agua profunda de la provincia que “conforman un punto neurálgico de la logística marítima de la Argentina”, al tiempo que las diferenció de las características particulares del AMBA.
“El AMBA tiene la problemática de la gran concentración de personas en un espacio muy reducido, lo cual genera las complicaciones de tránsito y distribución asociadas a las grandes urbes del mundo”, explicó e incluyó a la inseguridad entre los desafíos que enfrenta la logística en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Mejorar la red vial, clave para la logística
A la hora de analizar los principales desafíos de la logística en esta región, Juan Aguilar, presidente de la Federación de Entidades de Transporte y Logística (FAETyL) y titular de la Cámara Empresaria de Autotransporte de Bebidas (CEDAB) no dudó. “Tenemos mejorar la infraestructura vial de modo de que los más de 500 bitrenes que posee el sector puedan circular y así mejorar la competitividad del sector”, advirtió en diálogo con este medio, al tiempo que señaló que avanzar en esta clase de soluciones “significan también una mejora medioambiental y de costos”.
Por eso, señaló, “es crítico continuar trabajando en proyectos de multimodalismo, propiciando en tal sentido la oferta de distintos modos de transporte de mercancías”.
En la misma línea se pronunció Sánchez: “Uno de los desafíos es mejorar la red vial por carretera”.
“Tenemos un país que se centraliza en Buenos Aires en términos de consumo y que además tiene su principal motor de exportación e importación en el puerto de Buenos Aires con lo cual el camión, para una distancia de entre 700 y 1.000 kilómetros de promedio, es muy difícil de superar con cualquier otro medio de transporte”, concluyó.
En este punto Sánchez también reivindicó la necesidad de potenciar las inversiones en materia ferroviaria y puntualizó en este sentido en las conexiones con los puertos de Bahía Blanca, Necochea y Mar del Plata que, señaló, “deberían ser mucho más eficientes”.
Para Sánchez el ferrocarril es el medio más eficiente para la logística en términos de commodities, “pero solamente para los commodities porque estos pueden soportar los tiempos que el ferrocarril requiere”.
En la misma línea que Aguilar, bregó por un mayor desarrollo de los bitrenes en el país: “Si tuviera que elegir dónde colocar las inversiones lo haría en mejorar la red de carreteras y que eso a su vez posibilite la utilización de vehículos mucho más eficientes como los bitrenes por ejemplo que son el mejor ejemplo de a lo que deberíamos apuntar: permitir que los bitrenes puedan circular cada vez por más lugares del país”.
Los desafíos en el AMBA
En cuanto a los desafíos que enfrenta la logística en el AMBA ambos especialistas coincidieron en que son sensiblemente distintos que los que enumeraron para el resto de la provincia de Buenos Aires.
“Los desafíos en el AMBA están mucho más asociados a la seguridad y a la especialización de la logística en términos de acceso y de la capacidad de los puntos de ruptura de carga que todavía son pocos para la densidad de la zona”, explicó Sánchez.
En cuanto al impacto de la inseguridad en la logística de última milla Sánchez explicó que las más afectadas son las entregas asociadas a canales intermedios como el B2B “con índices que han crecido mucho en el último tiempo y que afectan de manera directa a las entregas”.
“Hoy en día por este motivo no se está pudiendo avanzar en acciones que eficientizarían los tiempos, como por ejemplo hacer entregas por la noche o a la madrugada como ocurre en otros países del mundo.
A esto se suman las restricciones que tiene la ciudad de Buenos Aires o los principales centros urbanos del conurbano para hacer entregas en determinados horarios y las limitaciones en los lugares de carga y descarga que hacen que las entregas sean menos eficientes”, abundó Sánchez.
En la misma línea se pronunció Aguilar quien, a la hora de analizar la logística de última milla en el AMBA recalcó que “la situación actual es compleja” por el contexto económico que se siente con fuerza en el sector merced de la fuerte retracción en el consumo que se viene experimentando en los últimos meses.
Aguilar también advirtió sobre la muy baja vacancia en almacenes logísticos y señaló que “esto trae un enorme desafío para nuestro sector”. Por esta razón, explicó, trabajan permanentemente con desarrolladores en propuestas de inversión en espacios o zonas acordes al desarrollo de actividades logísticas.
“Esto sin duda llevará tiempo normalizarlo por lo que hoy genera un alza de precios sobre el m2 de espacios AAA”, advirtió.
Al respecto Sánchez que se trata de una problemática vinculada directamente con las altas tasas de inflación que vive la Argentina desde hace años y que estas distorsiones nos llevan a tomar caminos diametralmente opuestos a los que indican las buenas prácticas logísticas.
“Los vaivenes de la Argentina respecto de la capacidad de nuestras bodegas está muy asociada a la problemática de la economía. En una economía con una inflación creciente y con restricciones a las importaciones no puede esperarse otra cosa que una tendencia a aumentar stocks”, señaló y advirtió que por el contrario, “cuanto más eficiente es el modelo económico menos stock se requiere y eso reduce el costo financiero de tenencia de inventario”.
Hacia una mayor eficiencia
Avanzar hacia una cada vez mayor eficiencia es una de las claves de un sector tan dinámico como el de la logística y que obliga a no quedarse nunca quieto.
“Este es un punto extremadamente sensible para nuestro sector”, aseguró Aguilar y advirtió que en este punto entran en juego múltiples factores como la superposición de tributos o tasas como así también costos de previsión por contingencias.
“Simplificar procesos administrativos contribuirá enormemente a toda la cadena de valor de nuestros procesos” aseguró y detalló que “para ello impulsamos la digitalización de toda la documentación relacionada con administración de stocks, el tránsito de mercancías y demás.
Los entornos digitales bajarían tiempos para cerrar transacciones digitales, mejorarían la fiscalización de los productos al contar con toda la trazabilidad de los bienes y aceleraría los procesos administrativos”.
A su vez, Sánchez destacó que “algunos problemas se subsanan por la inversión de los privados de acuerdo a sus propias capacidades” y señaló que un eje estratégico del sector es la sustentabilidad.
“Hoy el transporte de larga distancia es el segundo generador de huella de carbono del país y, como sector y ecosistema, tenemos que comprometernos a reducir drásticamente ese impacto a través de acciones que contribuyan a impulsar la movilidad sustentable«.
«Avanzar en la transición energética en unidades de larga distancia con el uso de otro tipo de combustibles como el biodiesel, GNC o GNL y en lo que es media y corta distancia, con posibilidades de importación más abiertas, ir hacia la movilidad eléctrica”, advirtió el especialista.
Y concluyó: “sin dudas para lograr todo esto es necesario trabajar en una mayor integración y coordinación entre gobiernos, sindicatos y empresas del sector para simplificar regímenes impositivos, adecuar el marco normativo del transporte y la actividad postal, readecuar convenios colectivos de trabajo y diagramar políticas públicas que incentiven la inversión en movilidad sustentable”.
