Esta semana tendrá lugar un acto de presentación en La Plata, que dará comienzo a la licitación de las obras del dragado de apertura. El proceso había sido anunciado por Alberto Fernández en el Congreso Nacional el pasado 1º de marzo.

El Canal Magdalena representa una oportunidad clave para unir el transporte marítimo y fluvial del país, pero la rentabilidad de su construcción es cuestionada por los privados. Sin embargo, el proyecto impulsado principalmente por el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, dará sus primeros pasos en los próximos días.

Es que tal como había anunciado el presidente Alberto Fernández en su discurso de apertura de sesiones el mes pasado, se comenzará con el proceso licitatorio para las obras de dragado. La fecha estipulada es el próximo jueves 20 de abril a las 11 de la mañana en la capital provincial.

Algunos sectores privados entre los que se incluyen, la Cámara de Puertos Privados Comerciales, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) y la Cámara de Actividades Portuaria y Marítimas (Capym), se posicionaron en contra de la iniciativa.

Esta primera etapa busca transformar el cauce natural del lecho del Río de la Plata, el cual cuenta con una profundidad de 4,50 metros, y dragarlo hasta los 12 metros. De esta manera, los puertos fluviales y el litoral marítimo tendrán una conexión directa y el movimiento de embarcaciones se agilizaría.

 Una vez finalizado el dragado, comenzará la fase del balizamiento y finalmente se deberá elegir un contratista que se encargue del mantenimiento del canal, pero es probable que esta última cuestión sea abordada por el próximo gobierno debido a la cercanía de las elecciones. El acto que antecederá al llamado oficial de licitación contará con la presencia de Axel Kicillof y se llevará a cabo en la ciudad de La Plata.

Cuestionamientos de los privados

La construcción del Canal Magdalena se extiende desde la Zona Beta del Canal Punta Indio a la altura del Codillo (km. 143,900) hasta la Isobata de 12 metros del Río de la Plata, con una extensión en dirección sudeste de 61,4 kilómetros, un ancho de solera de 150 metros y una profundidad de 40 pies en la primera etapa y de 47 pies en la segunda.

Una vez realizado el anuncio por parte de Alberto Fernández en marzo, algunos sectores privados entre los que se incluyen, la Cámara de Puertos Privados Comerciales, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) y la Cámara de Actividades Portuaria y Marítimas (Capym), se posicionaron en contra de la iniciativa.

Alberto Fernández, La Plata
Alberto Fernández había confirmado el proceso licitatorio durante su discurso ante la Asamblea Legislativa hace más de un mes.

En ese sentido, las entidades que nuclean una gran parte de las empresas del sector indicaron que el país no se encuentra en un momento financiero adecuado para solventar la construcción del nuevo canal. Su argumento es que ante el alto costo que demanda la obra, no existe “un beneficio palpable” que la respalde, y más aun teniendo otro canal a pocos kilómetros del Magdalena.

Por otro lado, el estudio realizado por la Consultora Serman y Asociados para evaluar la factibilidad económica y financiera del proyecto reveló que el ahorro en el costo de transporte por la disminución del tiempo de navegación que permitiría el proyecto, no es suficiente para pagar el costo incremental que exige la construcción y el mantenimiento del nuevo canal.

A favor de la construcción del canal

En tanto, las autoridades del gobierno sostienen que el nuevo canal va a facilitar la conectividad entre los puertos marítimos y fluviales locales, además de acortar los recorridos y tiempos que actualmente deben afrontar las navieras que transitan por el Canal Punta Indio.

En esa línea, especialistas en la materia destacan que el Canal Magdalena reducirá los costos de logística y que su mantenimiento será más barato que en otros tramos, ya que está vía sufre menor acumulación de sedimentos.

Desde Nación consideran que esta obra estratégica le dará un gran impulso a la industria naval argentina y también a los puertos de la Provincia de Buenos Aires y el sur del país. Cabe señalar que actualmente la traza de este canal es la única vía de acceso a las terminales portuarias de la Cuenca del Plata.

Entre los defensores del proyecto, aparece el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, quien hace unos días aseguró que la inversión total para la primera etapa rondará los 33 millones de dólares y que los detalles pueden encontrarse en el Presupuesto 2023. La declaración es en respuesta a algunas versiones que estimaban que esta fase de los trabajos demandaría una cifra cercana a los 400 millones de dólares.

En cuanto a los plazos, el oficialismo estima un período de 21 meses para finalizar la primera etapa del dragado, aunque las experiencias de trabajos anteriores muestran que ese tiempo podría reducirse.

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