La falta de lugares donde recargar baterías es una de las trabas para el desarrollo de la electromovilidad en el país. El mapa actual.

La Secretaría de Energía dio un paso clave en el camino para fomentar el uso de los autos eléctricos en el país. Lo hizo al crear el «Registro Nacional de Infraestructura de Carga de Vehículos Eléctricos (VE) y Vehículos Híbridos Eléctricos (VHE) con los objetivos de «identificar, georeferenciar y difundir el uso de infraestructura de carga de VE y VHE, el relevamiento estadístico de los consumos eléctricos de dicha infraestructura y el fomento de la movilidad eléctrica en todo el territorio de la República Argentina».

La falta de una extendida infraestructura de carga es una de las trabas que atenta contra un mayor desarrollo de la electromovilidad en el país.

Entre los considerandos de la norma se señala además que mediante la Ley 27.270, la Argentina aprobó el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Y que en función de los Tratados Internacionales suscriptos se comprometió a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, entre ellos la reducción de la emisión de dióxido de carbono (CO2).

Aunque lento, la red de cargadores para autos eléctricos crece y hoy alcanza a 230 unidades disponibles en la Ciudad de Buenos Aires y 18 provincias.

A partir de estos compromisos internacionales, señala la resolución, surge la necesidad de promover políticas de descarbonización del transporte automotor.

La Secretaría de Energía «fomentará que los usuarios de la movilidad eléctrica puedan cargar sus vehículos en cualquier punto de carga que pertenezca a la infraestructura de acceso público, así como en sus domicilios y centros privados de carga, velando por la eficiencia operacional del sistema de Energía Eléctrica», puntualizó la norma.

El objetivo es establecer medidas para mejorar la eficiencia energética del parque vehicular en general, «reduciendo la dependencia de combustibles fósiles, fomentando las fuentes de energías renovables y disminuyendo el costo de generar energía, propiciando así un aumento de la sustentabilidad del sector».

El mapa actual de estaciones de carga para autos eléctricos

Aunque lento, la red de cargadores para autos eléctricos continúa en la senda de crecimiento iniciada hace cinco años, y hoy alcanza a 230 unidades disponibles en la Ciudad de Buenos Aires y 18 provincias.

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Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja y Santiago del Estero todavía no tienen ni un solo cargador y Catamarca, Chaco, Misiones y Río Negro tiene uno solo.

De todos modos, el avance de los surtidores eléctricos es exiguo si se lo compara con el ritmo en el que crece el mercado automotor local.

En relación con los registros de 2018 -cuando se instaló el primer cargador eléctrico en el país- la proporción de autos eléctricos e híbridos se multiplicó 31 veces, al pasar de un 0,064% al 1,99% en el primer semestre de este año, con perspectivas de seguir incrementándose.

La distribución de los 230 cargadores relevados dejó en evidencia una fuerte concentración en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, que en conjunto cuentan con el 56,9% de los equipos.

Asimismo, cinco provincias todavía no tienen cargadores habilitados (Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja y Santiago del Estero) y en otras cuatro solamente se dispone de uno (Catamarca, Chaco, Misiones y Río Negro).

Se prevé que a medida que la electromovilidad vaya acercándose a un punto de maduración, serán necesarias regulaciones y éstas facilitarán el ordenamiento del mercado, que en la actualidad presenta un rango de carga que oscila entre los 22 y los 150 kw, una diferencia crucial en relación con el tiempo de espera de los clientes (a menor potencia, más tiempo).

Del mismo modo, al tratarse de una actividad nueva en comparación con la de la movilidad a combustión interna, el impulso a la instalación masiva de cargadores requerirá de algún tipo de asistencia inicial si se tiene en cuenta que la adquisición e instalación de un cargador demandaría una inversión inicial cercana a los 50.000 dólares, a los que deben sumarse los costos de mantenimiento.

A diferencia de los vehículos tradicionales de combustión interna, los eléctricos no dependen exclusivamente de una estación de servicio para su abastecimiento y pueden recurrir a la red eléctrica común, aunque en este caso los períodos de carga pueden extenderse por varias horas y serían insuficientes para dotar a los vehiculos de una autonomía para viajes largos.

Por tal razón, el desarrollo de la electromovilidad requiere de la instalación de una red de cargadores que no se limite a los principales centros urbanos, sino que cubra la mayor parte del territorio nacional.

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