La terminal tuvo una reducción de 133.000 contendores en un año. El problema es multicausal: influyeron las trabas aduaneras del país vecino, la salida de dos grandes navieras y según los operadores, también la desburocratización en las terminales argentinas.
El puerto de Montevideo atraviesa una de sus caídas más pronunciadas en el movimiento de contenedores de los últimos años.
Entre abril de 2024 y marzo de 2025, la terminal movilizó 1.040.547 contenedores, cifra que representa una disminución del 11,3% respecto el año anterior, según datos de la Administración Nacional de Puertos (ANP).
Esta diferencia de 76.617 contenedores en apenas tres meses alerta sobre un fenómeno de dimensiones estructurales.
En términos absolutos, se dejaron de operar 133.059 contenedores en solo un año, pese a que el puerto venía de alcanzar niveles récord entre 2020 y 2024. La tendencia se agravó en los primeros meses de este año, con un retroceso del 48,8% en los contenedores en tránsito durante marzo.
Un arranque de 2025 difícil para el puerto de Montevideo
El dato más significativo del primer trimestre de 2025 fue el descenso en la cantidad de contenedores movilizados: entre enero y marzo se contabilizaron 219.507 unidades, frente a las 296.124 del mismo período del año anterior.
Esta diferencia de 76.617 contenedores en apenas tres meses alerta sobre un fenómeno de dimensiones estructurales. La baja responde principalmente a la pérdida de operaciones de tránsito —clave en el modelo de hub regional del puerto uruguayo— y a la caída en la circulación de contenedores vacíos, cuya reducción fue del 22,1%, según la misma fuente.
Argentina agilizó procesos
Las causas de esta retracción son múltiples y convergentes. Entre las más relevantes, operadores del sector señalaron al medio uruguayo El País que se produjo una mejora sustancial en los procedimientos aduaneros de Argentina, lo cual incentivó a varias líneas a utilizar los puertos argentinos restándole competitividad a Montevideo.
A eso se sumó la salida de servicios de tránsito por parte de dos navieras internacionales: Mediterranean Shipping Company (MSC) y Hapag-Lloyd. En paralelo, la decisión de la Aduana uruguaya de controlar el 100% de los contenedores provenientes de Paraguay generó demoras que alcanzan varias semanas, afectando los costos y la eficiencia operativa.

El redireccionamiento de flujos por parte de MSC es uno de los movimientos más notorios. Una fuente de la compañía confirmó al mismo medio que trasladaron los tránsitos con carga paraguaya y argentina a Exolgan, en Buenos Aires, debido a un diferendo de costos con la Terminal Cuenca del Plata, operada por Katoen Natie.
La empresa también optó por llevar al puerto de Navegantes, en Brasil, uno de los tres servicios que antes llegaban a Montevideo. Esta decisión afecta el tráfico marítimo entre puertos del Mediterráneo y el Río de la Plata, que hasta ahora incluía a Uruguay como escala relevante.
Otros factores en juego
El marco conflictivo también incluye disputas laborales. La terminal enfrentó 178 horas de paros en lo que va de 2024, según datos de la empresa. Las huelgas fueron promovidas por el Sindicato Único Portuario, presidido por Marcelo Díaz, quien además milita en el Partido Socialista.
Esta disputa coincidió además con una reconfiguración acelerada de las rutas marítimas regionales. Mientras Uruguay debatía internamente sobre tarifas, controles y cargos jerárquicos, MSC adquirió dos terminales en Paraguay y aumentó sus tarifas en ese país en un 400%, según denuncias de exportadores locales.
La ANP, cuya estructura directiva aún muestra signos de inestabilidad, enfrenta el desafío de recuperar flujos de tránsito en un entorno donde la competencia portuaria se intensifica por las mejoras en infraestructura en Brasil y Argentina.