La nueva conducción de YPF encabezada por el ex Tecpetrol Horacio Marín, focalizará sus inversiones y esfuerzos operativos en el gas y el petróleo de Vaca Muerta, donde la industria encuentra las mejores condiciones de rentabilidad.

El camino de crecimiento de la petrolera tiene un objetivo y una estrategia desarrollada por el nuevo presidente y CEO de YPF, la compañía de mayoría estatal, un amante del tenis que suele utilizar a menudo las metáforas de ese deporte en sus charlas.

Es así que sus allegados explican cómo el plan de desarrollo de la empresa ya se conoce como el Método Djokovic, por el tenista serbio que lidera hace muchos años el ranking global.

Hoy la empresa cuenta con un mix de producción de recursos de hidrocarburos que proviene un 50% de Vaca Muerta y el otro 50% de los yacimientos convencionales que opera en casi una decena de provincias de la Argentina, en particular Neuquén, Mendoza, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz, en las cuales hay un importante déficit de rentabilidad por la baja productividad de los pozos.

Ante esa lectura de la realidad, teniendo en cuenta el rol de YPF a la cabeza de la industria energética, y con la premisa de fortalecer el portfolio de mediano plazo, la nueva conducción decidió focalizar los esfuerzos de los próximos cuatro años en el no convencional neuquino, y apalancar desde allí las exportaciones de gas y petróleo para alcanzar un saldo favorable de US$ 30.000 millones con la participación de toda la industria hacia finales de la década.

Esta política empresarial obligará a decidir dónde invertir y dónde no, un punto en el cual comienza a aplicarse el Método Djokovic, que allegados a Marin explican de qué se trata.

El tenista que sigue ostentando el Nro 1 global, elige dónde focalizar sus esfuerzos durante el año y es así que no juega ningún torneo de ATP Challenger Tour, que consiste en una serie de torneos que conforman el segundo nivel del tenis profesional, y que suma unos pocos puntos a sus vencedores.

YPF Horacio Marin
El nuevo CEO de YPF definió las prioridades de la petrolera.

En este circuito participan jugadores de ranking inferior al puesto 70 y reparten hasta 125 puntos al ganador.

El segundo nivel son los ATP250 y los ATP500, que otorgan una cantidad de puntos equivalentes a sus denominaciones, y en las cuales tenistas de la élite suelen participar recién en los torneos importantes, aunque en el caso de Djokovic sólo es habitué de un puñado de torneos del ATP500, en los que estadísticamente suele tener buena parte de sus pocas derrotas del año.

Es que el deportista serbio tiene claro que sus esfuerzos deben orientarse a los Grand Slams, los torneos que aportan 1000 puntos al ranking, que concitan la atención del mundo tenístico, que otorgan los más grandes premios a su cuenta bancaria y que llevan para el ganador un lugar en la gloria del tenis.

Vaca Muerta, el grand slam de YPF

Es allí donde se traduce el método inéditamente trasladado a la industria del gas y petróleo, porque es la clase de torneo que YPF quiere jugar y que explica por qué revisa su participación en los yacimientos convencionales.

La compañía ya anticipó que decenas de áreas maduras que le dan fuertes pérdidas desde hace muchos años van a ser revertidas a las provincias que otorgaron la concesión, y que sólo quedará al frente de la operación de aquellas en donde se justifique económicamente, una decisión ya analizada desde la nacionalización de 2012 pero que ningún de sus presidentes pudo concretar por la fuerte presión política de los gobernadores.

La actual conducción retoma el objetivo Vaca Muerta como eje central y aspira que el actual mix 50-50 se transforme en los próximos años en un 80% de recursos provenientes de Vaca Muerta y sólo el 20 restante del convencional.

Hidrocarburos, Vaca Muerta, Shale
YPF buscará que el upstream tenga un nivel de productividad y eficiencia de clase mundial.

Privilegiará así las áreas donde hay comprobado un recurso privilegiado, que tiene mejor costo de operación, donde fluye de mejor manera las inversiones de los socios internacionales y en consecuencia que aporta mayor rentabilidad.

La idea, en definitiva, no es nueva para el sector. El ejemplo de lo que viene llevando a cabo en los últimos años la vecina Petrobras, va en ese mismo sentido.

El gigante brasileño que transformó la industria de ese país, desde 2013 concentró sus esfuerzos en el gigantesco Presal, donde duplicó su producción en los últimos cuatro años y pretende volver a duplicarla al 2029, llevando a Brasil a ingresar al club de los mayores productores y exportadores de crudo del mundo al que también aspira YPF para la Argentina.

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