El Gas Natural Comprimido aprovecha el boom de producción y se recupera como oferta para el transporte de carga. Proyectan cinco grandes corredores verdes en las principales rutas del país.

De Vaca Muerta a las rutas, el gas natural tiene en marcha un sendero de desarrollo que permitirá ofrecer al transporte de cargas de la Argentina la posibilidad de una transformación de su matriz energética para abastecerse de un combustible abundante y de bajo costo, tal como plantea la ecuación del Gas Natural Comprimido (GNC), largamente conocido en el país, y que YPF busca desarrollar.

El incremento de la producción de gas no convencional hasta topear la capacidad de transporte registrado en los últimos dos años y la perspectiva que abre la primera y la segunda etapa de la construcción del gasoducto troncal Néstor Kirchner, permite nuevos escenarios para la logística.

GNC
Apuestan a que el GNC recupere terreno en el transporte de carga.

Existen unas 2.200 estaciones de carga de GNC, expandidas en 500 localidades de 20 provincias, para un parque automotor de poco más de 1,8 millón de vehículos.

Agilizar la carga y garantizar disponibilidad

De todas las iniciativas en marcha, el proyecto más avanzado es el que encara la petrolera YPF para la construcción de cinco redes troncales para abastecer con carga rápida al transporte de cargas a GNC, lo que abre una gran ventana de oportunidad hacia un transporte sustentable. El gigantesco proyecto parte de la foto actual en el que Argentina tiene los gasoductos saturados gracias al Plan Gas, y si se quisiera usar más el GNC habría que tener más gasoductos y ampliar la distribución.

Liberar parte de ese gas al transporte de cargas forma parte de la idea de desarrollo de YPF a través de un esquema de 5 corredores nacionales con grandes estaciones de carga rápida -con tiempo máximo de 8 minutos- y no más de 300 kilómetros entre puntos para el transporte de carga.

Esta carrera de darle valor a Vaca Muerta es clave para favorecer la disminución de la huella de carbono y generar divisas, ya que se gastan U$S 2.000 millones anuales en importaciones, pero también permitirá convertir al GNC deje de ser un combustible de segunda opción, con una iniciativa cambia el modelo de logística.

Existen unas 2.200 estaciones de carga de GNC, expandidas en 500 localidades de 20 provincias, para un parque automotor de poco más de 1,8 millón de vehículos.

La idea de la petrolera es comenzar con bases de este entramado de corredores desde la ciudad neuquina de Añelo y la de Zárate, al norte de Buenos Aires, y a partir de ahí extender este proyecto de corredores del programa nacional de transporte sustentable. Uno de esos corredores ya diseñados será Buenos Aires-Rosario-Córdoba, con surtidores de alto caudal, con carga de GNL, GNC y otros combustibles, lo que también genera el desafío a las terminales automotrices de diversificar su oferta de motorizaciones en el mercado local.

Trasladar la idea a la incorporación masiva del Gas Natural Licuado (GNL) para el transporte no es tan sencillo, no solo por la disponibilidad con que cuenta el GNC de infraestructura de redes y de estaciones de servicio, sino por las características del producto en si mismo.

Esta transformación de la matriz que busca diversificar el dominio de los combustibles fósiles en el transporte se impone con la premisa de preservar el medio ambiente, disminuir los costos de la logística del país, sumar valor agregado a la producción industrial y tecnológica local e incluso mejorar la balanza comercial.

Pero también el desarrollo de estos combustibles menos contaminantes es una de las alternativas de generación de demanda para el gas incremental de Vaca Muerta, ya que se estima que el desarrollo del nuevo esquema permitiría pasar de la actual demanda de casi 7 millones hasta los 23 millones de metros cúbicos diarios.

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