No sólo Vaca Muerta y la planta de GNL serían los capitalizadores del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones. El hidrógeno verde, el offshore en el Mar Argentino y la minería de litio, cobre y oro también asoman con oportunidades.

Los impulsores del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) que propuso el Gobierno en la Ley Bases sostienen que las facilidades impositivas que ofrece atraerá capitales en sectores clave de la economía, y particularmente en proyectos energéticos, relacionados no sólo con Vaca Muerta, sino también con el GNC, el hidrógeno verde y la minería de litio, cobre y oro.

El desarrollo de infraestructura productiva en sectores como el minero y el energético, y un marco legal para poder llevar adelante grandes inversiones, son reclamos que la industria viene haciendo desde hace tiempo.

Según la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), se estima que la demanda mundial de cobre podría crecer en casi 10 millones de toneladas en la próxima década, y recomienda que Argentina se posicione rápidamente para satisfacer parte de esa demanda.

A tal punto llega el respaldo al nuevo régimen desde esos sectores, que el presidente de YPF, Horacio Marín, aseguró que “sin RIGI no hay proyecto de GNL”, haciendo referencia también al proyecto que la petrolera viene desarrollando desde hace dos años con el gigante malayo Petronas, uno de los cuatro grandes productores en el planeta.

Vaca Muerta se perfila como el principal beneficiario del RIGI que se aprobó la semana pasada en el Senado de la Nación. Las operadoras apuestan a que en un 2024 en el que ya se han superado las 7.600 etapas de fractura y se anticipa que a fin de año llegarán a unas 18.000, la confirmación del nuevo régimen refuerce aún más las inversiones en la actividad.

También en el ámbito de la energía, y acaso como el proyecto principal asociado al RIGI, aparece la planta de GNL de YPF y Petronas, con una inversión inicial de US$ 360 millones, repartida equitativamente.

Además, Petronas ha confirmado el inicio de la construcción de una unidad flotante de procesamiento de Gas Natural Licuado (GNL), que operará junto con YPF para exportar gas de Vaca Muerta a partir de 2027. El proyecto, denominado ARGLNG, tiene como objetivo alcanzar una exportación de 120 mm3/d en la próxima década, generando un valor de US$ 16.000 millones.

Hoy, el ambicioso objetivo de una planta para licuar el gas de Vaca Muerta y subirlo a los barcos para venderlo al mundo prevé por los próximos 10 años inversiones por más de US$ 40.000 millones.

Es lo que demandará el trazado de tres gasoductos de 36 pulgadas desde la Cuenca Neuquina hasta el litoral Atlántico –Bahía Blanca o la costa de Río Negro- y la construcción de una megafactoría para producir y exportar más de 25 millones de toneladas año de GNL, equivalente a 120 millones de metros cúbicos diarios de gas; el doble de la producción actual.

Otro proyecto relevante es la perforación del primer pozo de hidrocarburos offshore en la Cuenca Norte del Mar Argentino. Los especialistas estiman que este proyecto podría generar inversiones por US$ 40.000 millones y crear más de 100 mil empleos.

Se ha llegado a especular con que laLa iniciativa tiene un potencial incluso mayor que Vaca Muerta, aunque requiere extraer fluido desde una profundidad de 4.000 metros, algo sin precedentes a gran escala en la Argentina. Se espera que pueda producir unos 200.000 barriles diarios, valuados en US$ 35.000 millones.

Además, entre los planes que posiblemente tomen impulso con el RIGI se incluye el Proyecto Fortescue, destinado a convertir a Río Negro en un polo mundial exportador de hidrógeno verde, que implicaría inversiones de aproximadamente US$ 10.000 millones y podría producir más de 2 millones de toneladas anuales de energía limpia, suficiente para abastecer a unos 15 millones de hogares.

El RIGI y las posibles inversiones en minería

En el sector minero, se destacan los proyectos de extracción de cobre, que podrían generar inversiones superiores a los US$ 20.000 millones.

Según la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), se estima que la demanda mundial de cobre podría crecer en casi 10 millones de toneladas en la próxima década, y recomienda que Argentina se posicione rápidamente para satisfacer parte de esa demanda.

Ley de Hidrógeno, RIGI, energías renovables
El proyecto de hidrógeno más grande anunciado en el país alcanza los 8.400 millones de dólares: es el de Fortescue en Rio Negro.

En la minería hay distintos proyectos según su tamaño, pero el sector metalífero tendría asegurada la posibilidad.

Es que los proyectos de litio suelen tener inversiones después de su factibilidad (esto quiere decir pasada la exploración), que superan los US$ 200 millones en cada caso.

Por ejemplo, la nueva mina que empezó su producción en abril, Centenario Ratones, requirió de una inversión de US$ 800 millones para montar la planta con nivel industrial.

Del otro lado la de la mesa están proyectos de oro y cobre, sobre todo los cordilleranos, que debido a que deben construir campamentos para que se instale el personal de manera permanente, y a veces hasta obras de infraestructura como caminos, redes eléctricas y grandes plantes de procesamiento,, multiplican por 10 la base. 

Los Azules, un proyecto de cobre ubicado en San Juan, presupuesta que su construcción rondará los US$ 2.500 millones. Josemaría, la única mina de cobre en pre-construcción, calcula obras por más de US$ 4.000 millones. 

Oleoducto Vaca Muerta Sur, en marcha

El RIGI también podrá alcanzar a otro de los grandes proyectos en marcha de la industria hidrocarburífera, como lo es el Oleoducto Vaca Muerta Sur, una obra que encabeza YPF con la idea de sumar socios privados, y que es clave para dar por superados los cuellos de botella que condicionan la producción de petróleo en Vaca Muerta.

El conducto es exclusivamente para poder incrementar los volúmenes de exportación, ya que la demanda local está cubierta.

Vaca Muerta Sur YPF
Vaca Muerta Sur YPF

La idea es extender desde Neuquén hasta Sierra Grande, en la costa de Río Negro, un oleoducto de casi 600 kilómetros de extensión y una capacidad de transporte de 360.000 barriles, junto a una mega terminal portuaria con dos monoboyas planificadas para recibir a los mayores cargueros hasta hoy conocidos e instalaciones de almacenamiento que en conjunto requerirá una inversión de más de US$ 2.500 millones.

La lista de obras que también podrán quedar bajo el paraguas del RIGI podría incluir el segundo tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, que el Gobierno planea concretar con privados y sin gastos para el Estado.

Se trata de una etapa clave que se extenderá desde el nodo ubicado en la localidad bonaerense de Salliqueló hasta el de San Jerónimo, al sur de Santa Fe, un punto clave en  el sistema de ductos nacional.

Con una longitud total de 524 kilómetros, y una inversión que podría alcanzar los US$ 1.200 millones, este proyecto permitirá aumentar el transporte total del gasoducto a 44 millones de metros cúbicos diarios y generar mayores volúmenes disponibles para abastecer a toda la región litoral de la Argentina mediante el Gasoducto de Noreste (GNEA) y preparar los volúmenes con los cuales pensar un eventual cruce a Brasil.

La aprobación del RIGI en el Senado

Con 38 votos a favor y 32 en contra, los senadores aprobaron el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), el cual sufrió varias modificaciones antes de la votación.

La primera afecta al artículo 165: ahora se aplica específicamente a los sectores de «foresto industria, infraestructura, minería, energía y tecnología» que cumplan con los requisitos previstos, en lugar de aplicarse a «cualquier sector».

Adicionalmente, se incluye un incentivo adicional para los proveedores locales, estableciendo que el compromiso de inversión deberá ser, como mínimo, del 20% del monto total de inversión, siempre que «la oferta se encuentre disponible y en condiciones de mercado en cuanto a precio y calidad».

Este porcentaje mínimo debe mantenerse tanto durante la etapa de construcción como en la de operación.

Otra modificación significativa se encuentra en el artículo 196, relacionado con los incentivos cambiarios.

Este cambio limita la obligación de liquidación en el mercado de cambios a las divisas obtenidas por exportaciones de productos generados por los proyectos.

 La obligación será del 20% después de dos años de iniciada la inversión, del 40% después de tres años, y del 100% a partir del cuarto año.

La iniciativa mantiene el monto base para las inversiones en US$ 200 millones, aplicable a los sectores de foresto industria, infraestructura, minería, energía, tecnología, turismo, petróleo y gas, y siderurgia.

Ahora se espera que los diputados, que ya habían dado su visto y bueno al proyecto, convaliden estos y muchos otros cambios realizados a la Ley Base en la Cámara Alta, para avanzar finalmente con la aprobación final del poder legislativo.

Comentarios

Por si acaso, tu email no se mostrará ;)