Luego del naufragio del Pescarguen IV, el Sitio 4 quedó inutilizado por seguridad. Los detalles del complejo plan para reactivarlo y el video de la varadura del buque hundido.

A un día de que se cumpla un año del siniestro que dejó sin actividad el sitio 4 del Muelle Almirante Storni, en Puerto Madryn, desde la Administración portuaria de la ciudad informaron que se logró liberar el espacio y rehabilitar el puesto. Además, destacaron la rapidez con que se cumplió el objetivo en colaboración con la Prefectura Naval Argentina y la empresa armadora.

El buque en cuestión es el Pescarguen IV, un navío de 65 metros de eslora especializado en la pesca de langostinos. El 5 de agosto del año pasado, la embarcación se hundió en el muelle tras escorar sobre estribor cuando realizaba maniobras de descarga.

Entre los trabajos principales y tareas menores como la pintura en bolardos y bitas, cordones cuneta y sendas peatonales, luminarias y reparación de barandas se desembolsaron más de 23 millones de pesos.

Para retirar el barco hundido se puso en marcha un plan de trabajo que tuvo su principal avance en enero de este 2023 cuando se concretó la maniobra de varadura del navío, proceso que fue difundido a través de un video.

A partir del reflote, se continuó con las tareas de protocolo para desguazar y retirar el barco. Posteriormente, se realizaron inspecciones subacuáticas para evaluar el estado de los pilotes y las áreas cercanas a los cabezales, y al mismo tiempo se verificaron los anclajes en bolardos y bitas. Además, se evaluó la integridad estructural del ex pesquero.

Luego se reemplazaron los bulones fusibles, se repararon las estructuras de hormigón armado que habían sido dañadas, como fue el caso del borde de coronamiento, la superficie de los cabezales 2 y 3, y del pilote Sur del cabezal 3. Adicionalmente, montaron nuevos escudos y grilletes para el sistema de defensas.

Cada paso del procedimiento fue informado de manera oficial por la entidad administradora del puerto. De ese modo se comunicó que, entre los trabajos y tareas menores como la pintura en bolardos y bitas, cordones cuneta y sendas peatonales, el mantenimiento de luminarias, reparación de barandas y colocación de escalera hombre al agua, se desembolsaron más de 23 millones de pesos.

Por su parte, la supervisión de las obras estuvo a cargo del personal especializado de la Prefectura Naval Argentina, garantizando de ese modo el correcto desarrollo bajo las legislaciones correspondientes.

Logro clave para la operatoria en Puerto Madryn

“Poder tener el Sitio 4 nuevamente operativo de por si es un acontecimiento muy importante para la APPM, pero el hecho de que se haya logrado en tan poco tiempo demuestra, una vez más, la importancia de trabajar mancomunadamente”, indicó el titular de la Administración Portuaria, Enrique Calvo.

“Esto no hubiera sido posible sin la invalorable predisposición de la Prefectura Naval Argentina, el compromiso y profesionalismo que aportó el personal de la APPM y el esfuerzo realizado por la empresa Pescargen”, agregó.

Puerto Madryn, Muelle, Pescargen IV
El sitio 4 había quedado inhabilitado por cuestiones de seguridad operativa, tras el hundimiento del Pescarguen IV el año pasado.

En total, todo el proceso de reflote y varado llevó 156 días. A partir del 8 de enero de este año, comenzaron los trabajos de desguace y la playa quedó liberada. El pasado fin de semana se registraron los primeros amarres en el espacio rehabilitado, entre los que se incluyen los buques pesqueros “Madre Divina”, “Messina 1”, “Nddanddu”, “Don Antonio”, “Aldebaran”, “Mar de Oro” y cinco navíos de la empresa Empesur.

La recuperación, un gran desafío

El proceso de liberar el espacio luego del naufragio resultó de alta complejidad dado que las condiciones meteorológicas dificultaron la planificación.

A un mes del siniestro, el director de Infraestructura de la Administración Portuaria, Mariano Taylor, explicó que al no estar totalmente hundida, la embarcación se movío unos metros cuando el viento producía oleaje.

«Para adrizarla y ponerla en posición primero hay que hundir el casco completamente«, indicó antes de que se iniciara esa tarea.

El buque escorado generaba inconvenientes operativos en el muelle y un efecto contaminante que en su momento preocupó a las organizaciones ambientales, teniendo en cuenta la vasta biodiversidad de las costas chubutenses.

«Desde el mismo viernes que se produjo el incidente se comenzó con las tareas de contención de los líquidos contaminantes», aseguró en aquel momento Enrique Calvo.

El barco era un congelador arrastrero de 64.06 metros de eslora por 12.07 de manga, con una capacidad de combustible de 150.000 litros, aunque no estaba con los tanques llenos, según se aclaró desde la Pescarguen.

El escoramiento de 90° se produjo en momentos en que se procedía a la descarga de la última marea, de 29 días en altamar, por lo que se deduce que el problema fue un desequilibrio de pesos.

En el sitio donde en el que se hundió la embarcación la profundidad es de 11 metros.

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