La conversión a Gas Natural Comprimido (GNC) creció en los últimos meses tanto en vehículos particulares como en el sector carguero. El precio de instalación de los tanques es un límite para el pleno desarrollo del sistema.
El principal atractivo que ofrece el GNC es el precio del m3 en comparación con el litro de nafta. Esta variable ha marcado el ritmo del mercado desde hace décadas. Sin ir más lejos, cuando los combustibles se incorporaron al programa de “Precios Justos”, en agosto del año pasado, las conversiones a GNC se desplomaron.
En consecuencia, el congelamiento en los valores del combustible líquido que acordaron las petroleras con el por entonces ministro de Economía, Sergio Massa, achicó la brecha con el GNC, que se resintió al punto que se puso en riesgo la sustentabilidad de las expendedoras.
Actualmente, se estima que cerca de 1.9 millones de las unidades que componen el parque automotor emplean GNC.
De acuerdo al informe del año pasado presentado por la asociación argentina de fabricantes de autocomponentes (AFAC), los autos a nafta todavía representan la mayoría de la flota circulante con un 63% del total. Los vehículos diésel aparecen en segundo plano, representando el 24,8% y los vehículos a GNC, que significaban el 12,9%, hoy no superan el 11%.
Sin embargo, una serie de factores que comenzaron a ganar terreno en tiempos recientes auguran un futuro más prometedor para el segmento gasífero.
Gas barato, equipos caros
El mayor obstáculo que enfrenta la expansión del GNC está directamente vinculado al costo que tiene la instalación de los equipos. Según las últimas estimaciones, un equipo de 60 metros cúbicos en un auto particular sale entre $800.000 y $1.000.000.
En cuanto a la oblea habilitante, hubo un aumento del 100% y pasó de $435 a $870. A estos costos hay que sumarle la prueba hidráulica del tanque, con oblea y válvula, que tiene un valor de $88.500.
Dado el contexto económico y financiero del país, los montos que demanda la conversión a GNC la vuelven inviable para gran parte de la población. Es por eso que desde distintas cámaras vinculadas al sector han presentado proyectos o compartido propuestas para establecer programas de incentivos que faciliten el acceso.
En noviembre del año pasado, Federico Baratella, presidente de la Cámara de Fabricantes de Equipos (CAPEC) elevó una propuesta de este tipo, con el apoyo de representantes de talleres, proveedores de repuestos e insumos, así como de las Estaciones de Servicio de GNC.
El proyecto consiste en la implementación de créditos subsidiados a tasas accesibles exclusivos para la conversión de vehículos a GNC. Baratella sugiere que, de manera similar a los préstamos ofrecidos por ANSES a trabajadores en relación de dependencia a través de tarjetas de crédito, los bancos estatales podrían ofrecer financiamiento específico.
El directivo sostiene que esta medida no causaría problemas fiscales, ya que se espera que la promoción del uso de GNC en vehículos conduzca a la sustitución de importaciones de combustibles líquidos, reducción de impuestos y ahorro en subsidios.
Desde CEDOL, en tanto, señalan otros aspectos a tener en cuenta: “Salvo Rusia y Argentina, prácticamente ningún país tienen el abastecimiento de gas que nosotros podemos producir. Es un combustible muy eficiente para los vehículos de corta y media distancia”, destaca Hernán Sánchez, presidente de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol).
“Desde Cedol conversamos con todos los gobiernos sobre este tipo de políticas, y también lo haremos con este gobierno. La coyuntura es favorable, con el gasoducto terminado y la crisis de petróleo que hubo el año pasado”, añadió.
Un escenario favorable para el GNC
Con el inicio del 2024 las expectativas en la industria del GNC comenzaron a crecer de manera acelerada. En primer lugar, la asunción de Javier Milei y su política liberal marcó el final de Precios Justos y los valores de los combustibles líquidos aumentaron cuatro veces en solo tres meses.
El 13 de diciembre, a tres días de la asunción de Milei, se aplicó una suba en los combustibles del 37%. El 3 de enero aumentaron otro 26%; el 1º de febrero, otro 6,5% que incluyó una actualización impositiva; y finalmente en marzo otro 4,5%. Si bien el GNC tuvo un aumento que rondó el 18,8% a principios de año, la brecha con los combustibles líquidos se agrandó.
“Desde Cedol conversamos con todos los gobiernos sobre este tipo de políticas, y también lo haremos con este gobierno. La coyuntura es favorable, con el gasoducto terminado y la crisis de petróleo que hubo el año pasado”, destaca Hernán Sánchez.
Al día de hoy, el metro cúbico oscila entre los 250 y 300 pesos en el Área Metropolitana de Buenos Aires, mientras que el litro de nafta Súper pisa los $800.
Pero las ventajas de la propulsión a gas no se limitan a la cuestión económica, sino que implica una menor huella de carbono en un mundo globalizado que se dirige decididamente hacia la descarbonización en el transporte y tiene como principal motor de abastecimiento a la producción de Vaca Muerta.
Este aspecto toma mayor preponderancia en el segmento carguero. En ese sentido, Guillermo Werner, Director del Departamento de Energía y Sustentabilidad de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), le brindó a Dinamicarg algunas precisiones sobre los beneficios del gas vehicular en el sector.
“El desarrollo del mercado de Gas Natural Vehicular (GNV) es una realidad para el transporte pesado en Argentina. Especialmente por las ventajas económicas que presenta y las menores emisiones de material particulado que emite, e inclusive porque no genera contaminación auditiva. Por este motivo, se lo conoce al gas como combustible de la transición”, explicó el especialista.
Según detalló Werner, actualmente circulan unos 1.326 camiones y buses con motores dedicados a GNC. “Además, se están incorporando estaciones con surtidores de carga rápida para agilizar el abastecimiento. Existen más de 2.000 estaciones de carga de GNC en nuestro país, que rápidamente se van adaptando al transporte pesado”, agregó.
Otro aspecto que favorece el crecimiento de esta industria es la construcción de infraestructura clave que se aceleró a partir del impulso de la actividad en Vaca Muerta, que ya provee el 70% del suministro de gas en el país.
“La Argentina cuenta con una importante infraestructura, tanto de gasoductos como redes de distribución, cuyo abastecimiento en el máximo llega a los 175 millones de metros cúbicos por día”, detalló Werner.
Este network es de los más amplios del mundo, y hace que los costos se encuentren amortizados y compartidos con otros destinos, lo cual beneficia la inserción del gas vehicular, ya fuere en su variante de GNC (gas natural comprimido a 250 bar) o en GNL (gas natural licuado en estado criogénico).
“Económicamente, el valor del gas en boca de pozo puede llegar en valores spot al dólar por millón de BTU, unidad de medición térmica británica, algo así permitiría alcanzar una escala que generaría un precio del orden de los US$7,5 por MMBTU, o US$0,4 por litro equivalente de GNC, cuando se alcance una escala óptima”, subrayó el experto de FADEEAC.
Actualmente, YPF ya se encuentra diseñando corredores en las zonas de Buenos Aires-Rosario-Córdoba, fuente principal de recorrido del transporte pesado, y en la zona petrolera de Añelo-Zárate.
“Desde FADEEAC consideramos que las condiciones están dadas para que el mercado de GNV crezca, solo resta diseñar un programa que siendo efectivo permita viabilizar ganancias para todos los gestores del autotransporte, estacioneros y las empresas productoras de gas. Esto por cuanto los vehículos pesados a GNC resultan inicialmente más costosos y requieren de un flujo operativo que haciendo la diferencia lo repague” completó Werner.
GNC de fábrica
La Cámara de Expendedores de Gas Natural Comprimido (CeGNC) elaboró un proyecto que apunta a convertir todo el parque automotor a GNC, e instalar los equipos directamente de fábrica, especialmente en los camiones y utilitarios. La iniciativa ponía énfasis en «las enormes posibilidades que brinda el desarrollo de Vaca Muerta».
Los miembros de la entidad empresaria, apuntaron a emplear el máximo de los excedentes de gas que se dispararon a partir de la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner, y elaboraron una serie de sugerencias destinadas a ser tenidas en cuenta por el Ejecutivo Nacional.
Entre ellas se incluía financiamiento especial para la conversión y exenciones fiscales vinculadas a la disminución de gases emitidos.