Desde 2013, se extrajeron más de 122 millones de millones de metros cúbicos de gas natural. Un repaso de las operadoras que concentran la mayor parte de la producción en el shale neuquino.
La producción de gas natural en Vaca Muerta ha crecido de forma sostenida durante la última década, convirtiéndose en un eje estratégico para el desarrollo energético de la Argentina. Entre las compañías con mayor participación histórica se destaca YPF, considerada una pionera en el segmento iniciando sus operaciones en 2013.
Desde entonces, la actividad se extendió rápidamente y ya se han extraído más de 122 millones de millones de metros cúbicos de gas, una cifra que dimensiona el peso específico del recurso en la matriz energética nacional. Sin embargo, el grueso de la producción se concentra en un grupo reducido de operadoras.
Tecpetrol y Pluspetrol lograron altos niveles de extracción en períodos mucho más breves.
El liderazgo de la estatal responde al éxito de múltiples desarrollos en la ventana gasífera de la formación. Uno de los hitos fue El Orejano, un bloque pionero en el uso intensivo de técnicas de extracción no convencional, que mantiene operaciones hasta el día de hoy en asociación con Dow.
La empresa acumula hasta mayo pasado un total de 35,73 millones de millones de metros cúbicos de gas, lo que la posiciona en el primer lugar del ranking de producción.
Quiénes completan el podio del gas en Vaca Muerta
En segundo lugar aparece Tecpetrol, la firma del Grupo Techint, que inició su actividad en Vaca Muerta en 2017. A pesar de haber comenzado cuatro años más tarde que YPF, logró niveles de producción casi equivalentes: 35,46 millones de millones de metros cúbicos.
Buena parte de ese resultado se explica por el impulso de Fortín de Piedra, un bloque que se transformó rápidamente en una de las principales fuentes de gas del país. La empresa destacó en reiteradas ocasiones que su crecimiento fue posible gracias a “la eficiencia operativa y una estrategia de inversión sostenida”.
La tercera operadora en volumen acumulado es TotalEnergies. La compañía francesa, que inició sus actividades orientadas al gas en la formación en 2016, ha consolidado su presencia con una producción de 16,32 millones de millones de metros cúbicos.
Su participación refleja un perfil más enfocado en la explotación continua de áreas específicas, con un ritmo de crecimiento más moderado que otras firmas del ranking, pero con resultados constantes desde su llegada a la zona.
Cómo se completa el top 5
Pan American Energy (PAE) figura en el cuarto lugar, con una producción de 12,17 millones de millones de metros cúbicos. La firma ingresó al segmento de shale gas en Vaca Muerta en 2018, priorizando un enfoque mixto entre petróleo y gas natural.
Si bien sus operaciones comenzaron más tarde que las de otras empresas, logró posicionarse como uno de los actores relevantes en la extracción de este recurso. Desde la compañía remarcan que la estrategia apunta a “equilibrar el perfil de producción según las oportunidades del mercado”.

Pluspetrol cierra el grupo de las cinco operadoras más relevantes, con una producción de 9,74 millones de millones de metros cúbicos. Su ingreso al negocio del gas no convencional en Vaca Muerta fue el más reciente, ya que sus primeros desarrollos en esta área se remontan a 2019. Sin embargo, su desempeño ha sido ágil, en especial gracias al avance del bloque La Calera.
La empresa resaltó que “la curva de aprendizaje fue intensa, pero permitió escalar operaciones en tiempos muy competitivos”.
Más allá de las cifras absolutas, el ritmo de incorporación de cada operadora ofrece información clave sobre su estrategia. Mientras que algunas, como YPF, apostaron por una participación temprana y extendida, otras como Tecpetrol y Pluspetrol lograron altos niveles de extracción en períodos mucho más breves.
Esa diferencia marca enfoques diversos: algunos con una lógica de consolidación a largo plazo y otros con esquemas de expansión acelerada. Desde la Secretaría de Energía sostienen que “la pluralidad de actores ha sido un factor positivo para acelerar la maduración del recurso, atraer inversión y distribuir el riesgo entre múltiples operadores”.