El el primer buque de pasajeros 100% eléctrico de gran escala, con 130 metros de eslora que lo convierten en el más grande en su tipo. También tendrá la tienda comercial a bordo de mayor superficie. Qué fálta para que esté operativo entre Buenos Aires y Montevideo.
El China Zorrilla de Buquebus ya navega. El primer ferry eléctrico de su tipo en el mundo fue botado por el astillero Incat en Australia y, si todo sigue según lo previsto, pronto estará operando entre Montevideo y Buenos Aires.
El nuevo buque que unirá las capitales argentina y uruguaya no sólo es el más grande de su clase, con sus 130 metros de eslora, sino que también es el primero diseñado para funcionar exclusivamente con energía eléctrica.
El ferry eléctrico está equipado con más de 250 toneladas de baterías conectadas a un sistema de almacenamiento energético (ESS) con más de 40 megavatios-hora de capacidad.
Anunciado por Buquebus en julio del año pasado, el proyecto marca un hito para el sector: no solo es el primer ferry eléctrico de pasajeros de gran escala, sino que se construyó bajo la modalidad de operación azul, una fórmula financiera pensada para proyectos que cuidan los océanos.
Fue la primera del mundo en este rubro y también un estreno absoluto para Uruguay. “Es un verdadero orgullo ver materializada la visión de Buquebus”, celebró Juan Carlos López Mena, presidente de la compañía.
Aunque ya fue botado, el ferry todavía no está terminado: faltan las pruebas en el mar y algunos trabajos en su interior.
Entre ellos, la instalación de una tienda libre de impuestos de 2.300 m², que convertirá al China Zorrilla en el ferry con el espacio comercial más grande del planeta.
La instalación final de baterías y la integración completa del sistema eléctrico se realizarán antes de las pruebas de navegación en el río Derwent.
En función de este plan, se calcula que el China Zorrilla estará empezando a operar en el Río de la Plata hacia el último trimestre de este 2025
Un ferry eléctrico de clase mundial
El buque está equipado con más de 250 toneladas de baterías conectadas a un sistema de almacenamiento energético (ESS) que supera los 40 megavatios-hora de capacidad.
Este sistema —el más grande del mundo para una embarcación de pasajeros— alimenta ocho hidrojets eléctricos que lo impulsan a través del Río de la Plata.
El China Zorrilla podrá transportar hasta 2.100 pasajeros y 225 vehículos. La tecnología fue provista por Wärtsilä, el socio tecnológico de Buquebus, y establece un nuevo estándar global en el transporte marítimo de pasajeros.

El astillero, conocido por su enfoque en embarcaciones de bajo impacto ambiental, también planea construir otro ferry más pequeño y contratar a 200 empleados en los próximos 12 meses.
Para hacerlo posible, Buquebus accedió a un crédito azul por US$ 170 millones, garantizado por el Banco Santander de Uruguay y la Corporación Financiera Internacional (IFC), el brazo del Banco Mundial para el sector privado. La obra completa demandó una inversión de US$ 184 millones.
El impacto ambiental de esta apuesta es contundente. Desde Buquebus estiman que el nuevo ferry permitirá reducir en un 84% las emisiones totales asociadas al transporte entre Uruguay y Argentina.
“Proporcionará servicios de transporte más limpios al 44% de los pasajeros que viajan por ferry entre Uruguay y Argentina”, indicaron.
El China Zorrilla operará principalmente la ruta Buenos Aires-Colonia y se convertirá en una pieza clave para la descarbonización del transporte fluvial regional.
¿Qué es un crédito azul?
El financiamiento del ferry se convirtió en el primer préstamo azul aplicado al transporte de pasajeros en el mundo. Este tipo de crédito está diseñado para proteger los océanos, sus ecosistemas y las economías que dependen de ellos. Se enmarca dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y moviliza capital público y privado hacia iniciativas de la llamada economía azul.
La IFC estructuró la operación como un compromiso asociado (o Partial Credit Guarantee), lo que permitió cubrir el préstamo corporativo senior de Buquebus. El proyecto será propiedad de Los Cipreses S.A., la sociedad uruguaya que controla la empresa.
Aunque el mercado de los bonos y préstamos azules todavía está en desarrollo —hasta julio de 2022 se habían emitido apenas 12, por un total de US$ 2.856 millones, según el Banco Mundial—, este tipo de instrumentos empieza a abrir nuevas rutas para financiar la transición ecológica también desde el agua.