Aplicará una sanción instaurada en la crisis de 2002 pero hasta ahora nunca efectivizada, que puede derivar en cortes de luz rotativos para los usuarios. Lo avisó tras acordar el pago de sus propios pasivos con generadoras y productoras de gas.
Luego de un trabajoso acuerdo para saldar con un bono su deuda con generadoras de electricidad y productoras de gas, la estatal Cammesa anunció una nueva medida dirigida a empresas energéticas, en este caso las distribuidoras de energía: les cortará el suministro si no le pagan cada uno de los MW que le compran a precio por ahora subsidiado.
Para poder aplicar esa sanción, la reguladora del Mercado Mayorista de Electrticidad solicitó a la Secretaría de Energía el levantamiento de la suspensión del inciso «a» de la resolución 29/1995, que permite al Estado aplicar cortes programados a las distribuidoras morosas que no paguen la energía comprada en el mercado mayorista.
Cammesa empezará cortando el suministro luego de dos meses de mora, pero espera que la habiliten a poder hacerlo después de 20.
Esa resolución habilitaba la interrupción del servicio de manera incremental después de 20 días de mora.
Además, mientras espera que le den esa posibilidad, recurrirá a otra norma para no demorar su nueva política con los deudores, que durante el ya terminado congelamiento de precios en las boletas de luz, solían encontrar mayor tolerancia debido al atraso tarifario.
El vicepresidente de Cammesa, Mario Cairella, envió el jueves pasado una nota al Secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, informándole que hasta que se resuelva el levantamiento de aquella vieja suspensión, se aplicarán cortes basándose en otra disposición, de 2002.
Ese régimen, algo más indulgente, se implementó tras la crisis generada por la convertibilidad, pero en más de 20 años nunca fue aplicado. Hasta ahora.
La resolución 124/2002 clasifica como «distribuidor moroso crónico» a aquel prestador que acumule deudas vencidas e impagas por montos equivalentes o superiores a dos facturas mensuales. Es decir que tolera hasta 60 días de demora, antes de pasar a represalias.
Una sanción con impacto en los usuarios
Una vez que un distribuidor eléctrico es calificado como “moroso crónico”, la norma de 2002 instruye a informar a todos los usuarios de esa compañía sobre las posibles consecuencias que podrían sufrir en el suministro de energía eléctrica debido a la falta de pago.
Entre otras medidas, se permite una reducción de los niveles de tensión del suministro y posteriormente cortes de demanda de hasta el 10%, lo que obligaría al distribuidor a interrumpir el servicio a algunos clientes o aplicar cortes rotativos.
Durante las últimas dos décadas, las distribuidoras, afectadas por el congelamiento de tarifas, han dejado de pagarle a Cammesa en numerosas ocasiones, financiándose con esos recursos. Sin embargo, nunca se les aplicaron cortes en el servicio.
Con la reciente recomposición del Valor Agregado de Distribución (VAD) que el gobierno autorizó a principios de año, ahora se busca cortar el suministro a aquellos que no paguen.
La deuda de Cammesa con las generadoras
La semana pasada, el Ministerio de Economía logró un avance significativo cuando finalmente logró que todas las generadoras y productoras de gas aceptaran un bono en dólares como pago de la deuda que Cammesa acumuló por la energía de diciembre y enero.
A pesar de las fuertes quejas previas y a último momento, sobre el cierre del plazo máximo para adherir, que había sido extendido debido a la baja adhesión inicial, finalmente todas las empresas aceptaron la propuesta.
En su cuenta de X, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el desenlace del conflicto entre el Gobierno y las generadoras de electricidad y productoras de gas, que involucraba una deuda de 1.200 millones de dólares y había generado preocupación en EE.UU. y el FMI.
«100% de adhesión a la propuesta de cancelación de deuda de Cammesa correspondiente a las facturas de diciembre y enero», celebró Caputo en su cuenta de la red social X, justo después de que las principales compañías del sector eléctrico, Central Puerto y Pampa Energía, aceptaran las condiciones.
Caputo añadió que «el sector energético, que ya mostró un superávit comercial de 2.400 millones de dólares en el primer cuatrimestre del año, tiene un enorme potencial en nuestro país, con un superávit proyectado de 25 mil millones de dólares para 2030″.
Superado ese largo conflicto, desde Cammesa ahora apuntan a regularizar el cumplimiento de la otra «punta» del mercado energético: las distribuidoras que compran la energía para suministrarla a hogares, comercios e industrias en todo el país.