La petrolera de bandera aprobó el plan de “optimización” de activos para desprenderse de 55 áreas petroleras. La iniciativa fue aprobada por todos los directores, incluidos los que representan a las provincias productoras.
El método Djokovic que anunció Horacio Marin al asumir la conducción de YPF dio su primer paso formal. Esta mañana, el directorio de la compañía aprobó el plan de racionalización que «optimizará» el portafolio de activos convencionales de la compañia estatal.
La nueva gestión en la empresa busca enfocar sus esfuerzos, capital e inversión en el shale de Vaca Muerta por cuestiones de rentabilidad, y planea dejar a los pequeños operadores regionales para que sigan con la actividad en los yacimientos maduras.
En ese sentido, ya en enero YPF llegó a un primer acuerdo con Santa Cruz para la transferencia de 10 de estos yacimientos.
YPF pondrá bajo la lupa 55 yacimientos que presentan décadas de explotación y se catalogan como maduros.
Más allá de las conversaciones, esta nueva estrategia de YPF generó algunas tensiones con provincias petroleras como Chubut, cuyo gobernador, Ignacio Torres, salió a decir públicamente que la provincia podría reclamar un pasivo ambiental por 100 años ante la eventual salida de la mayor productora de hidrocarburos de los yacimientos.
“No podemos permitir que compañías como YPF, que viene extrayendo hidrocarburos de nuestro suelo desde el año 1907, ahora pretendan irse como si nada”, había señalado el mandatario del PRO en su momento.
La empresa de bandera igualmente avanza con su estrategia y dio a conocer que el plan de racionalización fue avalado por la totalidad del directorio, incluidos los representantes de las provincias productoras de HIdrocarburos.
La estatal anunció que realizará una evaluación de recuperabilidad del valor contable de los activos maduros, “lo que arrojaría como resultado un deterioro del valor contable del ejercicio 2023”, advirtió vía comunicado.
El plan de racionalización que autorizó la petrolera busca optimizar el portafolio del upstream convencional, “permitiendo a la empresa continuar desarrollando las áreas convencionales y no convencionales que aportarán mayor rentabilidad a la compañía y sus accionistas por dólar invertido, mediante una mejor alocación de sus recursos técnicos y económicos”, agrega el texto.
La evaluación de YPF en los campos maduros
En total, YPF pondrá bajo la lupa a 55 yacimientos que presentan décadas de explotación y se catalogan como maduros.
Esta categoría se reserva para aquellos sitios de hidrocarburos que ya pasaron su pico “óptimo de producción” y demandan de operaciones de recuperación secundaria y terciaria, procesos de alto costo para el mantenimiento de la actividad.
Hoy el portfolio del upstream de YPF se divide un 50% en Vaca Muerta y un 50% en el convencional. La meta es cambiar la ecuación a un 80% en el shale neuquino y 20% en los yacimientos tradicionales.
“Las buenas prácticas de la industria petrolera establecen que, para las compañías de escala como YPF, no resulta eficiente ni rentable producir petróleo en este tipo de yacimientos, los cuales en general son operados por operadores más pequeños que puedan dar continuidad a la actividad”, explicaron desde la estatal.
A su vez también se pondrán en revisión las 25 compañías participadas que tiene la petrolera nacional.
En este proceso, YPF aseguró que colaborará de forma activa con el desarrollo local y garantizará los puestos de trabajo durante la transición, “entendiendo que este proceso dinamiza la industria en su conjunto, ya que nuevas pymes locales podrán dar trabajo y desarrollo a cada región explotando áreas que de otra manera no podrían hacerlo”.
A su vez, en el comunicado la empresa señaló optimizará su inversión concentrándose en aquellas áreas convencionales y no convencionales que generen mayor valor para la compañía y sus accionistas, y sean más acordes a su escala.
Finalmente, la empresa informó que para llevar adelante este proceso se debe realizar una evaluación de recuperabilidad del valor contable de estos activos convencionales, evidenciando un indicador de deterioro al 31 de diciembre del 2023 estimado en 1.800 millones de dólares.