El puerto de Montevideo logró un acuerdo con los trabajadores tras las medidas que fuerza que lo tuvieron virtualmente paralizado durante todo el mes de octubre. Exportadores alertaron por la pérdida de buques y cruceros.
Octubre fue un mes de conflicto en el Puerto de Montevideo. La disputa con los representantes de los trabajadores por un cambio de software se extendió durante cuatro semanas, y terminó con un saldo de millones de dólares de pérdida en servicios no conectados, que incluyeron a distintos buques y también a cruceros que omitieron el puerto de la capital de Uruguay.
Durante ese lapso, los primeros diez días estuvieron marcados por el paro de actividades, que se extendió también a Montecon, la terminal que atiende a cerca del 25% del total de tráfico que opera en Montevideo.
El puerto ingresó luego en una tregua por 10 días, con reuniones diarias entre la empresa (Terminal Cuenca del Plata –TCP-), el ministerio de trabajo y los gremios. Ese plazo se cumplió sin llegar a un acuerdo, por lo que se retomaron las medidas de fuerza.
Esta vez, se organizaban asambleas que obligaban a TCP a notificar que no tenía certezas sobre si iba a poder recibir a las embarcaciones que tenían agendado atracar en sus muelles. De esta manera, la tensión aumentaba una vez más.
Hubo cruces de acusaciones y amenazas de profundizar el conflicto desde ambos sectores, que finalmente acercaron sus posturas.
La Asociación Uruguaya de Agentes de Carga (Audaca) emitió un comunicado en el que detalló que hubo nueve omisiones de buques con motivo del conflicto, más una decena de cruceros antárticos.
Para el 28 de octubre, la empresa y el sindicato SUPRA alcanzaron un preacuerdo, que fue posteriormente refrendado en una nueva asamblea.
El ministro de Trabajo uruguayo, Juan Castillo, destacó que el entendimiento fue posible gracias “a la constancia y la apuesta al diálogo tripartito”, y valoró la disposición de las partes para mantener las negociaciones incluso en los momentos más tensos.
Lo que dejó el conflicto en el Puerto de Montevideo
El saldo de la disputa, que se cerró con un acuerdo de no despidos, una mesa de seguimiento tecnológico en el ministerio de Trabajo y un bono extra para los trabajadores –siempre y cuando no haya nuevas medidas de fuerza- fue de pérdidas millonarias para los empresarios y el puerto, que vieron cómo crecía la lista de buques que cancelaban sus recaladas en Uruguay.

En ese sentido, la Asociación Uruguaya de Agentes de Carga (Audaca) emitió un comunicado en el que detalló que hubo nueve omisiones de buques (tenían previsto llegar al puerto de Montevideo y no lo hicieron) con motivo del conflicto: San Marco Maersk, Brooklyn Bridge, Sunny Phoenix, MSC Adele, Maersk Laguna, Zim Baltimore, MSC Aino, Cap San Tainaro y Seaspan Empire.
A eso se sumaron una decena de cruceros antárticos que debían recalar en Montevideo para recibir distintos servicios (provisiones, combustible) y tuvieron que trasladar tanto la mercadería como la operatoria a Buenos Aires.
Desde la Unión de Exportadores (UEU) estimaron pérdidas por al menos US$ 60 millones durante los primeros siete días de paro. «Esa cifra es solamente una parte del impacto. Cada día sin movimiento significa compromisos incumplidos con clientes en el exterior, hace menos probable concretar la exportación más adelante y Montevideo pierde pie en el tránsito internacional«, había dicho la UEU en un comunicado.
A eso se sumaron transportistas, que consideraron que cada jornada sin atención representaba unos 2 millones de dólares de pérdidas. Y sectores empresarios, como el frigorífico, señalaron las dificultades generadas por la falta de movimiento de los contenedores refrigerados. En algunos casos, contaron que debieron trasladarlos por avión para cumplir compromisos tomados.
Distintos empresarios navieros hablaron de considerar a la terminal “un puerto sucio” por los recurrentes conflictos sindicales, y llegaron a calificarlo como “el puerto de Schrodinger” por la incertidumbre de su operatoria.



