Venderán el material rodante, licitarán las vías e inmuebles y concesionarán los talleres. El proceso prevé la disolución de la empresa estatal en un plazo de 12 meses.
El Ministerio de Economía oficializó el inicio del proceso de privatización de Belgrano Cargas y Logística S.A., que será desmembrada en tres unidades de negocio antes de su disolución definitiva.
La medida se formalizó mediante la Resolución 1049/2025, publicada el miércoles en el Boletín Oficial con la firma del ministro Luis Caputo.
El dinero recaudado con la venta del material rodante irá a un fideicomiso específico, dentro del Fideicomiso de Infraestructura de Transporte, administrado por el Banco Nación. Ese fondo financiará obras sobre las vías a concesionar.
El esquema prevé la venta del material rodante, la concesión de los corredores ferroviarios y la cesión de la infraestructura edilicia, que incluye inmuebles y talleres. Cada segmento será licitado por separado, y el conjunto del proceso deberá completarse en un plazo máximo de 12 meses.
La privatización del Belgrano Cargas avanzará de forma escalonada a lo largo de tres grandes frentes. Por un lado, el material rodante será vendido a través de subastas públicas, lo que implica la liquidación de locomotoras, vagones y otros equipos de tracción.
En paralelo, las vías férreas, los inmuebles aledaños y los talleres correspondientes a las líneas Belgrano, San Martín y Urquiza se ofrecerán mediante licitaciones públicas, tanto nacionales como internacionales.
Finalmente, la infraestructura edilicia —incluidos los talleres ferroviarios— será entregada en concesión, una vez que se realice un inventario detallado de herramientas, maquinarias y equipamiento estratégico.
El dinero recaudado con la venta del material rodante irá a un fideicomiso específico, dentro del Fideicomiso de Infraestructura de Transporte, administrado por el Banco Nación. Ese fondo financiará obras sobre las vías a concesionar y servirá como instrumento para canalizar aportes estatales ligados a los futuros contratos de operación.
Para los tramos ferroviarios e inmuebles, se deberán relevar las obras en curso, jerarquizar su prioridad y, si corresponde, rescindir contratos no estratégicos antes de la licitación. Esta tarea quedará bajo la órbita de la Secretaría de Transporte.
Tasación y plataformas digitales en el Belgrano Cargas
Dado que el Tribunal de Tasaciones de la Nación no puede valuar ingresos futuros, el Ministerio instruirá a un banco público para estimar los flujos económicos proyectados por las concesiones ferroviarias. La valuación del material rodante sí correrá por cuenta del Tribunal.

Todo el proceso administrativo y comercial se gestionará a través de plataformas oficiales: SUBAST.AR para remates y CONTRAT.AR para licitaciones. El objetivo es garantizar trazabilidad y transparencia.
Además, la Secretaría Legal y Administrativa del Ministerio de Economía podrá introducir las adecuaciones contractuales necesarias para asegurar la operatividad del proceso y el correcto uso del fideicomiso.
Un cambio de fondo para el sistema ferroviario
La decisión marca un punto de inflexión en la política ferroviaria de cargas. Belgrano Cargas fue creada como empresa estatal para gestionar líneas clave en el transporte de mercancías. Ahora, su disolución se inscribe en un proceso más amplio de reordenamiento del Estado y promoción del modelo de acceso abierto, que propone infraestructura estatal con operación privada.
Ese esquema busca atraer inversiones, garantizar mantenimiento e impulsar la eficiencia del sistema logístico, con la mira puesta en un nuevo rol del Estado como articulador y regulador, más que como operador directo.
Belgrano Cargas es una de las compañías incluidas en la lista de privatizaciones prevista por la Ley Bases. Hoy gestiona una red de 7.600 kilómetros de vías que atraviesa zonas clave del país, con impacto directo en la Ciudad y provincia de Buenos Aires, así como en Córdoba, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Mendoza, San Juan, San Luis y Catamarca.
La operación se organiza en once unidades productivas y cuenta con ocho talleres propios distribuidos a lo largo del país. A través de sus vagones, se movilizan productos agrícolas, piedra, carbón de coque, madera, minerales, metales, bienes de consumo y otras cargas eventuales.
Desde el Gobierno fundamentan el avance hacia la privatización con un diagnóstico crítico. Señalan que Belgrano Cargas «en manos estatales es obscenamente deficitaria y posee una planta sobredimensionada de 4.429 personas, además de una estructura jerárquica elevada no acorde a sus funciones».