Periodista especializado en Energía.

Las reservas comprobadas del no convencional de Vaca Muerta alimentan la perspectiva de convertir a la Argentina en un exportador importante de Gas Natural Licuado (GNL) en el mediano plazo, aprovechando el rol que la transición energética otorga a este combustible.

Con ese horizonte a la vista YPF, junto a la malaya Petronas, encaran uno de los proyectos que se presenta como más avanzado desde lo técnico para la construcción de una mega planta de licuefacción desde hoy pensada casi exclusivamente para abastecer la creciente demanda de exportación.

Pero el punto de partida parece estar marcado por la sanción de una futura ley de promoción de la actividad, lo que permitirá a ambas petroleras sumar la participación de terceras empresas para acelerar las inversiones estimadas en unos US$40.000 millones hasta el 2036.

Es que la magnitud de la obra no sólo se refleja en esa cifra sino en que para alimentar esa planta a instalarse en la zona portuaria de Bahía Blanca se deberán construir tres gasoductos de 36 pulgadas, de unos 640 kilómetros de extensión cada uno desde Vaca Muerta hacia la costa atlántica, es decir tres obras idénticas al Gasoducto Presidente Néstor Kirchner en capacidad de transporte.

La planta permitirá exportar 460 barcos anuales de GNL, cuando en la actualidad el país importa para el pico de consumo invernal, unos 35 barcos por año.

Esa infraestructura va a permitir entregar unos 108 Mmm3/día de shale gas, equivalente al 80% de la producción total que hoy tiene la Argentina, para lo cual se requerirán inversiones por US$ 20.000 millones en upstream, para la producción de los volúmenes de gas que se volcarán al proyecto y que se sumarán a los US$ 20.000 millones iniciales que demandará la construcción de los ductos y la planta de licuefacción.

Si bien la petrolera nacional recién se asoma a la industria del GNL -salvo el fugaz paso del buque Tango FLNG que partió en 2019- su socia malaya es la cuarta empresa del segmento en el mundo y opera en 45 países.

Pero a pesar de ello, las magnitudes no dejan de sorprender: se asegura que en el pico del proyecto la planta permitirá exportar 460 barcos anuales de GNL, cuando en la actualidad el país importa para el pico de consumo invernal, unos 35 barcos por año.

Ese volumen proyectado al 2036 equivale a unos 25 millones de toneladas (Mmtns) al año, superior a los 21 Mmtns que consume España en el mismo período y los 27 Mmtns de Francia en 12 meses.

Así, la Argentina estaría en condiciones de exportar a un precio de US$ 15 -en una valuación moderada que no toma el salto de 2022 por sobre los US$ 40-, con un aporte anual de US$ 20.000 millones a la balanza comercial energética.

Regasificadora barcaza
Argentina apuesta a generar GNL desde Vaca Muerta y exportarlo.

Entre 2001 y 2021, el crecimiento anual del consumo de gas fue del 2,6% en promedio a nivel global, lo que consolida aún más la pretensión de la Argentina pueda sumarse a un negocio traccionado por la demanda internacional de gas natural que aumentó de manera exponencial en las últimas décadas y crecerá todavía más debido al rol de este recurso en la transición energética.

Asociación Estratégica

El 1 de septiembre pasado, YPF y Petronas firmaron un Acuerdo de Estudio y Desarrollo Conjunto para un proyecto integrado de GNL en Argentina que incluyó un compromiso de confidencialidad que se mantendrá vigente hasta la sanción en el Congreso de la futura ley marco para la actividad productiva y de exportación, lo que una vez alcanzada permitirá no sólo iniciar el desarrollo del proyecto, sino abrirlo también a otras petroleras interesadas en participar de su financiamiento.

Debido a la magnitud de las obras, hasta que se comience a concretar la construcción de las cinco plantas modulares de licuefacción previstas, se podrá avanzar en el tendido de un gasoducto desde la formación de Vaca Muerta hasta el sur bonaerense, lo que demandaría al menos un año de obras. }

A partir de ese ducto, la idea es iniciar el proceso de exportación de GNL mediante la contratación de dos barcos de licuefacción, cuyas ventas financiarán a la vez parte de los compromisos.

Un reciente trabajo de Fundar e Idea, destacó que hasta el desarrollo de la tecnología del GNL, el gas natural se transportaba exclusivamente a través de gasoductos, pero el desarrollo de este sistema posibilita el almacenamiento y transporte a mercados alejados: el 77% del crecimiento del intercambio global de gas natural hasta 2040 se llevará a cabo vía GNL y se espera que domine los intercambios internacionales para el 2030.

Así, los puntos esenciales que la industria considera que debería comprender una futura ley marco, se incluye la garantía de estabilidad fiscal, la libre disponibilidad de divisas y acceso al mercado de cambios, la estabilidad regulatoria que permita contratos en firme de largo plazo tanto para la provisión local de las plantas como para su exportación, y la adaptación a los estándares internacionales de reducción de emisiones de CO2 y ausencia de emisiones de metano.

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