Los 22 aerogeneradores instalados en Olavarría tienen capacidad para generar el equivalente al consumo anual de 130.000 hogares. Cómo se resolvió el traslado y montaje de las enormes piezas y la operación remota desde San Nicolás, a 450 kilómetros.
Ternium acaba de poner en marcha su primer parque eólico en Olavarría, una apuesta fuerte que le permite reemplazar nada menos que el 90% de la energía que venía comprando al sistema interconectado nacional.
La obra demandó más de 220 millones de dólares y se encaró luego de que la empresa del Grupo Techint logró adjudicarse 28,5 MW de prioridad de despacho en la una licitación de CAMMESA, en 2023.
Eso abrió la puerta para escalar el proyecto hasta llegar a 22 aerogeneradores en operación, que hoy suman una potencia instalada de 99 MW. Según estimaciones de la compañía, la generación anual rondará los 480 GWh, lo suficiente como para abastecer el consumo eléctrico de unas 130.000 viviendas.
La obra demandó más de 220 millones de dólares y se hizo luego de que la empresa del Grupo Techint logró adjudicarse 28,5 MW de prioridad de despacho en una última licitación de CAMMESA en 2023.
La operación del parque es 100% remota y se gestiona desde la Planta General Savio, el corazón productivo de Ternium en San Nicolás de los Arroyos, a 450 kilómetros del campo eólico.
Desde allí, se monitorean en tiempo real variables como la velocidad y dirección del viento, y cuánta energía están generando las turbinas.
“Este parque eólico es el primer gran proyecto de energía renovable de Ternium. Representa un gran hito en el marco de nuestro plan de descarbonización, ya que permitirá aumentar nuestro consumo de energías renovables y avanzar hacia una operación cada vez más sustentable”, señaló Martín Berardi, presidente ejecutivo de la firma.
El desafío logístico para instalar el parque eólico
Detrás del proyecto hubo un enorme desafío logístico y de ingeniería. En el pico de actividad, llegaron a trabajar 350 personas, mayormente del rubro construcción.
Se trazaron 19 kilómetros de caminos internos, se usaron 19.000 m³ de hormigón y se instalaron 145 kilómetros de cableado subterráneo de media tensión (33 kV), lo que equivale al trayecto entre el Obelisco y Baradero.
La logística fue liderada por Ternium junto con Exiros y Tecpetrol, también del Grupo Techint.

Sólo para trasladar y montar las torres, que alcanzan los 130 metros de altura, y con las aspas en vertical llegan a 205 metros, más de tres veces el Obelisco, se necesitó una grúa especial de 12 metros de ancho.
Ese mastodonte, capaz de mover equipos de unas 100 toneladas, requiere una semana entera entre cada montaje para desarmarse, rearmarse y posicionarse. Llevarla al sitio no fue menor: se necesitaron unos 35 camiones.
Las torres se trasladaron en tramos desde Florencio Varela hasta Olavarría, atravesando rutas muy transitadas y demandando escolta policial, cortes de tránsito, y la modificación de curvas para permitir el paso de las aspas, que miden 75 metros.
Cada torre tiene seis uniones y cada una requiere unos 100 bulones, lo que da una idea del nivel de detalle en el ensamblaje.
Una obra ante los embates climáticos
Para levantar estas estructuras, también hubo que tener en cuenta las condiciones climáticas extremas. En verano, se usaron 7.500 kilos de hielo por base para enfriar el hormigón y evitar fisuras por altas temperaturas.
En invierno, el problema fue el opuesto: se recurrió a “dragones”, una especie de caloventores industriales que permiten calentar el hormigón durante el fraguado y asegurar la unión con las armaduras de acero.
En total, se utilizaron 8.000 toneladas de acero en el parque —diez veces lo que se necesitó para construir el Puente de la Mujer—. Y cada base de hormigón tiene un volumen de 850 m³, equivalente a un tercio de una pileta olímpica.
Una vez operativo, el parque no interfiere con la actividad ganadera del campo en el que está emplazado, lo que también habla del enfoque de convivencia y aprovechamiento eficiente del territorio.
Ternium es el mayor fabricante de acero en América Latina con plantas operativas en México, Brasil, Argentina, Colombia, el sur de los Estados Unidos y Centroamérica.