El Ejecutivo modificó la ley que regía al sector y liberó el mercado. Habilita contratos entre privados, agiliza la habilitación de plantas de fraccionamiento y sólo sostiene límites a la exportación en caso de desabastecimiento.
En sintonía con las políticas de desregulación para el sector energético, el Gobierno nacional resolvió reducir la intervención económica en la comercializacion de garrafas. A partir de ahora, la función del Estado el mercado de gas licuado de petróleo (GLP) se limitará a tareas de fiscalización técnica y de seguridad.
De esta manera, el precio y la comercialización del gas envasado se regularán entre privados. La decisión quedó oficializada mediante el Decreto 446/2025, publicado en el Boletín Oficial, en el contexto de una emergencia energética que vuelve a exponer las limitaciones del sistema de abastecimiento durante la ola de frío polar de estos días.
Se eliminaron los requisitos estatales para la instalación o ampliación de plantas de fraccionamiento.
“El sector privado es el principal interesado en expandir la producción, el fraccionamiento y la comercialización de GLP”, se argumenta en los considerandos del decreto. La norma modifica aspectos centrales de la Ley 26.020 y establece un marco basado en el funcionamiento del mercado libre y competitivo como principio rector
El Poder Ejecutivo considera que este enfoque es el más eficiente para organizar los recursos y fomentar el desarrollo de la actividad. Asimismo, en la normativa se plantea que la desregulación contribuirá a mejorar la calidad del servicio y reducir los costos para los usuarios.
La medida fue informada también por el Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en su cuenta de X. «Desaparece la obligación de pedir permiso para ser fraccionador, distribuidor o comercializador de GLP. Si cumplís los requisitos de seguridad, OPERÁS», explicó en la red social.
«Este nuevo concepto, que estamos replicando en muchas áreas, está más alineado con el principio de derecho al comercio consagrado en nuestra Constitución», agregó en el hilo.
El funcionario también subrayó que se eliminaron los valores de referencia ya que «los precios son la mejor brújula para un mercado sano».
Menos intervención en la comercialización de garrafas
Uno de los cambios destacados es la eliminación de permisos estatales para la instalación o ampliación de plantas de fraccionamiento, que ahora podrán llevarse a cabo con la única condición de cumplir con la normativa técnica vigente.
Además, se habilita la posibilidad de que las empresas fraccionadoras trabajen con gas proveniente de cualquier proveedor, sin restricciones de marca, mediante acuerdos bilaterales. La idea de Nación es fomentar una mayor flexibilidad operativa y eficiencia logística en la cadena de suministro.
La Secretaría de Energía, bajo la órbita del Ministerio de Economía, mantendrá un rol centrado exclusivamente en el control técnico de las instalaciones. Su intervención estará limitada a inspecciones y revisiones orientadas a preservar la seguridad y la salud pública.
Según el decreto, el organismo verificará la documentación presentada por las empresas y podrá exigir correcciones en un plazo máximo de diez días hábiles, sin intervenir en las decisiones comerciales ni en los precios al consumidor.
De esta manera, según resumió Sturzenegger, «se hacen más eficientes las inspecciones de seguridad ya que la Secretaría de Energía puede apelar ahora a organismos públicos o privados que comprueben el cumplimiento de las condiciones de seguridad (antes era solo el ENARGAS)«.
Mercado externo
Otro punto relevante es la autorización automática para importar GLP, siempre que se cumpla con la normativa vigente. A diferencia del esquema anterior, ya no será necesaria una autorización previa para el ingreso del producto.

En cuanto a la exportación, seguirá estando condicionada al abastecimiento interno, lo que busca evitar desabastecimientos en momentos de alta demanda, como los ocurridos recientemente en varias provincias del país.
El Gobierno sostiene que la sobrerregulación previa en el mercado del GLP generaba costos innecesarios y distorsiones que afectaban la competitividad del sector. En el texto del decreto se advierte que el marco anterior implicaba “duplicación de funciones” y encarecía la operatoria, lo que se traducía en precios más altos para el consumidor final.
Con esta liberalización, espera que los actores privados puedan optimizar recursos, diversificar la oferta y agilizar los mecanismos de distribución, incluidos los de canje de envases.
En cuanto a los recipientes, se establece la creación de un parque de envases de uso común entre los fraccionadores, quienes deberán contribuir con cilindros registrados bajo su marca o leyenda.
Cada llenado deberá ser identificado con una etiqueta que indique la planta envasadora. También se aclara que todas las empresas involucradas en la distribución tendrán la obligación de recibir envases propios o ajenos que presenten los consumidores, con el objetivo de facilitar la circulación de los recipientes.
«La desregulación parte de la base que la mejor manera de que un mercado funcione es que pueda competir. Es la idea central a la que nos empuja cotidianamente nuestro presidente», sintetizó Sturzenegger