El flamante titular de la estatal sostiene que el país puede combinar el desarrollo de la energía nuclear con un escenario que no imponga restricciones a la IA y atraiga inversiones. «No queremos tiros en los pies con regulaciones que no le importan a nadie», aseguró.
Demian Reidel, jefe del Consejo de Asesores del presidente Javier Milei, asumió la presidencia de Nucleoeléctrica Argentina con un ibhetuvi ambicioso: combinar el desarrollo de la energía nuclear con un enfoque desregulado sobre inteligencia artificial, en busca de atraer inversiones y posicionar al país en un nuevo mapa tecnológico.
En una charla organizada por el Rotary Club, Reidel fue claro sobre la postura del gobierno en torno a la IA: el objetivo es avanzar sin regulaciones que puedan frenar su potencial económico.
“No vamos a ser líderes globales en IA, pero sí podemos ser un hub de IA, tener centros de datos. Si encima ponemos regulaciones, lo que hacen es que vengan menos inversiones cuando necesitamos que vengan, en algo que tiene alto valor agregado. No queremos tiros en los pies con regulaciones que no le importan a nadie”, dijo.
«El mundo necesita de energía limpia y estable. La nuclear es la que combina estas cosas. Y tres países están a la vanguardia de la energía nuclear: Rusia, China y Argentina. El país cambia para siempre, cuando nos convirtamos en potencia nuclear”, dijo Demian Reidel.
Nucleoeléctrica, la empresa que ahora dirige, opera las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse. Juntas suman 1.763 MW de potencia instalada y aportan cerca del 7% de la energía eléctrica que se consume en el país.
La visión de Reidel cierra con la del Gobierno, y su participación en la gestión no es casual. El año pasado, el presidente Javier Milei se reunió en Estados Unidos con Sam Altman, CEO de OpenAI y creador de ChatGPT. En esa charla, hablaron sobre el potencial de un desarrollo de IA sin las restricciones que actualmente evalúan aplicar países como los de la Unión Europea, donde el foco está puesto en los riesgos que implica esta tecnología. La misma mirada que ahora enarbola el nuevo presidente de Nucleoléctrica.
Plan nuclear y proyección exportadora
Pero en sus declaraciones Reidel fue más allá y planteó que la Argentina tiene la chance de convertirse en un actor nuclear de peso a escala global.
“Podemos ser el primer país con capacidad de producir de forma masiva la energía que todo el mundo quiere”, aseguró.
Su idea es exportar reactores y también el combustible, un modelo que comparó con una estrategia de negocio ya clásica: “Vamos a exportar reactores y luego venderles el combustible. Es como el modelo Gillette, que te vende la maquinita (de afeitar) y después son los repuestos que te los cobran caro. El combustible es lo que sería el repuesto Gillette”, explicó.

Y agregó con tono provocador: “Parece joda, pero la verdad es que Argentina se puede convertir en potencia nuclear global vendiendo el material que requiere el mundo. Esta es la fase uno y dos del Plan Nuclear”.
Para Reidel, el mayor cambio tecnológico de esta época es la IA, pero advierte que su desarrollo necesita una condición clave: energía. Y no cualquier tipo. “Demanda tanta energía que en el mundo no existe”, afirmó.
De ahí la apuesta nuclear: “Necesita de energía limpia y estable. Y la nuclear es la que combina estas cosas. Y tres países están a la vanguardia de la energía nuclear: Rusia, China y Argentina. El país cambia para siempre, cuando nos convirtamos en potencia nuclear”.
Según su visión, la fase tres del Plan Nuclear llegará cuando empiecen a desembarcar inversiones y las grandes empresas miren a la Argentina como un destino confiable para instalar data centers.
El rol estratégico del uranio
El proyecto nuclear del gobierno también pone el foco en el uranio. Argentina cuenta con recursos que pueden ser claves para una industria que necesita crecer a nivel global. Y el interés internacional ya está en alza.
El informe Uranio 2024: Recursos, Producción y Demanda —conocido como el “Libro Rojo”— estima que hay suficiente uranio en el mundo como para abastecer el consumo actual y una eventual expansión del sector hasta al menos 2050.

Aunque, para eso, se requerirá inversión constante en exploración, minería y procesamiento. Si no, los recursos podrían estar, pero no disponibles cuando se necesiten.
De acuerdo con los datos del informe, al 1° de enero de 2023 había 7.934.500 toneladas de uranio recuperable identificado en todo el mundo.
Son recursos razonablemente asegurados o inferidos que podrían extraerse con precios de mercado entre 40 y 260 dólares por kilo de uranio (es decir, entre 15 y 100 USD por libra de U3O8).
En relación con la edición anterior del informe, el incremento de recursos fue menor al 0,5%. Sin embargo, el aumento sostenido del precio spot del uranio desde 2021 y el compromiso internacional —firmado por 31 países tras su anuncio inicial en la COP28— de triplicar la capacidad nuclear para 2050, podrían activar nuevos descubrimientos y fuentes no convencionales.
Hoy, la producción mundial está concentrada en cinco grandes jugadores que dominan más de tres cuartas partes del mercado: Kazajistán, Canadá, Namibia, Australia y Uzbekistán.