Desde este lunes, el precio en surtidores es un 6,5% más caro. El gobierno aplicó las actualizaciones del tributo suspendidas en 2021 y 2022, pero postergó las de 2023. Y las compañias corrigieron un 2% adicional.
El miércoles la Ciudad de Buenos Aires se llenó una vez más de largas filas de autos en las estaciones de servicio, con conductores que buscaban anticiparse al nuevo aumento del combustible que anticipaba el anunciado final del congelamiento del impuesto a las naftas, a partir del 1° de febrero.
Los cálculos preliminares arrojaban un ajuste cercano al 12% en caso de que la actualización abarcase todo el atraso acumulado por los Impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL) en los últimos dos años.
Sin embargo, el Ejecutivo decretó que las subas correspondientes al 2023 comenzarán a regir en marzo y serán segmentadas en los meses subsiguientes, para moderar el impacto en la inflación.
El aumento del combustible que responde al impuesto
De esta manera, el cronograma decretado establece que el descongelamiento del “primer y segundo trimestres calendario del año 2023 tendrá lugar a partir del 1° de marzo de 2024, inclusive; el tercer trimestre calendario del año 2023: a partir del 1° de abril de 2024, inclusive; y el cuarto trimestre calendario del año 2023: a partir del 1° de mayo de 2024, inclusive”.
El Decreto 107/2024 publicado este jueves en el Boletín Oficial explica que el objetivo es “iniciar un proceso de regularización de los referidos incrementos remanentes”, pero que “resulta razonable diferir parcialmente sus efectos, así como los de la actualización correspondiente al cuarto trimestre calendario del año 2023″.
En ese marco, la suba registrada hoy abarca a los tributos actualizados correspondientes a los períodos 2021 y 2022. Así, el incremento en las estaciones de servicio de CABA fue, en promedio, del 6,5% a excepción de los puntos de carga de Axion que se mantuvieron aún sin modificaciones.
El Decreto 107/2024 publicado hoy en el Boletín Oficial explica en sus considerandos que el objetivo es “iniciar un proceso de regularización de los referidos incrementos remanentes”, pero que “resulta razonable diferir parcialmente sus efectos, así como los de la actualización correspondiente al cuarto trimestre calendario del año 2023″.
El ajuste de las petroleras
Además de las subas por el descongelamiento de los impuestos, las refinadoras incluyeron un ajuste adicional de dos puntos porcentuales debido al aumento de sus costos.
De este modo, los esquemas de precios en las YPF de la Capital Federal quedaron así: la nafta súper pasó de costar $699 a $744; la nafta premium, de $862 a $918; el gasoil súper, de $736 a $784; y el gasoil premium aumentó de $938 a $998.
Desde la asunción de Javier Milei, los combustibles incrementaron un 86% en tres etapas: 38%, 27% y 6,5%. Si se toma en cuenta el acumulado, el incremento supera el 150%, por encima del índice de inflación del año pasado.
La suba tan pronunciada en poco tiempo se explica por el alza de las dos principales variables que inciden en los costos de las compañías del sector: el tipo de cambio a partir de la fuerte devaluación que decidió el Gobierno (los contratos están dolarizados) y el valor internacioinal del barril de petróleo, que por estos días está fuertemente presionado por la decisión de Estados Unidos de volver a imponer sanciones a Venezuela.
El atraso en los impuestos
Los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), fueron pisados por el gobierno anterior desde 2021 en un intento de frenar la escalada inflacionaria.
Según lo dispuesto, el congelamiento debía ser renovado o cancelado cada tres meses lo que derivó en un atraso de diez trimestres.
Estos tributos son una suma fija por litro de combustible, nafta o gasoil, que se ajusta en base a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que difunde el Indec, según lo dispuso el decreto N° 501, de mayo de 2018, instituido por el gobierno de Mauricio Macri.
El último plazo del congelamiento venció este 1 de febrero y se estimaba que el acumulado en estos casi dos años se traduciría en un aumento en surtidores que oscilaría entre un 10 y 15%. Sin embargo, el gobierno postergó la actualización de los trimestres correspondientes al 2023 para marzo, abril y mayo.
En ese marco, el alza de 6,5% registrado en las estaciones de servicio corresponde solo al atraso en la segunda mitad del 2021 y todo el 2022, cuyo congelamiento no fue renovado.