Desembolsará 15 millones de dólares adicionales para la perforación de dos pozos exploratorios más en el sur de la provincia cuyana. Se suman a los 30 millones que ya había comprometido. Espera la autorización de la provincia.
Desde la asunción de Horacio Marín como presidente de YPF, la petrolera nacional concentró la mayoría de sus recursos en la exploración y explotación de Vaca Muerta. Si bien el núcleo de las operaciones se concentra en Neuquén, la estatal también tiene la mirada puesta en las áreas de la formación ubicadas en Río Negro y Mendoza.
En esta última provincia, la compañía está llevando adelante un plan de 30 millones de dólares y espera realizar un desembolso adicional. YPF anunció que destinará 15 millones de dólares más para la perforación de pozos en Paso Bardas Norte y CN-7, como parte de la expansión de la actividad en el bloque no convencional mendocino.
Si los pozos que están en estudio demuestran un potencial considerable, la empresa podría realizar hasta 200 perforaciones en la zona.
La petrolera finalizó la primera etapa del proyecto exploratorio en la zona de Malargüe en 2024 y pidió permiso para avanzar con un segundo pozo exploratorio. En septiembre de 2024 el gobierno provincial autorizó la perforación de dos ramas horizontales de 2.500 metros.
En los últimos días, YPF solicitó una perforación adicional que se suma al segundo pozo anunciado. La nueva inversión ha sido presentada al gobierno provincial, que ha derivado la propuesta a la Fiscalía de Estado para su evaluación.
Aunque se espera el visto bueno oficial, desde el organismo de control se ha señalado que el proceso podría requerir más información antes de tomar una decisión final.
La apuesta de YPF en Mendoza
En Mendoza, YPF ha avanzado el proceso de desinversión de las áreas maduras del denominado proyecto Andes. Sin embargo, la empresa sigue operando en otras áreas convencionales de la provincia, como Valle del Río Negro, Cerro Fortunoso y Chihuido de la Sierra Negra en el sur, además de las áreas de recuperación terciaria Chachauén Sur y Cerro Morado.
Hasta el momento, no existe ninguna declaración oficial que indique que YPF abandonará estas zonas, pero la iniciativa que más expectativa despierta en la zona es la ventana del no convencional. La semana pasada, durante una visita a Estados Unidos, el CEO de YPF, Horacio Marín, confirmó la salida total de la recuperación terciaria y reiteró su gran apuesta por Vaca Muerta.

En este contexto, el ejecutivo afirmó que, a partir de 2026, la compañía se concentrará exclusivamente en el no convencional. Sin embargo, YPF aún se encuentra en una fase exploratoria en el shale de Malargüe por lo que no hay compromisos considerables ya autorizados.
Si los pozos que están en ejecución demuestran un potencial considerable, la empresa podría realizar hasta 200 perforaciones en la zona, con un volumen estimado de inversión de hasta 1.500 millones de dólares.
Aunque los números y la actividad en torno a la Vaca Muerta mendocina entusiasman a referentes del sector, es fundamental mantener una perspectiva a largo plazo. YPF cuenta con un período legal de cuatro años para formalizar su propuesta del segundo pozo exploratorio, lo que significa que tiene hasta 2028 para cumplir con este compromiso.
Desde el punto de vista técnico, Vaca Muerta presenta distintos «niveles de navegación», lo que presenta dificultades para los estudios. De todas maneras, especialistas de la provincia consideran que si los primeros indicios obtenidos en la exploración hubieran sido malos, la compañía no hubiera continuado para pasar a un segundo periodo exploratorio.
Una vez concluida la exploración, se realizan ensayos en el pozo para verificar la producción y calcular su rentabilidad, considerando variables macroeconómicas, de mercado y generales. En el caso de la zona de Vaca Muerta en Mendoza, de prosperar la explotación, se deberán realizar inversiones específicas que agreguen valor al producto extraído. Esto incluirá obras para el tratamiento del petróleo y el transporte del gas hasta la infraestructura de YPF.