Con capacidad de generar 245 kilos diarios, abastecerá con combustible a camiones que trasladan madera y celulosa, una industria clave del país vecino. Estará en Fray Bentos, en la frontera con Entre Ríos, y el proyecto contempla la instalacion de 8.000 paneles solares para abastecerla.
Uruguay tendrá su primera planta de hidrógeno verde en operación para 2026, tras una inversión de 38,6 millones de dólares.
Ubicada en Fray Bentos, esta instalación ocupará un área de 24 hectáreas, con una zona directamente afectada de 8,4 hectáreas, destinada a un parque solar fotovoltaico, la planta de producción de hidrógeno verde y una estación de recarga de ese combustible limpio.
El proyecto contempla una planta modular de hidrógeno a pequeña escala, equipada con un parque solar de 4,8 megavatios pico (MWp) y un electrolizador PEM de 2 megavatios (MW).
Según la ministra de Industria, Energía y Minería de Uruguay, Elisa Facio, “el hidrógeno verde será una gran oportunidad para el país. Estimamos que para 2040 se exporten 1.300 millones de dólares entre hidrógeno y derivados»
Se estima una producción anual de 76.700 kilogramos de hidrógeno verde, con una capacidad de generar 245 kilogramos diarios.
La planta usará unos 4,2 metros cúbicos de agua al día, volumen equivalente a solo media hora del consumo permitido en el sitio designado para el suministro.
Para generar esta energía, se instalarán 8.000 paneles solares que proporcionarán la electricidad necesaria para el electrolizador de 2 MW, encargado de separar el hidrógeno del oxígeno y así obtener hidrógeno verde, que será almacenado y distribuido, principalmente, para abastecer seis camiones en la estación de hidrógeno.
Hidrógeno verde y sustentabilidad en Uruguay
El hidrógeno generado en la planta será almacenado a alta presión y suministrado a los camiones a través de una estación de recarga (HRS) ubicada junto a la planta de producción.
Estos camiones, diseñados para el transporte de madera de la empresa forestal Montes del Plata, contarán con una autonomía de 700 kilómetros y un tiempo de recarga de apenas 12 minutos.
El proyecto, llamado Kahiros, fue presentado por la ministra de Industria, Energía y Minería de Uruguay, Elisa Facio, quien destacó su relevancia estratégica.
Facio señaló que esta iniciativa busca descarbonizar sectores donde reducir las emisiones es especialmente difícil, como el transporte de carga pesada, y se alinea con una industria clave para Uruguay, como la forestal y la producción de celulosa.
Según la ministra, “el hidrógeno verde será una gran oportunidad para el país. Estimamos que para 2040 se exporten 1.300 millones de dólares entre hidrógeno y derivados»
«Es un desafío colectivo y una oportunidad para que Uruguay lidere con responsabilidad, generando desarrollo económico, oportunidades de empleo de calidad y, sobre todo, cuidando nuestro entorno natural, mientras aportamos para lograr que haya menos emisiones de gases contaminantes”, agregó.
Descarbonizar sectores de la economía
En su presentación, Facio señaló que el proyecto Kahirós representa un «hito» en el desarrollo de la industria del hidrógeno verde y sus derivados, afirmando que está «alineado con la visión» de la hoja de ruta nacional en esta área.
Facio remarcó que Uruguay está en plena segunda transición energética.
La ministra explicó que esta política se apoya en cuatro pilares fundamentales. El primero es el desarrollo y el valor agregado local, donde «se están impulsando capacidades en el territorio» para generar empleo directo e indirecto fuera de Montevideo, creando nuevas oportunidades en el interior.
El segundo pilar es el compromiso con la sostenibilidad ambiental: todos los proyectos de hidrógeno deben cumplir con las normas ambientales nacionales e internacionales. Facio aseguró que Kahirós ya cuenta con la autorización ambiental del Ministerio de Ambiente para iniciar su instalación.
En cuanto al tercer pilar, destacó el rol del Estado como promotor y supervisor del desarrollo de esta industria, subrayando la importancia de una «planificación coordinada» con diversos actores, incluyendo academia, sociedad civil y sector privado, además de una estricta supervisión en el uso de recursos.
Finalmente, el cuarto pilar es el compromiso con un diálogo abierto con la ciudadanía, que permita incorporar opiniones y preocupaciones y brindar información adecuada. Facio enfatizó que el consumo de agua para el proyecto será «insignificante» en comparación con otras actividades productivas y el uso doméstico.