Se hará gradualmente, entre el 1° de junio y el 30 de noviembre. Y se puede prorrogar por otros seis meses. Lo que se sabe y lo que falta definir.
Mediante el Decreto 465/2024, publicado hoy en el Boletín Oficial, el Gobierno puso en marcha un «Período de Transición» para implementar un nuevo sistema de tarifas y reducir los subsidios de luz y gas a la clase media y los usuarios de ingresos bajos.
La eliminación gradual de la ayuda estatal comenzará el 1° de junio y se extenderá hasta el 30 de noviembre, con la posibilidad de una prórroga de hasta seis meses. De esta forma, se inicia el tránsito haca la postergada Canasta Básica Energética (CBE), un nuevo esquema para distribuir la asistencia al consumo de energía que, por el momento, sigue sin terminar de definirse con claridad.
La medida oficializada hoy se suma a que el Gobierno está evaluando si en junio aplicará también un nuevo incremento en las tarifas de luz y gas para los hogares de Nivel 1, es decir, los grandes comercios e industrias, quienes ya perdieron los subsidios entre febrero y abril, al igual que los usuarios domiciliarios de altos ingresos.
Esquema de subsidios focalizados
El Ejecutivo argumentó que «resulta conveniente iniciar la transición hacia un esquema de subsidios focalizados, representativos de un modelo basado en la autosuficiencia económica-financiera del sector energético, las exportaciones de gas y petróleo, la libre interacción entre oferta y demanda, y un marco de incentivos a la inversión privada en infraestructura».
Así, la Secretaría de Energía procederá con la reducción de subsidios para los hogares de Nivel 2 (N2, ingresos bajos) y Nivel 3 (N3, ingresos medios).
El decreto destaca la necesidad de “trasladar progresivamente a los usuarios los costos reales de la energía y promover la eficiencia energética, a la vez que se asegure a los usuarios residenciales el acceso al consumo indispensable de energía eléctrica y gas”
Entre los objetivos, el decreto destaca la necesidad de “trasladar progresivamente a los usuarios los costos reales de la energía y promover la eficiencia energética, a la vez que se asegure a los usuarios residenciales el acceso al consumo indispensable de energía eléctrica y gas”.
También invita a todos los usuarios residenciales a reempadronarse en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), que actualmente cuenta con tres niveles de segmentación.
«Consumo ineficiente» y «perjuicio para los más vulnerables»
El texto oficial señala que “los regímenes de subsidios generalizados no distinguen entre usuarios residenciales y comerciales, y benefician a quienes no necesitan tal apoyo en perjuicio de los más vulnerables, además de fomentar un consumo ineficiente y de dilapidar los recursos naturales y económicos del Estado Nacional, con emisión monetaria”.
En cambio, “los subsidios focalizados buscan garantizar el acceso al consumo indispensable sólo a aquellos hogares que realmente lo requieran y lo necesiten, a la par que incentivan un consumo eficiente, en la medida en que el exceso al consumo indispensable se debe pagar a costo pleno, todo lo cual también redunda en eficiencias para el gasto público”.
Topes salariales y subsidios de luz y gas
«Habemus canasta básica energética (light)», celebró en su cuenta de X el especialista en hidrocarburos Juan José Carbajales, en referencia a que el esquema algo más abrupto que había sido adelantado en las primeras semanas de gobierno por ahora no se aplicará tal cual como estaba diseñado.
Carbajales hizo una referencia a esa moderación: «Pero… con un período de transición hasta bien pasado el invierno (30/11), durante el cual se seguirá subsidiando fuertemente a hogares N2 (bajos) y N3 (medios)», escribió.
En sus conclusiones, el experto mencionó dos puntos clave. Primero, que «con una gestión ralentizada, un instrumento a medio confeccionar y un período de transición invernal/primaveral, se lanza finalmente la herramienta para ‘focalizar’ los subsidios energéticos y acercar los hogares al costo real de consumir gas y electricidad».
En segundo lugar, destacó que «la institucionalidad (debilitada) y el humor social (crecientemente resquebrajado) serán clave para la viabilidad del intento –que ni el macrismo fortalecido pudo concretar».
Hasta que entre en vigor el régimen definitivo, se ha otorgado a Energía una serie de facultades para “establecer las correcciones y adecuaciones que correspondan al régimen de segmentación oportunamente establecido por el Decreto N° 332/22, con el objetivo de realizar una transición gradual, ordenada y previsible en el proceso de redeterminación de los subsidios a la energía”.
En un comunicado que se difundió oficalmente durante la tarde de este martes, se explicó que a partir de ahora se elimina el tope que impedía aumentar las tarifas de los usuarios N2 por encima del 40% del coeficiente de variación salarial (CVS) y del 80% para los N3.
Carbajales igualmente advirtió que no se ha determinado el porcentaje del costo de las facturas de gas y luz a subsidiar, recordando que en la audiencia pública del 29 de febrero se había esbozado un 10% del ingreso total del hogar.
Además, indicó que la aplicación de las zonas bioclimáticas ahora será facultativa (no obligatoria) para la Secretaría de Energía.