Con la producción de Vaca Muerta en alza pero las obras de infraestructura de transporte demoradas, la importación de gas sigue siendo imprescindible para garantizar el abastecimiento en el período más crítico del año. En las dos licitaciones realizadas hasta ahora se impuso British Petroleum.
El operativo de abastecimiento de gas natural licuado (GNL) para cubrir la demanda invernal ya está en marcha. Con algunas obras para fortalecer el sistema de transporte de gas aún en marcha, el Ejecutivo se prepara con importaciones para afrontar la demanda energética que viene con las bajas temperaturas, ya que la infraestructura no alcanzará este año para llevar desde Vaca Muerta los volúmenes requeridos para abastecer al Norte del país.
El primer buque cargado con GNL amarró el último viernes, inaugurando así la serie de 25 barcos que se prevé recibir a lo largo de la temporada.
Hasta ahora, Enarsa adjudicó dos licitaciones de compra de GNL. La primera, para ocho buques, y la segundo, para seis, resultaron ambos en adjudicaciones a British Petroleum, que presentó las ofertas más competitivas.
El precio promedio alcanzado en las compras efectuadas se ubicó en torno a los 12,9 dólares por millón de BTU, un valor significativamente más alto que el que las distribuidoras pueden trasladar a tarifas reguladas, que ronda los 4,5 dólares.
Sin embargo, la planificación para el invierno contempla aún la incorporación de once cargamentos adicionales, lo que implica que el proceso licitatorio continuará durante las próximas semanas. La necesidad de salir a comprar gas contrasta con el auge que atraviesa el segmento a partir de la actividad en Vaca Muerta.
A pesar de la inauguración de obras que aumentaron considerablemente la capacidad de evacuación –como el Gasoducto Perito Moreno y la Reversión del Gasoducto Norte-, el sistema no podrá abastecer al NOA, según estimaciones de la Secretaría de Energía.
La diferencia de precio entre el gas propio y el GNL importado
El precio promedio alcanzado en las compras efectuadas se ubicó en torno a los 12,9 dólares por millón de BTU, un valor significativamente más alto que el precio que las distribuidoras pueden trasladar a tarifas reguladas, que ronda los 4,5 dólares.
Esta diferencia generó tensiones en el esquema de comercialización, dado que el Gobierno busca evitar aumentos al usuario final, mientras que las empresas rechazan absorber semejante desfasaje económico. En este marco, se multiplicaron las licitaciones que terminaron siendo declaradas desiertas, dado que ninguna compañía se presentó bajo las condiciones impuestas por Enarsa.

Fuentes empresariales señalaron que no solo el precio, sino también las formas de pago y otros requisitos contractuales, hicieron inviable la participación. La falta de oferentes refleja el desbalance entre los costos internacionales y el mercado interno regulado.
Compras de gas a Chile
Frente a las dificultades para asegurar el abastecimiento de manera exclusiva con la importación marítima, la Secretaría de Energía avanza también en negociaciones para adquirir gas natural proveniente de Chile.
Se trata, en rigor, de GNL que el país vecino importa, regasifica en la planta de Mejillones y reexporta hacia Argentina, en un esquema de emergencia pensado para cubrir la demanda del Noroeste Argentino, que enfrenta restricciones en la capacidad de evacuación desde la Cuenca Neuquina, y que desde el cese de envíos desde Bolivia necesita formas alternativas de abastecimiento.
Actualmente, luego de la reversión del Gasoducto Norte, se trasladan alrededor de 15 millones de metros cúbicos diarios desde el sur hacia el norte, a los que se suman 2,5 millones producidos en la provincia de Salta.
Sin embargo, existirá un faltante de aproximadamente 1,5 millón de m3 diarios en los picos de invierno, que aún debe ser compensado a través de las importaciones y el uso de combustibles líquidos en centrales térmicas, que reemplacen el gas.
La expectativa oficial es que la empresa Esuco concluya las obras de adecuación de las plantas compresoras hacia junio, lo que permitiría elevar la capacidad de transporte del ducto revertido a 19 millones de metros cúbicos diarios.
No obstante, en la industria prevalece el escepticismo respecto de que esos plazos puedan cumplirse, considerando los antecedentes de demoras en proyectos de infraestructura similares.