Lundin Mining actualizó el informe de impacto ambiental de la etapa de explotación, paso previo para iniciar la construcción. Se estima que, sólo con el cobre, el proyecto en la alta montaña de San Juan aportará 1.200 millones dólares anuales en exportaciones.
El megaproyecto minero Josemaría, que tiene la extracción de cobre como principal atractivo, pero incluye también la producción de oro y plata, avanzó hacia la fase de construcción al presentar la primera actualización del Informe de Impacto Ambiental (IIA) de la etapa de explotación ante el Ministerio de Minería de San Juan.
Esta actualización complementa el informe aprobado en marzo de 2021 mediante la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) concedida en abril de 2022.
Según Lundin Mining, este trámite es parte del progreso continuo del equipo de Josemaría, destacando su compromiso con las próximas fases del proyecto.
El sostenimiento de las inversiones programadas es un punto clave en cualquier proyecto minero y actualmente cobra singular relevancia para el cobre, debido a que el país dejó de producirlo en 2018 y busca apurar la reactivación de la actividad. El objetivo es aprovechar la oportunidad que ofrece un escenario global en el que la transición energética incrementa exponencialmente la demanda de este mineral crítico y escaso, con la Argentina como una de las pocas reservas que existen en el mudno.,
En ese contexto, la presentación de la minera canadiense renueva las expectativas y confirma dos años de avances, contribuyendo a la optimización del proyecto especialmente desde mayo de 2023, como mencionó Alfredo Vitaller, vicepresidente de Asuntos Corporativos de la compañía.
Los extrarodinarios números que proyecta Josemaría
Josemaría se localiza en el extremo noroeste de San Juan, en el departamento de Iglesia, a 475 kilómetros de la capital sanjuanina y a 10 de la frontera con Chile.
Una vez que el proyecto entre en producción, se tiene previsto extraer y trasladar aproximadamente 120 millones de toneladas de mineral por año, lo que equivale a unas 152.000 toneladas diarias en promedio.
Para llevar a cabo esta operación, se utilizarán alrededor de 60 camiones mineros al día, cada uno con una capacidad de carga de 340 toneladas.
Esto contrasta con la capacidad de carga de un camión común, que es de solo 8 toneladas, y con la capacidad máxima de 280 toneladas en camiones utilizados en la mina Veladero.
Del total del material procesado, se espera obtener alrededor de 590.000 toneladas de concentrado de cobre por año, lo que equivale a aproximadamente 1.200 millones dólares en exportaciones para el país.
Este nivel de producción y exportación representa un importante impacto económico derivado del proyecto minero.
Cobre, oro y plata a cielo abierto
El proyecto, actualmente en fase de pre-construcción, contempla un método convencional de minería a cielo abierto a más de 4.000 metros de altura, con procesamiento del mineral mediante trituración, molienda, flotación y filtración del concentrado de cobre, con un enfoque responsable hacia las personas, el medio ambiente y las comunidades locales.
Según el estudio de factibilidad de 2020, se estima que la operación tenga una duración de 19 años.
Se proyecta que la transición a la fase de construcción, que tomará aproximadamente tres años, requerirá una inversión de 5.000 millones de dólares y la contratación de 6.000 trabajadores directos y unos 35.000 indirectos.
Esta inversión, junto con la fase de producción, se espera que incremente el Producto Bruto Interno (PBI) de San Juan en casi un 13% y eleve la provincia al cuarto lugar en el ranking de exportaciones del país, después de las provincias agrícolas de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
El informe ambiental, con lo hecho y lo que sigue
En el reciente informe se evaluaron las acciones implementadas en los últimos dos años y las proyectadas para el futuro, considerando sus posibles impactos en el medio ambiente y las comunidades locales.
Se proyecta que la transición a la fase de construcción, que tomará aproximadamente tres años, requerirá una inversión de 5.000 millones de dólares y la contratación de 6.000 trabajadores directos y unos 35.000 indirectos.
En términos ambientales, se presta especial atención al sistema de vegas que se encuentran en el área del proyecto, siendo ecosistemas clave en la Cordillera de los Andes debido a su función como oasis en el desierto árido.
Estos sistemas son vitales para la vida silvestre y la regulación hídrica, con 11 sistemas de vegas identificados que albergan 50 especies vegetales y el 98% de los animales locales.
El manejo del recurso hídrico es una prioridad, destacándose un programa de monitoreo con más de 50 puntos de seguimiento de aguas subterráneas y superficiales.
El proyecto Josemaría utilizará principalmente agua subterránea proveniente de pozos cercanos a la planta de procesamiento, implementando circuitos cerrados para minimizar el consumo de agua fresca y maximizar la recirculación del recurso hídrico.
Se han introducido mejoras al diseño del depósito de colas, que es donde se depositarán de manera segura los residuos sólidos del proceso minero. La superficie prevista para este depósito ha aumentado a 2.100 hectáreas con tres muros de contención: una presa principal de 230 metros de altura, junto con presas norte y sur de alturas menores.
Estas medidas, entre otras, están sujetas a evaluación por el Ministerio de Minería, mostrando un compromiso continuo con la optimización y el cuidado ambiental del proyecto Josemaría.