Recuperó profundidad y el tránsito fluvial empezó a regularizarse. Además del fuerte impacto en la actividad económica del socio del Mercosur, el problema preocupó en la Argentina, ya que amenazaba la importacion de soja para actividad industrial en los meses previos a la cosecha local.

Después de meses de paralización en uno de los tramos más críticos para el comercio fluvial de Paraguay, el Paso Bermejo recuperó su navegabilidad. La zona, ubicada en la confluencia del río Bermejo con el Paraguay, había sufrido una de las peores crisis en años debido a la acumulación de sedimentos y a los bajos niveles de agua.

La situación se complejizó al punto de dejar varadas a más de 400 embarcaciones entre febrero y abril de 2025. La reapertura del canal fue confirmada por el Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (CAFyM), que informó que actualmente el paso cuenta con una profundidad de 12 pies y un ancho superior a los 100 metros, condiciones consideradas óptimas para el tránsito seguro.

El canal llegó a reducirse a menos de 9 pies de profundidad, con un ancho de apenas 30 o 40 metros. La situación se complejizó al punto de dejar varadas a más de 400 embarcaciones entre febrero y abril de 2025.

Desde la Cámara de Puertos Privados Comerciales de Argentina, alertaron durante abril que la situacion ya había creado un cuello de botella logístico que amenazaba el ingreso al país de soja importada desde Paraguay, un insumo vital para sostener la actividad industrial antes del arranque de la cosecha local.

Ahora, wl restablecimiento de la operatividad fluvial fue resultado de una combinación de factores naturales y gestiones conjuntas entre el sector público y el privado. Las lluvias registradas en la región Oriental del país fueron clave para elevar el caudal del río Paraguay.

En paralelo, la intervención técnica se apoyó en una coordinación directa entre la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y el propio CAFyM.

“Por suerte se pudo solucionar ese cuello de botella. Hubo un trabajo muy fuerte de coordinación entre la ANNP, el MOPC y CAFyM. Fuimos probando diferentes estrategias”, explicó el presidente del gremio, Bernd Gunther.

El impacto en el comercio exterior

En la fase más aguda de la crisis, el canal llegó a reducirse a menos de 9 pies de profundidad, con un ancho de apenas 30 o 40 metros, lo que imposibilitó el paso de convoyes fluviales.

El impacto fue inmediato sobre el comercio exterior paraguayo, ya que cerca del 80% de las importaciones y exportaciones del país dependen de la vía fluvial del río Paraguay.

La obstrucción del Paso Bermejo afectó el abastecimiento interno, encareció los costos logísticos y generó demoras significativas en el transporte de granos, combustibles, contenedores y otros bienes estratégicos.

El impacto económico de la crisis aún se está cuantificando, pero se estima que las pérdidas vinculadas a la paralización del tráfico fluvial superan los 200 millones de dólares, considerando sobrecostos logísticos, contratos incumplidos y deterioro de mercancías.

Una pieza central en la solución fue la incorporación de la draga autopropulsada “Taruma”, que comenzó a operar el 14 de marzo gracias a un esquema financiado directamente por los armadores, sin aportes estatales.

La draga fue clave para remover los sedimentos acumulados y restaurar las condiciones mínimas de navegabilidad en tiempo récord.

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Las embarcaciones inmovilizadas afectaron alrededor del 80% de las exportaciones e importaciones paraguayas.

Según CAFyM, su incorporación se dio tras obtener rápidamente las autorizaciones necesarias, lo que refleja una dinámica poco común en términos de gestión pública. “Fue una respuesta ágil y efectiva, que no suele verse en estos contextos”, reconoció una fuente del sector privado.

Piden obras de largo plazo

Sin embargo, las autoridades portuarias y los empresarios fluviales coinciden en que la recuperación actual debe ser interpretada con cautela. Gunther fue claro al señalar que “no hay que relajarse con esta noticia” y advirtió que el carácter cambiante del Bermejo exige una vigilancia constante.

La sedimentación es un fenómeno cíclico, influido por lluvias, escorrentías y movimientos naturales del cauce, por lo que el monitoreo y la acción preventiva son imprescindibles para evitar nuevos episodios de bloqueo.

CAFyM y la ANNP continúan trabajando de manera conjunta en la supervisión del tramo sur del Bermejo, considerado especialmente vulnerable a nuevos embudos naturales. El gremio ha propuesto la elaboración de un plan estructural de obras que contemple intervenciones sostenidas en el tiempo, con dragados programados y sistemas de alerta temprana.

La falta de infraestructura estable en ese tramo del río convierte a cada evento climático o geológico en una amenaza directa para la continuidad del comercio exterior.

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