Periodista especializada en Minería, Energía y Ambiente.
Aún en su etapa madura, Veladero sigue siendo una de las dos minas de oro más grandes de Argentina, que invierte en obras de infraestructura, suma empleados a su staff, exporta y trae dólares a la economía nacional. Las variables macroeconómicas, en tanto, apuntan a una reducción drástica de su vida útil.
Desde la exportación del primer lingote en 2005, la mina Veladero lleva 18 años en operación en la cordillera sanjuanina, con más de 10 millones de onzas de oro y 19 millones de onzas de plata vertidas hasta junio de 2022. Hasta esa fecha, Veladero todavía mantenía la proyección de continuar con producción activa hasta 2033.
Pero ya en octubre, desde Barrick, la empresa canadiense a cargo de la operación junto con la china Shandong Gold, llegó la advertencia: el plan de trabajo trazado corría alto riesgo y la vida útil de la mina podría reducirse drásticamente.
Por el contexto económico, la mina mostraba un potencial fin de mina para 2026 y un cierre definitivo de todo el proyecto para 2029.
El dato toma más contraste si se tiene en cuenta que desde 2019, Barrick invirtió en un plan de extensión para la vida útil de Veladero. De hecho, en 2020, anunció que ampliaría su horizonte productivo al menos unos 10 años, lo que en su momento impulsó entre ese año y 2021, la construcción de obras de infraestructura.
El cierre chileno del proyecto Pascua-Lama fue un duro golpe para los planes de la minera en San Juan.
Las principales fueron la pista de aterrizaje, con una inversión de 4,2 millones de USD, la línea eléctrica a Chile que costó unos USD 52 millones y la ampliación en su fase 6 del valle de lixiviación, que demandó unos USD 190 millones.
Inversiones, obras de infraestructura y desarrollo de programas específicos que llevan a incrementar la cantidad de personas empleadas no parecen, a primera vista, indicios de que una actividad productiva esté cerca de su final. Lo cierto es que en minería nada garantiza que, si no cierran los números finales, se lleve a cabo un proyecto de todos modos; si bien está claro que los desembolsos de capital son siempre importantes, se sabe también que siempre conllevan un alto riesgo.
Basta con recordar el duro golpe que implicó el hecho de tener que dejar en el camino al proyecto Lama, el brazo argentino del plan binacional con Chile, Pascua-Lama, donde también se realizó una inversión millonaria en una planta de proceso, hoy sin actividad.
Esta decisión significó un deterioro patrimonial para Barrick de USD 296 millones. No obstante, más que el dinero perdido, lo que genera frustración entre mineros y sanjuaninos es ver cómo se diluye el designio que aseguraba que ese desarrollo iba a servir de empalme con el cierre de Veladero.
Así las cosas, todas las ventajas que se podrían haber obtenido con su puesta en marcha, no fueron suficientes para inclinar la balanza y llevar a cabo el proyecto. Luego del freno impuesto por el país trasandino para el desarrollo de Pascua, Barrick evaluó la factibilidad de continuar solo con Lama, pero no alcanzó: la parte chilena resultaba determinante para que entre en funcionamiento.
Veladero está entrando en una etapa de declive productivo, que difícilmente pueda revertirse, pero eso no es todo: todavía el escenario puede empeorar con una reducción drástica de su vida útil. La macroeconomía de Argentina, con restricciones monetarias, inflación e impuestos, se combina con la crisis financiera mundial y presenta un panorama adverso. Más allá de que San Juan sea una provincia reconocida por su labor a favor de la minería, al momento de hacer negocios la cuestión económica la maneja el gobierno nacional.
Ante la evidencia, la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) apuntó en un comunicado que la principal causa del deterioro del sector “es el permanente incremento de los costos en dólares, la disparidad de tipos de cambio y las dificultades en la provisión de insumos importados”.
En esa línea, la entidad advierte que en todo el territorio nacional no existe ningún yacimiento de oro en construcción ni en etapas avanzadas . “La situación impacta en un sector que genera casi 100.000 empleos en lugares donde no llegan otras industrias productivas; es el sexto complejo exportador nacional con la segunda balanza comercial positiva en la generación de divisas y motoriza una importante cadena de valor compuesta mayormente por pymes nacionales”, concluyeron.
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Para trabajar en Veladero