La pesca local transita uno de sus mejores momentos y el crecimiento se refleja en la industria naval. Los indicadores más positivos se desprenden de la renovación de embarcaciones y la captura de langostinos.  

La producción de la actividad pesquera nacional está en alza desde hace algunos años y significó el lanzamiento de nuevos barcos y más exportaciones, aunque preocupan la falta de mercados y la rentabilidad.

A raíz de este crecimiento, desde 2020 hasta la fecha se realizaron 32 botaduras de barcos luego de un largo período sin órdenes de construcción para astilleros nacionales. Hay dos explicaciones principales: por un lado, el Gobierno nacional bloqueó la importación de barcos usados, lo que derivó esas tareas -que se hacía en el extranjero- a astilleros locales; además, se impulsa la inversión en reparaciones y construcciones de buques de la Armada Argentina, lo que fortalece la actividad del sector.

También, los nuevos lanzamientos bajaron el promedio de antigüedad de la flota de 40 a 34 años. En la actualidad, la industria naval emplea más de 10.000 trabajadores distribuidos en 300 empresas.

En cuanto a las exportaciones, la actividad pesquera superó los 1.000 millones de dólares en los últimos dos años.

En esa línea y para impulsar aún más al sector, en febrero de este año se lanzó la nueva convocatoria del Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores (PRODEPRO) para las empresas navales, durante el evento “De Mar del Plata al mundo”.

En ese marco, las autoridades lanzaron la segunda edición del Programa de Financiamiento del Sector Naval, una iniciativa que ofrece financiamiento para la construcción de barcos. Esta se otorga a través del Banco Nación, el Banco Provincia y el Banco Argentino de Desarrollo BICE. El programa cubre hasta el 75% del valor de la embarcación, con una tasa bonificada del 52% durante los primeros 36 meses y un plazo de devolución de 10 años.

De esta manera, se llevaron adelante mejoras en la infraestructura que reactivaron astilleros que llevaban meses frenados mientras que a otros les permitieron aumentar la construcción de buques nuevos. Incluso algunos astilleros que trabajaban con embarcaciones recreacionales se inclinaron por comenzar obras para barcos pesqueros.

Industria Naval, Argentina
En los últimos dos años se lanzaron más de 30 embarcaciones producidas en el país.

Al mismo tiempo que se da la renovación de la flota pesquera -que en los próximos años debe profundizar ese proceso, dado que más del 75% de las embarcaciones superó su edad máxima permitida para funcionar- se registró el crecimiento en de la actividad pesquera.

En concreto, los volúmenes de captura y exportación de langostinos aumentaron siete veces en 20 años y pasaron de 30.000 toneladas anuales en 2003 a 210.000 el año pasado. Actualmente, el país cuenta con más de 500 embarcaciones con permiso de pesca.

Además, el sector emplea en forma directa a 30.000 personas con un total que asciende a los 130.000 si se incluyen los trabajadores indirectos. En cuanto a las exportaciones, la actividad superó los 1.000 millones de dólares en los últimos dos años.

La captura de langostinos como motor de la industria naval

El langostino es un producto de alto valor comercial lo que sitúa como un recurso altamente exportable y codiciado. Con eso en cuenta, el aumento en la cantidad de toneladas capturadas se tradujo en una revalorización de toda la actividad marina de la Argentina.

Sucede que la pesca de estos crustáceos solo puede efectuarse en algunos períodos de tres o cuatro meses por lo que las condiciones de las embarcaciones deben ser las óptimas para aprovechar al máximo la zafra. Esto generó la reactivación de la industria naval que estaba estancada por el contexto inflacionario y la dificultad para importar.

Cabe destacar que la Argentina es el quinto exportador mundial de camarones y langostinos congelados y, durante los primeros once meses de 2022, las ventas del sector al exterior ascendieron a 875 millones de dólares.

La situación de la milla 200

En el último tiempo se generó controversia en torno a la difusión de imágenes en redes sociales de la depredación extranjera en el borde de la Zona Económica de Exclusividad (ZEE). Sin embargo, desde la Federación de Trabajadores del Mar Argentino (Fetramar) emitieron un comunicado rechazando las acusaciones.

El Gobierno reconoce la intensa actividad en el límite, pero asegura que está bajo amparo de la legislación internacional. Desde Fetramar, en tanto, aseguran que las embarcaciones no han infringido los límites indicados y que, en caso de hacerlo se aplicarán multas que actualmente rondan los 10 millones de pesos.

La ZEE alcanza hasta la milla 200 contando desde la línea de costa. Hasta allí, la Argentina tiene soberanía exclusiva y excluyente de la totalidad de los recursos pesqueros. Más allá de ese límite, hay actividad de buques europeos y asiáticos en lo que se denomina aguas internacionales, de acuerdo a la Convención Internacional del Derecho del Mar, de la cual Argentina es parte, y también según la propia ley local. En aguas internacionales, los países dejan de tener soberanía exclusiva sobre los recursos.

Comentarios

Por si acaso, tu email no se mostrará ;)