Mientras la energía solar y eólica crecen en Argentina y el mundo, otras energías renovables buscan despegar. Los principales métodos de generación y las trabas que les impiden imponerse.

La urgente necesidad de abordar la crisis climática impulsó una revisión de las fuentes de energía, con un enfoque destacado en las renovables como solución sostenible. Estas energías disputan un espacio entre la producción de los combustibles fósiles y compiten entre sí para instalarse en el mercado global.

En la actualidad, hay varias fuentes de energía renovable disponibles, además de la eólica y la solar –que son las más usuales-, como la bioenergética, el biogás, los biocombustibles, las pequeñas centrales hidroeléctricas y la geotermia.

Pero también comienzan a asomarse nuevos ensayos, como la energía mareomotriz, además del reconocimiento de las energías verdes y limpias como la atómica, y las diferentes formas de producción del hidrógeno, donde las renovables son la base.

Durante el año 2023, la energía solar fotovoltaica y la energía eólica fueron las principales fuentes de energía renovable en uso.

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), se estima que la capacidad instalada de energía solar fotovoltaica creció en un 30% y la capacidad eólica aumentó en un 15% en comparación con el año anterior. Estas dos tecnologías representaron aproximadamente el 95% de la expansión total en capacidad de energías renovables durante ese período.

Hay varias fuentes de energía renovable disponibles, además de la eólica y la solar, como la bioenergética, el biogás, los biocombustibles, las pequeñas centrales hidroeléctricas y la geotermia. Pero también comienzan a asomarse nuevos ensayos, como la energía mareomotriz.

Según datos de Cammesa, en Argentina el 14% de la electricidad total corresponde a las renovables; y de ese porcentaje, el 75% es eólico, el 20% es solar, y el resto corresponde a pequeños aprovechamientos hidroeléctricos y bioenergía –biomasa y biogás-.

Marcelo Álvarez, Director en Coral Energía y ex Presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) dice que en el país lograr las metas comprometidas para aumentar la capacidad de las renovables es casi una utopía.

La falta de infraestructura de redes es una realidad, porque está muy cerca del límite. Por eso hay que invertir para que los nuevos parques eólicos en el norte de Patagonia y en el sur de provincia de Buenos Aires; y los parques solares en Cuyo, NOA y NEA, por ejemplo, puedan ser conectados y producir energía que sea consumida en los grandes centros urbanos”, explica.

La energía hidroeléctrica es un pilar clave en las fuentes renovables de electricidad.

Y también menciona la falta de financiamiento en la estructura de redes: “Si no se aceleran esos procesos no vamos a tener posibilidades físicas para la ampliación de las renovables, por más anuncios de inversión que se hagan en el sector. Y la meta de triplicar la generación al 2030 va a ser difícil de cumplir”, sostiene Álvarez.

Ríos, mares y olas que podrían generar más energía renovable

La energía hidroeléctrica es un pilar clave en las fuentes renovables de electricidad, aprovechando la fuerza intrínseca del agua en su movimiento ascendente o descendente.

Además de la generación eléctrica, los embalses hidroeléctricos desempeñan funciones vitales en el suministro de agua potable, riego agrícola, control de inundaciones y navegación. Esta versatilidad destaca la importancia de la energía hidroeléctrica en múltiples aspectos.

Sin embargo, la dependencia de los ciclos de lluvia y sequía puede afectar su disponibilidad durante períodos de escasez de agua, y no es fácil encontrar sitios donde su producción sea constante y segura.

A diferencia de la energía solar o eólica, su viabilidad está fuertemente influenciada por las características geográficas del terreno, lo que requiere un diseño cuidadoso de las instalaciones para garantizar su eficiencia.

A pesar de que la inversión inicial requerida para construir una central hidroeléctrica puede ser considerable y costosa, en el largo plazo resulta ser una opción económica. Una vez se han creado las presas, construido las centrales e instalado las turbinas, el mantenimiento necesario es mínimo en comparación con la inversión inicial.

La fuerza de las olas también puede generar energía. La energía oceánica o mareomotriz, a través de turbinas submarinas y tecnologías innovadoras, es un proyecto en desarrollo que genera entusiasmo en el sector.

Energía Eólica, Aerogeneradores, Chubut
La energía eólica sigue creciendo y sumando nuevos parques en Chubut y otras provincias.

Las centrales mareomotrices capturan la energía de las mareas utilizando diques con turbinas estratégicamente ubicadas en lugares con grandes diferencias de marea. Se estima que esta fuente tiene un enorme potencial, equivalente a cantidades significativas de petróleo o carbón utilizados para producir electricidad.

Las diversas formas de aprovechar la fuerza del océano incluyen, además de la energía mareomotriz, la undimotriz, que utiliza sistemas de pistones para captar el movimiento de las olas; y la energía de las corrientes marinas, que impulsa turbinas para generar electricidad.

No obstante, aún está última en la cola de las renovables, representando apenas el 2% de las energías renovables actuales.

Entre sus desventajas, requiere de considerables inversiones iniciales, lo que implica elevados presupuestos para su puesta en marcha.

Debido a su tamaño y complejidad, las instalaciones de este tipo pueden tardar años en construirse. También preocupa su fuerte impacto ambiental.

Bioenergía, de la mano de la economía circular

La bioenergía, también conocida como biomasa, aprovecha materiales orgánicos como árboles, cultivos y residuos agrícolas para generar electricidad. Es una generación de menor escala, actualmente utilizada para viviendas particulares sin conexión a la red general.

Se la considera una energía renovable porque se genera con residuos de la naturaleza. Existe biomasa seca –que no contiene humedad, como la madera y los residuos forestales – y húmeda –que desperdician los procesos industriales, como frigoríficos o criaderos-, explica Laura Haag, abogada y especialista en el sector energético y agronegocios. También menciona en este grupo a los Residuos Sólidos Urbanos.

La biomasa tiene una relación estrecha con la economía circular. Puede tener diversas procedencias y esto mismo permite que se obtengan diferentes tipos de productos, como el carbón vegetal, el etanol o biogás.

Aprovechar el calor del interior de la corteza terrestre

La energía geotérmica aprovecha el calor almacenado en el interior de la Tierra, extrayéndolo de depósitos geotérmicos mediante pozos especializados. Esta fuente renovable se destaca por su capacidad continua de generar electricidad las 24 horas del día.

Existen dos tipos principales de depósitos geotérmicos: los hidrotermales, con altas temperaturas y permeabilidad natural, y los sistemas mejorados que requieren estimulación hidráulica.

La energía geotérmica aprovecha el calor almacenado en el interior de la Tierra, extrayéndolo de depósitos geotérmicos mediante pozos especializados.

La energía geotérmica, consolidada y fiable, ha sido fundamental en la generación de electricidad durante más de 100 años.

Su potencial global es de entre 70 GW y 80 GW, pero solo el 15% de las reservas geotérmicas conocidas se aprovechan para la producción eléctrica, generando 13 GW.

La energía nuclear vuelve a crecer

La energía nuclear, que tiene a la Argentina entre los principales pioneros y productores, es considerada energía verde y limpia, aunque no sea renovable, ya que necesita una clase de combustibles muy concretos: átomos pesados e inestables, como el uranio que, si bien se halla en la naturaleza, no puede regenerarse por sí solo.

Según datos de Cammesa, en Argentina el 14% de la electricidad total corresponde a las renovables; y de ese porcentaje, el 75% es eólico, el 20% es solar, y el resto corresponde a pequeños aprovechamientos hidroeléctricos y bioenergía –biomasa y biogás-.

Fabián Ruocco, Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT) explica que “su capacidad de generación garantiza abastecimiento eléctrico permanente – ajena a las condiciones meteorológicas de las que dependen del sol y del viento-, y no libera gases tóxicos ni emisiones contaminantes”.

La energía nuclear, que tiene a la Argentina entre los principales pioneros y productores, es considerada energía verde y limpia. en la foto, central nuclear Atucha II.

Si bien muchos proyectos fueron paralizados tras el accidente de la central japonesa de Fukuyima, la guerra entre Ucrania y Rusia y la necesidad de diversos países europeos de buscar el autoabastecimiento reimpulsó al sector.

Los desafíos del hidrógeno, del verde al azul, en las energías renovables

El hidrógeno es un elemento químico ligero que se encuentra en estado gaseoso y suele estar combinado con otros elementos en la Tierra. Puede producirse mediante diversos métodos y fuentes de energía, incluyendo procesos renovables, fósiles o híbridos.

Aunque el hidrógeno verde enfrenta desafíos como el costo de producción y requisitos de seguridad, su uso está en aumento globalmente como combustible limpio y sostenible, con proyecciones de crecimiento significativo para el futuro.

Fabiana Gennari, investigadora de CONICET y de la Comisión de Energía Atómica, explica: “El hidrógeno, en sí mismo, no es una energía primaria; y para que sea una fuente limpia se tiene que producir a partir de la energía renovable. Pero no se encuentra en la naturaleza en cantidades excesivas como el petróleo y el gas, por ejemplo. En el norte de Francia han encontrado hidrógeno natural, que podría contener entre 6 y 250 millones de toneladas métricas de hidrógeno (blanco); pero no llegan a cubrir las necesidades energéticas de una ciudad”.

El hidrógeno “estrella” es el verde, que mediante un proceso de electrólisis, usa energía renovable como fuente y agua como materia prima. “Pero es difícil contar con electrolizadores para producir las cantidades que se está necesitando”, aclara.

Sin embargo, Argentina está más preparada para la creación de hidrógeno azul, a partir del gas natural: “podría ser protagonista en nuestro país en el corto plazo, y pensando en una situación intermedia de transición: producir hidrógeno usando energía renovable pero no a partir de electrolizadores sino de procesos de reformado de gas natural”.

Somos unas de las reservas de gas natural más importante del planeta con Vaca Muerta. Por dos moléculas que se extraen de hidrógeno, se tendría una molécula de CO2 que no se libera a la atmósfera sino que se capturaría. Es un hidrógeno bajo en carbono, se puede proveer a la industria local y exportar. Hay países que no cuentan con recursos propios por lo cual países como el nuestro se pueden posicionar como exportadores”, explica.

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