El Enargas oficializó el pedido para que ambas se sumen a la mesa de diálogo. Las dos grandes transportadoras destacaron que la alternativa elegida debe combinar viabilidad económica, seguridad en el suministro y facilidad de implementación.
Transportadora de Gas del Sur (TGS) y Transportadora de Gas del Norte (TGN) se sumaron a las discusiones para aportar su conocimiento técnico y contribuir a la toma de decisiones a la definición de la mejor ruta para la exportación de gas argentino a Brasil.
Representantes de los gobiernos de los dos países conformaron el año pasado un grupo de trabajo con el objetivo de analizar diferentes alternativas para la exportación de gas natural al mercado brasileño. La iniciativa busca establecer la opción más viable dentro de cinco posibles rutas.
La participación de las dos porincipales transportadoras de la Argentina es respaldada por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), entidad que solicitó que ambas se incorporen a las negociaciones. Los encuentros buscan alcanzar un consenso sobre la mejor estrategia.
Antes de integrarse al grupo de trabajo, TGN y TGS definieron una postura común.
Vaca Muerta atraviesa su apogeo y es el foco de decenas de inversiones millonarias. El yacimiento es una insignia de los hidrocarburos. Brasil, por su parte, se presenta como un destino ideal para ubicar estos recursos, y ambas naciones ven con buenos ojos contar con una exportación a largo plazo.
Las distribuidoras en la mesa de negociaciones
Antes de integrarse al grupo de trabajo, TGN y TGS unificaron una postura común, lo que les permitió presentar una visión alineada ante sus contrapartes brasileñas. Su participación es clave, ya que poseen la infraestructura necesaria para garantizar el transporte del recurso hasta la frontera.
Durante la última reunión del grupo de trabajo, llevada a cabo el jueves pasado, los representantes de las compañías destacaron la necesidad de elegir una opción que combine viabilidad económica, seguridad en el suministro y facilidad de implementación.
Si bien las empresas privadas tomarán la decisión final, los gobiernos desempeñan un papel fundamental al facilitar las condiciones regulatorias y evaluar los aspectos geopolíticos involucrados en la negociación.
Entre las cinco rutas analizadas, la que contempla el tránsito del gas por Bolivia es la que actualmente cuenta con mayores probabilidades de concretarse. Sin embargo, la crisis política y económica que atraviesa el país del altiplano genera incertidumbre sobre la estabilidad de este corredor.
En los últimos días, la escasez de combustibles en Bolivia se ha profundizado, mientras que la estatal YPFB enfrenta dificultades para financiar la importación de productos energéticos esenciales.
Las alternativas en la balanza
Otra alternativa con posibilidades es la que considera el cruce por Uruguayana, en la frontera con Corrientes. En este caso, el principal desafío es la falta de infraestructura, ya que sería necesario construir un gasoducto para garantizar el abastecimiento continuo.

La construcción de nuevas instalaciones implica inversiones significativas y plazos de ejecución que podrían retrasar la materialización del proyecto.
Las demás opciones en evaluación incluyen la construcción de un nuevo gasoducto a través de Paraguay, la finalización del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA) para conectar con el sur de Brasil y la utilización del Gasoducto Cruz del Sur a través de Uruguay. Cada una de estas alternativas presenta ventajas y desafíos que deben ser cuidadosamente analizados antes de tomar una decisión definitiva.
Desde el gobierno argentino, los funcionarios encargados de participar en las negociaciones incluyen al subsecretario de Hidrocarburos, Federico Veller; el interventor del Enargas, Carlos Casares; el gerente de Transmisión de ese organismo, Luis María Buisel; y el presidente de Enarsa, Tristán Socas. Su rol consiste en evaluar las condiciones normativas y geopolíticas que podrían influir en la viabilidad de cada opción.
Si bien esta negociación contempla únicamente alternativas de transporte terrestre, en paralelo se analiza la posibilidad de exportar GNL por barco. Esta opción se enmarca dentro de un plan estratégico más amplio que busca posicionar a Argentina como un proveedor mundial de gas natural licuado cuando se instalen los primeros buques de licuefacción.