El primer semestre de 2025 dejó en evidencia un cambio estructural en el comercio exterior: mientras los complejos agroindustriales perdieron terreno, el petróleo, el gas y los minerales ampliaron su participación y se consolidaron como motores del crecimiento relativo.
El balance del primer semestre de 2025 muestra un cambio en la estructura de las exportaciones argentinas. Mientras los complejos agroindustriales tradicionales enfrentan dificultades, los rubros vinculados a minería y energía ganan peso específico y perfilan un horizonte de diversificación más equilibrado.
De acuerdo con el último informe del INDEC, el complejo sojero se mantuvo como el principal exportador del país, con US$ 11.484 millones y una participación del 28,9% en el total. Sin embargo, la cifra significó un retroceso interanual del 10,7%, reflejo de la volatilidad de precios y menores volúmenes.
En contraposición, los sectores mineros y energéticos mostraron los incrementos más destacados. En conjunto, oro, plata, litio y petróleo sumaron un 21% de las ventas externas, triplicando o cuadruplicando el crecimiento promedio del comercio exterior argentino.
El complejo petrolero-petroquímico aportó US$ 5.650 millones y alcanzó una participación del 14,2% en el total exportado. El incremento interanual fue del 9,7%, consolidando al sector como el segundo exportador del país, por encima de la industria automotriz.
El complejo oro y plata exportó US$ 2.234 millones en el semestre, equivalentes al 5,6% del total, con un crecimiento interanual del 45,8%. Ese desempeño le permitió escalar al quinto lugar en el ranking de complejos exportadores, desplazando a rubros históricos como carne, trigo o pesca.
En un semestre caracterizado por la caída de precios internacionales, la minería de metales preciosos, con el empuje del alza del oro, se destacó por volumen y concentración geográfica. Cinco países absorbieron más del 90% de las compras del metal: Suiza, Estados Unidos, China, Canadá e India; mientras que en plata los principales destinos fueron China y la Unión Europea.
De esta manera, la minería aurífera y argentífera se consolidó entre los diez primeros complejos exportadores de Argentina, con la tasa de crecimiento relativo más alta del período.
Litio: fuerte dependencia de China
El complejo litífero aportó US$ 393 millones en exportaciones, equivalente al 1% del total. Aunque su peso absoluto sigue siendo bajo frente a cereales o carnes, el crecimiento interanual del 34,4% lo colocó entre los sectores más dinámicos.
El carbonato de litio explicó el 91% de las ventas externas, con un destino fuertemente concentrado: China absorbió US$ 284 millones, más de dos tercios del total. Esta dependencia reafirma el rol de Asia en la expansión del sector, aunque también expone a la industria local a los vaivenes de la demanda china.
La comparación sectorial es ilustrativa: mientras el litio avanzaba, complejos tradicionales como maíz (US$ 5.175 millones) y carne (US$ 2.492 millones) registraban caídas en sus ventas externas.
Petróleo: segundo complejo exportador
El complejo petrolero-petroquímico aportó US$ 5.650 millones y alcanzó una participación del 14,2% en el total exportado. El incremento interanual fue del 9,7%, consolidando al sector como el segundo complejo exportador del país, por encima de la industria automotriz.

El superávit sectorial llegó a US$ 3.280 millones, un 24% superior al del año pasado, gracias al aumento de exportaciones y a la reducción de importaciones (-5,2%).
La expansión energética responde al desarrollo de Vaca Muerta y al dinamismo de proyectos de crudo y gas natural licuado, que posicionan a Argentina como jugador relevante en el mercado regional.
Proyecciones: la minería como motor
Las perspectivas oficiales son optimistas. “Estimamos que la cifra de exportaciones mineras para el año 2031 puede superar los US$ 20.000 millones”, afirmó recientemente el secretario de Minería de la Nación, Luis Lucero.
El funcionario destacó que “nuestro país, con el litio y el cobre, tiene una importante ventana de oportunidad para ser proveedor en el comercio internacional de estos metales”, reforzando la visión estratégica sobre recursos críticos para la transición energética global.
Lucero puntualizó que los resultados de 2024, por encima de US$ 4.300 millones, estuvieron condicionados por el bajo precio del carbonato de litio, en torno a los US$ 10.000 por tonelada, aunque resaltó que el contraste en volúmenes permitió “equilibrar las cuentas finales de la minería argentina”.