La normativa establece beneficios fiscales y estabilidad por 30 años para las empresas interesadas. Sin embargo, los porcentajes de integración nacional dispararon algunos cuestionamientos en el sector.
La producción de hidrógeno en el país genera expectativas por su potencial, pero debido a la falta de inversiones, es una industria que aún se encuentra en una etapa incipiente. El recurso es clave para avanzar hacia un sistema energético bajo en emisiones de dióxido de carbono, y su demanda a nivel global está en aumento.
En ese marco y con el objetivo de incentivar el desarrollo del sector, el gobierno elaboró un proyecto de ley que le brinde un marco regulatorio a la actividad, y apacigüe las incertidumbre de los potenciales inversionistas. Con la propuesta en Cámara de Diputados desde el lunes, se abrió el debate vinculado a los beneficios y condiciones que contempla.
Las empresas deberán cumplir con un requisito de integración nacional del 35% durante los primeros cinco años
Según relevó el medio +e, los niveles de integración nacional que establece la normativa “pueden ser un peligro”. Desde empresas interesadas en desembarcar en la industria le expresaron al portal informativo que la Argentina tiene que importar muchos componentes para los parques renovables, “por lo que será difícil se llegue a un nivel de componentes locales del 50%”, como indica el proyecto.
Cabe señalar que, durante el Foro Global del Hidrógeno que tuvo lugar en Bariloche el pasado 18 de mayo, el gobierno había adelantado su intención de que el desarrollo de la actividad esté aparejado por la generación de empleo y el crecimiento local. En el evento se expusieron las condiciones favorables que ofrecen los recursos naturales de la Argentina para la producción del hidrógeno y el sector privado evidenció su interés.
En la provincia de Rio Negro la llegada del proyecto al Congreso se recibió de manera positiva, pero advirtieron que es una actividad en la que no se tiene experiencia. En ese sentido, la preocupación de tener porcentajes altos en términos de integración nacional es que la puesta en marcha de la producción se torne impracticable.
Por su parte, desde la Secretaría de Energía de la Nación, consideraron que una parte importante de la ley es justamente promocionar la cadena de valor local. En esa línea, remarcaron que esta cuestión fue tratada en conjunto con la cartera de Industria y que “se va fortaleciendo el conocimiento de la industria a lo largo del paso de los años de la vigencia de la ley.
No es menor indicar que la normativa le otorga a la autoridad de aplicación la posibilidad de evaluar periódicamente el alcance de la integración. Por lo que, en caso de ser necesario, pueden ajustarse los porcentajes a lo que demande la coyuntura.
![Rio Negro, energía eólica](https://i0.wp.com/dinamicarg.com/wp-content/uploads/2023/05/Parque-Eolico-Chubut-1-1.jpg?resize=960%2C540&ssl=1)
Por último, los empresarios locales consultados afirmaron que las cuotas de contenido local «son la única forma de incentivar una incipiente producción nacional». Además, elogiaron el plazo de 30 años de beneficios y estabilidad que establece la Ley, “es muy superadora a la anterior 26.123/06″, concluyeron.
Porcentajes de integración nacional
El proyecto que elevó el oficialismo esta semana contempla una serie de beneficios fiscales y tributarios, para aquellas empresas que deseen invertir en hidrógeno, cualquiera sea su formato (verde, azul o rosa). Si bien los términos son más favorables para el hidrógeno de fuentes alternativas, la estabilidad por 30 años es general.
En cuanto a las condiciones para acceder a los beneficios fijados por la ley, las empresas deberán cumplir con un requisito de integración nacional del 35% durante los primeros cinco años, a partir del comienzo de la iniciativa. En el caso del hidrógeno verde, el porcentaje ascenderá a 45% en el siguiente decenio y al 50% hasta el final del régimen.
En tanto, las cuotas para los proyectos destinados a la obtención de hidrógeno azul van desde el 20%, pasan al 30% en una segunda etapa de cinco años y terminan en el 40%. Finalmente, las plantas de producción de hidrógeno rosa, incluyendo equipos electrolizadores y plantas de generación de energía de fuente nuclear, tienen una exigencia del 30%, 40% y 50%, según cada etapa.