Una cooperativa agroexportadora que agrupa a productores de todo el país desarrolla en su complejo de Timbúes un proyecto inédito para el sector. Prevé la instalación de 2.300 paneles para un sistema que funcionará durante al menos 25 años.
La Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) acaba de marcar un hito en la transición energética del sector agroindustrial. Es la primera agroexportadora del nodo Gran Rosario en apostar por la energía solar en una terminal portuaria.
El proyecto se está desarrollando en el complejo que la entidad opera en Timbúes, a 43 kilómetros de Rosario, y ya cuenta con luz verde oficial para funcionar como Autogenerador en el Mercado Eléctrico Mayorista, tal como lo establece la Resolución 295/2025 emitida por la Secretaría de Energía.
El parque solar representa un avance concreto hacia un modelo energético más sostenible, en línea con los objetivos del programa nacional “Prosumidores”, que impulsa la generación renovable con incentivos para quienes vierten excedentes a la red.
La iniciativa incluye la instalación de 2.300 paneles solares de 665W, cuatro inversores de 350 kW, una sala de control y la conexión al Sistema Argentino de Interconexión (SADI) a través de la Estación Transformadora La Ribera, en articulación con la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe.
Con una potencia instalada de 1,2 MW, se estima que el sistema funcionará durante al menos 25 años.
Desde ACA remarcaron que el parque solar representa un avance concreto hacia un modelo energético más sostenible, en línea con los objetivos del programa nacional “Prosumidores”, que impulsa la generación renovable con incentivos para quienes vierten excedentes a la red.
La instalación se integra a una terminal portuaria que entró en operación en 2022 y que, por su escala, destaca en el mapa agroexportador: tiene capacidad para almacenar 200.000 toneladas de granos, opera con más de 5.000 metros de cintas transportadoras y puede recibir hasta mil camiones en simultáneo.
Con esta obra, ACA —que agrupa a más de 50.000 productores de todo el país— suma una pieza clave en su estrategia de infraestructura sustentable.
Una mirada más amplia: residuos, agua y plástico
Carlos Polidori, licenciado en Higiene y Seguridad, lidera el área dentro del Puerto Timbúes, uno de los cuatro que ACA tiene a nivel nacional y confirmó que la iniciativa no se detiene sólo en la apuesta solar: también trabajan en nuevas estrategias ambientales que apuntan a cerrar el círculo de sostenibilidad.
Uno de los desafíos en marcha tiene que ver con los residuos de cereal que se generan en la planta. “Una vez que se mojan van a disposición final y eso no sólo tiene un costo, sino también un alto impacto ambiental”, explicó.
Frente a eso, están desarrollando un proyecto para darles tratamiento y convertirlos en compost, con la idea de generar un segundo uso a gran escala: “estamos hablando de grandes volquetes”, detalló.

También subrayó otras iniciativas ya en funcionamiento, como la planta de tratamiento de agua. “Se recicla para ser reutilizada”, explicó, y en la actualidad es empleada, entre otras cosas, por los camiones que riegan las calles internas del puerto. Además, están eliminando el uso de plásticos descartables, como platos, vasos y cubiertos.
Para Polidori, todos estos pasos responden a una lógica más integral: “Son avances de los últimos años que se buscan darse con una mirada integral y que no pueden pensarse uno independiente del otro. En cada uno de los proyectos vamos aprendiendo más”.
Emergía distribuida: más de 2.700 usuarios-generadores en red
La experiencia de ACA se inscribe dentro de una tendencia creciente en el país: la expansión de la generación distribuida, con la energía solar al frente como protagonista del cambio.
Según datos actualizados a mayo de 2025 por la Secretaría de Energía, ya son casi 2.800 los usuarios-generadores conectados a la red mediante medidores bidireccionales, con una potencia instalada cercana a los 74 MW.
Este esquema, respaldado por la Ley 27.424 sancionada en 2017, habilita a hogares, pymes, industrias y hasta instituciones públicas a producir su propia energía renovable, consumirla y enviar los excedentes a la red, a cambio de créditos en la factura de electricidad.
El modelo promueve el autoconsumo, pero también contribuye a descomprimir la red en momentos de alta demanda.
Aunque más de la mitad de los usuarios-generadores (56%) proviene del segmento residencial, el peso específico lo tiene el sector comercial e industrial.
En ese espacio se agrupan 1.093 usuarios, responsables de más de 58 MW instalados, es decir, cerca del 80% de la potencia conectada en todo el país.