El proyecto presentado por TGS promete fortalecer la capacidad de transporte con 14 millones de m3 diarios. Economía instruyó a la Secretaría de Energía para que lance la convocatoria. Se estima una inversión de U$S 700 millones.

El Ministerio de Economía ha dado inicio formal a la licitación destinada a la ampliación del Gasoducto Perito Moreno, anteriormente conocido como GNK (Gasoducto Néstor Kirchner), hasta que ese nombre cambiado por el Gobierno, mientras se esperaba este anuncio.

A través de la Resolución 169, publicada en el Boletín Oficial del último miércoles, finalmente se designó a la Secretaría de Energía como supervisora del proceso.

La compulsa, que llevará adelante Energía Argentina S.A. (Enarsa), es para conocer quién operará el proyecto de Transportadora de Gas del Sur (TGS). Se trata de una iniciativa presentada el año pasado que, dada su escala, fue declarada de interés público por el gobierno.

La ampoliación del ahora llamado Gasoducto Perito Moreno será clave para mejorar la infraestructura energética y fortalecer el abastecimiento interno de gas natural.

El plan contempla una ampliación de la capacidad de transporte del gasoducto en 14 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d). Además, se establece la posibilidad de incrementar un volumen opcional de hasta 6 MMm3/d.

La operación del ducto quedará bajo la responsabilidad del adjudicatario del proceso licitatorio, quien se encargará del mantenimiento y gestión del sistema.

La ampliación del ex Gasoducto Néstor Kirchner

El proyecto fue originalmente presentado en junio del año pasado por TGS, la transportista contralada por Pampa Energía y la familia Sielecki. Se estima que la inversión requerida para la ejecución de la ampliación rondará los 700 millones de dólares y será clave para mejorar la infraestructura energética y fortalecer el abastecimiento interno de gas natural.

La iniciativa de TGS fue declarada de interés público nacional y, en consecuencia, la empresa formalizó su adhesión al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).

Ahora, la Secretaría de Energía debe realizar el llamado a licitación formal para que otros interesados puedan presentar sus ofertas y competir en la adjudicación del proyecto.

La resolución estipula que el adjudicatario no solo se hará cargo de la ampliación, sino también de la operación y el mantenimiento del gasoducto y sus instalaciones complementarias. Enarsa deberá ceder la capacidad de transporte al ganador de la licitación una vez concluidas las obras.

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El proyecto de ampliación fue presentado el año pasado.

Uno de los aspectos centrales de la resolución es la renuncia de Cammesa, administradora del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), a ejercer cualquier prioridad sobre la nueva capacidad de transporte que resulte de la ampliación. Vale señalar que es la mayorista quien dispone del gas transportado para abastecer a centrales térmicas en distintas partes del país.

Obras para el autoabastecimiento

El objetivo del proyecto es que los volúmenes adicionales de gas transportado lleguen al nodo Litoral para el invierno de 2026.

Esto permitirá sustituir importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) y gasoil con producción local de Vaca Muerta, con un impacto muy positivo para la balanza energética y la reducción de costos nacionales.

Las obras se dividirán en dos segmentos con distintos marcos regulatorios. La primera parte, con una inversión de 500 millones de dólares, abarca la construcción de tres nuevas plantas compresoras en el tramo Tratayén – Salliqueló bajo la Ley de Hidrocarburos.

La segunda fase, dentro del sistema regulado de TGS, requerirá 200 millones de dólares para la construcción de 20 kilómetros de loops de cañería y una planta de compresión en el Gasoducto Neuba II.

Esta infraestructura permitirá mejorar la distribución del gas hacia el Gran Buenos Aires y el Litoral, reforzando la seguridad energética del país.

Estos trabajos se suman a la inauguración de la Reversión del Gasoducto Norte -que aún no está totalmente operativo- en noviembre pasado.

Aunque con algunos traspies y demoras, finalmente empiezan a retomar ritmo las obras de infraestructura gasífera, fundamentales para alcanzal la anhelada autosuficiencia energética del país.

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