Se trata de la puesta en valor de la estación Palermo. Uno de los aspectos más relevantes era la reapertura permanente del acceso secundario, que hoy solo se habilita en ocasiones puntuales. Las obras iban a complementar las reformas realizadas entre 2020 y 2022.

La Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) declaró fracasada la licitación para la puesta en valor de la estación Palermo del tren San Martín. La iniciativa, que había sido lanzada en octubre del año pasado, contaba con una empresa interesada en ejecutar los trabajos, pero el proceso fue dado de baja por falta de avances concretos.

El proyecto contemplaba una serie de mejoras en la terminal ferroviaria, entre las que destacaban la recuperación y ampliación de los refugios, la rehabilitación del acceso secundario sobre la Avenida Juan B. Justo, la renovación de los sanitarios, el ensanche de la escalera hacia los andenes y el tratamiento de filtraciones, entre otras intervenciones.

Esta licitación formaba parte de un paquete de obras vinculadas a la emergencia ferroviaria declarada por el Gobierno en 2023.

Estas obras iban a complementar las reformas realizadas entre 2020 y 2022 en el acceso principal de la estación, ubicado sobre la Avenida Santa Fe, donde se llevó a cabo una modernización integral del hall, se reubicó la boletería en la planta baja, se instalaron ascensores y se renovaron las fachadas.

Uno de los aspectos más relevantes de la licitación era la reapertura permanente del acceso secundario, que actualmente solo se habilita en ocasiones puntuales. La posibilidad de contar con ambos ingresos operativos hubiera resultado clave para mejorar la fluidez del tránsito de pasajeros y fortalecer la seguridad en la estación, una de las más concurridas del San Martín.

El fracaso de la licitación para la renovación de la estación Palermo refleja el escaso interés de los inversores en el sector ferroviario y la falta de garantías para la concreción de proyectos de Infraestructura.

La emergencia ferroviaria y el tren San Martin

Esta convocatoria formaba parte de un paquete de obras vinculadas a la emergencia ferroviaria declarada por el Gobierno en 2023, tras el choque de dos formaciones en inmediaciones de Palermo. El accidente puso en evidencia el deterioro de la infraestructura y la falta de inversiones en el sector, lo que motivó la reactivación de ciertos proyectos que habían quedado en suspenso por restricciones presupuestarias.

En ese contexto, recientemente se confirmó la compra de tres locomotoras adicionales para la línea, una adquisición que había sido adjudicada en 2021 pero que había quedado estancada. Sin embargo, la situación de las 24 locomotoras en funcionamiento sigue sin resolverse: aunque la reparación de estas unidades fue adjudicada hace más de un año, el contrato con la empresa encargada de los trabajos aún no ha sido firmado, por lo que no hay certezas sobre el inicio de las tareas de mantenimiento.

Reactivación moderada de obras

Tras el accidente sucedido en junio, hubo un impulso en las obras de infraestructura que fue perdiendo fuerza con el correr de los meses. No obstante, Trenes Argentinos reactivó la colocación de cerramientos perimetrales en los sectores Sarandí – Bernal y Ezpeleta – Berazategui de la línea Roca.

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Las obras son complementarias de la licitación para la colocación de cerramientos en tramos remanentes de la línea.

Las obras son parte de un plan más amplio para modernizar la línea con el financiamiento del Banco Internacional de Desarrollo (BID). Los cerramientos llevaban cerca de medio año de parálisis hasta que se registraron las primeras tareas la semana pasada.

Según un comunicado difundido por la operadora ferroviaria, el proyecto en ejecución consiste en “la colocación de 2,8 kilómetros de bloques de barras de hormigón y de rejas metálicas en la zona operativa, con el objetivo de evitar accidentes, cruces clandestinos e incrementar los niveles de seguridad operacional en el sector”, así como a “reducir los robos de cables y las intrusiones”.

Para ello, las tareas a desarrollar incluyen “la delimitación de la zona operativa con la limpieza y nivelación del terreno y el vallado del sector, el replanteo y movimiento de suelo y la instalación del cerramiento compuesto por barras de hormigón armado premoldeadas”.

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