La entidad elevó su estimación para el precio del metal a 9.567 dólares por tonelada hacia fin de 2025, impulsado por la demanda energética global y restricciones de oferta. En contraste, el litio sigue en un escenario de sobreproducción que empuja sus valores a la baja.
Bank of America ajustó al alza su previsión para el precio del cobre en 2025, respaldado por una sólida demanda global y restricciones en la oferta minera.
En su último informe, el banco estadounidense proyecta que el valor del cobre alcanzará los 9.567 dólares por tonelada (4,34 dólares la libra) hacia fin de año, un 7,8% por encima del pronóstico anterior. Actualmente, el metal rojo cotiza en torno a los 9.400 dólares por tonelada, pero durante el año su valor sufrió varias fluctuaciones.
BofA mantuvo su estimación de 10.188 dólares por tonelada para 2026, lo que indica un escenario de crecimiento moderado pero sostenido para el cobre.
El análisis de BofA destaca que, pese a la incertidumbre económica global, la demanda de cobre se mantiene firme, impulsada principalmente por la transición energética, la electrificación de la infraestructura y el repunte del gasto en construcción en países como China y diversas naciones europeas.
Según el banco, la limitada oferta de concentrado a nivel global sigue afectando las tasas de utilización de la capacidad de fundición, lo que refuerza la presión sobre los precios.
China, responsable del 50% del consumo global de cobre, ha registrado en los últimos meses un crecimiento interanual del orden del 3% al 4%, mientras que Europa, que representa alrededor de un tercio de la demanda, comienza a dar señales de recuperación tras varios trimestres de estancamiento.
En ese contexto, BofA mantuvo su estimación de 10.188 dólares por tonelada para 2026, lo que indica un escenario de crecimiento moderado pero sostenido para el cobre.
Escenario complejo para el litio
En cambio, el panorama del litio aparece mucho más complejo. A diferencia del cobre, este mineral enfrenta un escenario de sobreoferta que viene hundiendo los precios.
Según el mismo informe, el valor del carbonato de litio podría cerrar el 2025 en 8.554 dólares por tonelada, lo que supone una caída del 15,5% respecto a la previsión anterior.

Actualmente, el litio ronda los 8.600 dólares por tonelada, un valor que refleja los efectos de la expansión descontrolada de la oferta, especialmente desde China, y la falta de disciplina en la producción global.
Si bien BofA anticipa que la demanda crecerá a un ritmo anual del 15% hasta el final de la década, impulsada por la industria de los vehículos eléctricos, advierte que el mercado está saturado y que, de no haber un ajuste en la oferta, los precios podrían seguir cayendo.
“Sin una mayor disciplina en la producción, los precios podrían caer aún más”, señala el reporte. El banco prevé que, en 2026, el valor del litio se mantenga deprimido, con un precio estimado de 9.500 dólares por tonelada.
Clima de tensión global
El informe también analiza otros factores que podrían influir en la dinámica de los metales en los próximos meses.
Las tensiones geopolíticas, como el conflicto entre Irán e Israel, las fricciones comerciales entre Estados Unidos y China, y los planes de estímulo económico en Europa, aparecen como variables clave que podrían impactar la demanda global, especialmente en el caso del cobre.
Por el lado del litio, la situación es más delicada: mientras las operaciones mineras con márgenes ajustados podrían quedar fuera de juego si los precios siguen cayendo, el banco señala que eventualmente “algo tendrá que ceder”, y las minas menos competitivas serán las primeras en cerrar.
Recién entonces el litio volverá a ser una opción de compra atractiva, cuando la oferta se haya contraído y la demanda continúe su expansión sostenida.
En este escenario, la restricción de oferta aparece como un punto de apoyo para el cobre y como un desafío pendiente para el litio.
Mientras que el primero mantiene su atractivo gracias a su rol clave en la transición energética, el segundo enfrenta una encrucijada: o se ordena la producción global o los precios seguirán alejándose de los niveles de rentabilidad para muchos proyectos.