El 19 de noviembre Sergio Massa y Javier Milei se medirán en la contienda final por la presidencia. Sus definiciones respecto al rol del Estado, Vaca Muerta, las renovables y los subsidios a las tarifas, entre otros ejes sustanciales.
Finalizó una nueva elección para designar al nuevo presidente de la Argentina y se dio un batacazo de cara al balotaje 2023. El actual ministro de Economía, Sergio Massa terminó primero con el 36,7% de los votos, sumando 15 puntos a su resultado de las PASO. El segundo lugar quedó para La Libertad Avanza, el partido del economista Javier Milei que se mantuvo con el 30% que obtuvo en las primarias.
Ya con Juntos por el Cambio fuera de la carrera, tras quedar terceros con el 23,8%, el sillón de la Casa Rosada se definirá en segunda vuelta en noviembre. Hasta entonces, cabe poner la lupa sobre el programa que prevé cada uno para la gestión del sector energético.
El candidato de Unión por la Patria basa sus propuestas sobre la continuidad de la gestión energética del último año, con la consolidación en su equipo de las secretarias Flavia Royón (Energía) y Fernanda Ávila (Minería), el titular de Enarsa, Agustín Gerez, y el titular del Enre, Walter Martello, entre otros.
Sergio Massa trazó de manera explícita su hoja de ruta energética a partir del impulso del sector hidrocarburífero y minero, como dos de los sectores productivos generadores de divisas por exportación y con un amplio potencial de agregado de valor por la industrialización futura de los recursos.
Su actual plan de trabajo busca tener una continuidad con las obras de infraestructura necesarias para apuntalar un fuerte crecimiento del sector, con la ampliación de la red de gasoductos, oleoductos y de transmisión eléctrica.
A mediano plazo asoman el impulso y la generación de condiciones para los mega proyectos de producción de hidrógeno y de Gas Natural licuado, que requerirán millonarias inversiones del exterior.
Por su parte, Javier Milei tiene como referente para el sector a Eduardo Rodríguez Chirillo, un abogado argentino especializado en privatizaciones y desarrollo privado del sector.
La plataforma electoral de La Libertad Avanza fue bien recibida por el sector, aunque las dudas en torno de algunas declaraciones del candidato presidencial –especialmente en torno de las políticas ambientales y las energías renovables– no son menores.
Recientemente, Chirillo destacó que el objetivo del espacio es cumplir con los contratos firmados, pero iniciar una fuerte reforma del sistema, potenciando las importaciones y exportaciones y ajustando las tarifas a sus valores internacionales –aunque manteniendo subsidios a consumidores necesitados-.
Uno de los puntos destacados es la posibilidad de privatizar YPF y Enarsa. Sin embargo, en el espacio de Milei aseguran que “primero se deben ordenar las unidades de negocios. Hoy existe YPF, YPF Litio, YPF agro, YPF luz”. Y destacan la capacidad técnica de Cammesa, a la que buscam reconvertir en un ente de control.
Vaca Muerta
A partir del concepto de seguridad energética, autoabastecimiento y transición energética, desde el espacio de Massa adelantan que buscarán elevar la productividad de Vaca Muerta, promoviendo el desarrollo del gas natural para llegar a todo el territorio nacional con la concreción de los Gasoductos Néstor Kirchner (Etapa II), reversión del Gasoducto del Norte, y la culminación del Gasoducto del Noreste.
El gas es reconocido en esta política energética como combustible de transición para la región y el mundo. De la misma manera, se prevé el impulso de la exportación de petróleo (por lo pronto con la reducción de retenciones a las exportaciones incrementales).
En una ventana de oportunidad más acotada que el gas, el shale oil será un recurso estratégico a aprovechar para lograr una balanza fuertemente superavitaria ya en 2024.
Con un rol central de YPF en la promoción de proyectos e inversiones, Vaca Muerta podría llegar a triplicar su producción en dos o tres años y alcanzar el millón de barriles NOC, y a la vez potenciar el crecimiento de la industria de bienes y servicios.
Sobre el aprovechamiento de los recursos no convencionales de Vaca Muerta, Milei ha dejado entrever un fuerte respaldo a la actividad orientada al mercado exportador y como fuente de inversiones y divisas.
Su postura económica general anticipa que el desarrollo de la formación neuquina quedará a cargo y riesgo de privados, en particular las obras de infraestructura como lo fue el gasoducto Néstor Kirchner, teniendo en cuenta que los dueños de los recursos son las provincias.
También permite anticipar la eliminación de las retenciones a las exportaciones de petróleo (en la actualidad del 8%), el reconocimiento del precio interno alineado a la paridad de importación; y la privatización de YPF, que en la última década fue el principal motor del desarrollo de Vaca Muerta.
Chirillo prometió “garantizar el suministro, pero sin perseguir el autoabastecimiento”, confirmando que las obras de infraestructura dependerán del interés del sector privado en su concreción, y estarán orientadas a la exportación.
Energías renovables
A partir de la necesidad de infraestructura eléctrica para permitir el desarrollo de la generación renovable, el programa de Massa daría continuidad a la actual gestión, que tiene en marcha un programa de ampliación de la red.
Eso permitirá la ampliación de la capacidad renovable mediante licitaciones de adjudicación de potencia en distintas regiones del país, supliendo fuentes de generación menos sustentables y menos eficientes.
Se anticipa que dará lugar al financiamiento mixto y al fortalecimiento de la inversión privada en el Mater, y en los mega proyectos de hidrógeno de bajas emisiones para los cuales impulsa un marco normativo específico.
El acceso de divisas se mantendrá condicionado a regímenes promocionales de inversión hasta tanto se normalice la macroeconomía.
Por el lado de Milei y a pesar de sus declaraciones contra el cambio climático, sus propuestas fueron definidas como sólidas en favor de las Energías Renovables en los encuentros que compartió con referentes privados del sector.
Se abre la incógnita sobre el desarrollo de estas nuevas fuentes de energía, y se podría anticipar que su impulso no llegaría con promoción pública como el programa Renovar sino por el mercado a término (MATER).
La postura de Milei sobre el ambiente reflejada en los debates presidenciales parte de una idea macro de descreer del cambio climático, que adjudica el calentamiento glob al a ciclos de la naturaleza y no a la actividad humana.
Su propuesta de retirarse de la agenda 2030 que implica no adherir a compromisos internacionales de descarbonización surgidos del Acuerdo de París, tendría una fuerte implicancia política, pero el candidato se ocupó que no implicará una desvalorización de las fuentes de generación renovables.
En el espacio, eso sí, destacan la relevancia de permitir que los privados hagan acuerdos para su propia generación e integración energética, con menor o nula participación del Estado.
Subsidios y tarifas
En Unión por la Patria, la continuidad asoma como la línea de acción para las tarifas y subsidios energéticos, con la profundización del esquema de segmentación de acuerdo a los niveles de ingresos. El tema es uno de los puntos siempre presentes en la discusión con el FMI y volverá a serlo en caso de una revisión del acuerdo.
Hasta entonces se espera la continuidad de los aumentos reales (por sobre la inflación) para los denominados segmentos N1 y N3 y el sostenimiento de la tarifa social para los usuarios N2. Ya está anunciada para 2024 la revisión tarifaria integral para el mercado eléctrico, suspendida desde la declaración de la pandemia.
En materia de combustibles se avizora que continuará el desacople del precio interno con la paridad de exportación, lo que implica el sostenimiento del barril criollo con el que operan productoras y refinadoras.
En los surtidores, el problema es el congelamiento vigente -ya en duda a partir de aumentos en los últimos días- que acumuló un retraso de precios, al igual que la postergación durante los últimos dos años del Impuesto a los Combustibles Líquidos.
Por su parte, Milei expresó un fuerte rechazo a los subsidios a la demanda y comprometió su revisión para que los recursos del Estado se orienten a los usuarios que lo necesiten, lo que a su entender haría más eficiente el gasto.
“Podemos ver lo que pagan en dólares oficiales, con valores a mayo, los tres niveles (ingresos altos, medios y bajos). No puede ser que una factura de luz se pague cinco dólares a valor oficial y fíjense los otros valores en pesos que casi lo equiparan”, señaló uno de sus referentes en un encuentro con empresarios del sector energético.
También se podría adelantar que en materia de combustibles, un eventual gobierno libertario retomará un camino de convergencia hacia los valores internacionales de las naftas y el gasoil, acorde con la propuesta de dolarización, y más aún si no se tiene como referencia el rol de YPF bajo control estatal, empresa que representa más del 50% del mercado.
También eliminarían tributos que consideran distorsivos, como el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono.
