La gestión de los almacenes logísticos juega un rol clave y deben contar con un alto grado de planificación y agilidad operativa para que toda la actividad esté a la altura de los estándares de la industria.

Una cadena de suministros dinámica y resiliente es fundamental para tener una operación logística competitiva en una coyuntura que les exige cada vez más a las compañías del rubro. Para ello, cada eslabón debe maximizar su eficiencia apalancándose en las tecnologías que mejor se adapten a sus necesidades.

Este escenario se complejiza a medida que crece el volumen y la diversidad de productos que pasan por el almacén, que presentan sus propias demandas y requerimientos. Por ello, hay una gran variedad de almacenes que se categorizan en base a los bienes que gestionan, su ubicación geográfica y sus dimensiones (entre otras cosas).

Si bien hay cada vez más especificaciones en las funciones que allí se ofrecen, todos deben contar con una serie de servicios comunes como la recepción de materiales, el mantenimiento de mercancías, el control de inventario y contabilidad, la gestión de stock, la preparación de pedidos y el despacho de materiales.

En esa misma línea, vale marcar que también existen objetivos comunes a todas las empresas, como agilizar las entregas, reducir los costos, maximizar el espacio y minimizar las operaciones de manipulación y transporte.

En la última década, contar con innovaciones de vanguardia se ha vuelto el eje central para optimizar toda la cadena, pero han impactado de lleno en la gestión de los almacenes.

Un aspecto decisivo para alcanzar estas metas es la incorporación de nuevas tecnologías que deben ser cuidadosamente seleccionadas para el espacio en el que van a implementarse. En la última década, contar con innovaciones de vanguardia se ha vuelto el eje central para optimizar toda la cadena, pero han impactado de lleno en la gestión de los almacenes.

Transformación tecnológica en los almacenes logísticos

La introducción de herramientas cada vez más avanzadas que optimizan las operaciones, aumentan la eficiencia y mejoran la precisión en las tareas cotidianas es ya una moneda corriente en el sector.

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Cada vez más la tecnología forma parte de los procesos de gestión de almacenes logísticos.

La automatización mediante el uso de inteligencia artificial, sistemas de trazabilidad que monitoreen el estado y ubicación de los productos, bots dedicados al software e incluso a tareas de picking dejaron de ser novedad.

Estas soluciones no solo permiten un manejo más ágil del inventario, sino que también se adaptan a las exigencias de un sector que demanda una respuesta rápida y eficiente a los cambios.

En grandes gigantes de la logística dentro de nuestro país se combina el uso de drones para ubicar fácilmente los productos con cámaras que además de ofrecer imágenes para el seguimiento visual aportan datos.

Quien está a cargo del almacén puede pedir la información sobre cuánto tiempo estuvo cada paquete en cada sector durante su traslado, qué trabajadores intervinieron en el mismo, cuál fue la zona donde más demoró su movimiento, etc.

El uso de brazos robotizados, que acomodan en un tiempo menor y con gran precisión los paquetes en un almacen o cinta transportadora también se va volviendo habitual.

Sin embargo, es igual de importante hacer un cuidadoso análisis de qué herramienta se implementa en base al tipo de almacén que gestiona el operador logístico.

Es cierto que existen innovaciones como los sistemas de gestión de almacenes logísticos, conocidos como WMS, que son la columna vertebral de la operación logística moderna y su incorporación beneficia a prácticamente cualquier centro de distribución.

Un WMS avanzado se integra con otras plataformas, como los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP), lo que permite una visibilidad total de los inventarios y los flujos de trabajo en tiempo real. Esta conectividad asegura que las decisiones operativas se tomen basándose en datos precisos, lo que minimiza el error humano y optimiza el uso del espacio y los recursos.

Para empresas no tan grandes, el uso de sistemas digitales de gestión es una gran solución, y apuestan al desarrollo de la inteligencia artificial para analizar por ejemplo su estructura de costos o su sistema de gestión de cobros y detectar posibles mejoras.

IA, robótica, IoT y realidad aumentada

La automatización en los almacenes ya es una realidad, y los robots juegan un papel crucial en este avance. Desde robots autónomos que trasladan mercancías por el almacén hasta brazos robóticos que ayudan en tareas de clasificación y empaque, el impacto de esta tecnología es notable.

Almacenes inteligentes
El uso de robots autónomos y sofware automatizan las operaciones en los depósitos logísticos.

Los vehículos guiados automatizados (AGV, por sus siglas en inglés) y los robots colaborativos (cobots) permiten aumentar la productividad mientras reducen el riesgo de errores y accidentes. Al automatizar tareas repetitivas y físicamente exigentes, se libera a los trabajadores para enfocarse en actividades de mayor valor agregado.

En tanto, el IoT (internet de las cosas) en los almacenes logísticos permite una supervisión en tiempo real de las condiciones y ubicaciones de las mercancías. Sensores conectados proporcionan información crucial sobre la temperatura, humedad o incluso la ubicación precisa de un ítem dentro del almacén, lo que facilita una gestión de inventario más eficiente y precisa.

Un WMS avanzado se integra con otras plataformas, como los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP), lo que permite una visibilidad total de los inventarios y los flujos de trabajo en tiempo real

Estos dispositivos también pueden integrarse con sistemas de seguridad para proteger tanto los bienes como al personal.

La inteligencia artificial, por su parte, se utiliza cada vez más para la toma de decisiones automáticas en almacenes, como la optimización de rutas de picking y la predicción de demandas de inventario.

Algoritmos de IA pueden analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones y hacer predicciones precisas, lo que permite anticipar necesidades de reabastecimiento, minimizar tiempos de espera y mejorar la distribución del espacio en el almacén.

Además, la IA puede integrarse con sistemas de visión por computadora para mejorar la precisión en tareas como el reconocimiento de productos o la inspección de calidad.

Por último, la realidad aumentada ha comenzado a incorporarse en los almacenes mediante el uso de gafas inteligentes y dispositivos móviles. Estas herramientas son las más novedosas del mercado y permiten que los trabajadores visualicen información en tiempo real sobre el inventario o las instrucciones de picking sin necesidad de usar dispositivos adicionales.

Esto no solo mejora la velocidad de las operaciones, sino que también reduce los errores y facilita la capacitación de nuevos empleados.

Adaptación de tecnologías a distintos tipos de almacenes logísticos

La elección de la tecnología adecuada para los almacenes logísticos dependen de un gran número de características en base a la naturaleza de los productos que gestiona, su ubicación geográfica, sus funciones primarias, su estrategia de almacenamiento, y la administración jurídica que le corresponde, entre otras cuestiones.

Cada uno de ellos puede favorecerse en mayor o menor medida de la tecnología, pero también puede ser perjudicado o no ver mejoras si la herramienta seleccionada no es la correcta.

Es prácticamente inabarcable hacer un análisis exhaustivo de todas las categorías, pero pueden resumirse en cuatro grandes tipos en base a su distribución.

Depósitos logísticos, Logística y distribución
Los almacenes logísticos eligen su tecnología en base a sus necesidades y posibilidades.

Los almacenes centrales o reguladores (distribución) son enormes espacios logísticos que se ubican estratégicamente cerca de los centros de fabricación.

Su función principal es gestionar grandes volúmenes de mercancías y sirven como punto central desde donde se distribuyen productos a almacenes más pequeños para una entrega localizada. Esta clase de espacios son los principales beneficiarios de los sistemas robóticos y la implementación de IA.

Por un lado, al contar con grandes dimensiones de espacio, los bots pueden establecer sus recorridos con mayor facilidad y se reduce la posibilidad de que se produzcan colisiones o aparezcan problemas de movilidad.

Sin embargo, incorporar tecnología de realidad virtual puede tener un efecto contraproducente, dada la cantidad de información, productos y procesos que se dan en simultáneo.

En cambio, los almacenes de tránsito que funcionan como eslabón entre los grandes centros de distribución y los consumidores finales (cuando la distancia es muy amplia) no son ideales para incluir sistemas robóticos avanzados ya que suelen tener espacios más pequeños y demandan de más velocidad y flexibilidad que los almacenes centrales.

En ese aspecto, contar con una mayor intervención humana es clave, pero también lo es tener un monitoreo total de los productos. En estos espacios implementar soluciones IoT o automatizar procesos administrativos con IA es la mejor opción para ganar competitividad.

Uno de los almacenes logísticos que presenta una gran complejidad son los depósitos cross docking, que consisten en centros de distribución en los que se efectúan transferencias directas de mercancías de camiones entrantes a otros que salen.

Usualmente, durante una operación típica de cross docking se reciben mercancías de diferentes proveedores, se clasifican y consolidan de acuerdo a su destino. Luego, son cargadas en los camiones de salida que las transportarán directamente a su destino, sin necesidad de gestión ni de almacenamiento adicional.

Las operaciones en estos centros son las más complejas por lo que el monitoreo de las entradas y salidas, de los productos en stock y el estado de los mismos, es fundamental. Estos almacenes se ven particularmente beneficiados de un sólido sistema WMS y pueden ser un gran espacio para la incorporación de realidad aumentada.

Por último, están los almacenes temporales que son indispensables durante periodos de alta demanda, ya que gestionan stocks adicionales durante breves períodos de tiempo, evitando roturas de stock en la cadena de suministro y garantizando una respuesta efectiva a la demanda fluctuante.

En estas estructuras no tiene mucho sentido una gran inversión en robótica o realidad virtual, pero si pueden beneficiarse de IAs predictivas que evalúen posibles cambios en la cadena y de sistemas IoT que mantengan un análisis en tiempo real del estado de las mercancías que pueden estar en el centro durante largos períodos de tiempo.

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