Es la segunda vez que venden un token digital y vinculan su valor a recursos minerales en San Juan. La primera vez fue la empresa de Leonardo Cositorto, condenado por estafa, y ahora una firma que asegura que tiene resguardo de valor en litio.
Atómico 3 se lanzó al mercado con un token digital que asegura que tiene respaldo en reservas de litio en Mogna, San Juan. Con diferencias clave entre un caso y el otro, esta nueva noticia generó alerta en el sector minero. Tanto así que la CAEM y la Cámara Minera de San Juan salieron con un comunicado a poner en duda los proyectos de este tipo.
Puede que se trate de un caso de mal recuerdo, ya que la última vez que una empresa ofreció criptomonedas con respaldo minera fue Zoe Cash, la moneda de Leonardo Cositorto, el empresario hoy condenado por estafas por Generación Zoe.
Más allá del token o criptomoneda, lo que las cámaras mineras salieron a criticar fue la falta de datos al respecto de estas reservas que estarían respaldando su valor.
En su momento, aseguraba tener una mina de oro a punto de producir en San Juan, lo que luego se descubrió que era falso.
En su momento, esta empresa mostró videos de “maquinarias”, que los técnicos no pudieron identificar como de tipo minera, de una “boca de mina” y hasta de supuestos trabajadores, que desde los sindicatos no lograron identificar.
Todo fue probado falso, nunca hubo explotación y el lugar que visitaban era un yacimiento de oro descubierto en los 80, concesionado a otra persona, que estaba en actividad.
Qué se sabe sobre Atómico, el token de litio
Los dos lanzamientos tienen sus diferencias y el de Atómico 3 está lejos de las sombras que cubrían al de Zoe Cash. Pero lo cierto es que las cámaras empresariales mineras consideraron el caso lo suficientemente llamativo como para salir a dar la alerta, aunque sin nombrar la iniciativa.
En el comunicado optaron por un tono general y dijeron que las inversiones “suponen un riesgo que debe ponderarse y recomiendan encarecidamente que, en cada caso, el inversor verifique la empresa promotora”.
El CEO y cara visible de Atómico 3 es Pablo Rutigliano, quien no es un desconocido para el sector minero o empresarial. En su currículum está ser el creador de la Cámara Latinoamericada de Litio.

Además, cuando la gestión de Javier Milei no definía quién iba a encabezar la Secretaría de Minería, él mismo dijo que estaba entre los candidatos.
En el currículum que está dentro de la web de la Cámara Latinoamericana, detalla que tiene 20 años de experiencia en el mercado de capitales. No hay un detalle de qué empresas, si son proveedoras u operadoras mineras, integran la institución. En la misma solo listan a los integrantes del directorio.
Rutigliano es quien aparece mediáticamente a respaldar el proyecto, tanto en notas como a través de publicaciones en redes sociales. En X (ex Twitter), le contestó y criticó a las cámaras mineras. Nos encontramos con instituciones que en lugar de defender los intereses de nuestros recursos estratégicos, prefieren viajar a Toronto”, señaló.
Las reservas de litio, el motivo del cruce
Más allá del token o criptomoneda, lo que las cámaras mineras salieron a criticar fue la falta de datos al respecto de estas reservas que estarían respaldando su valor.
En el comunicado formal, señalaron que es “crucial que estos proyectos cuenten con estudios técnicos geológicos, económicos y financieros, siguiendo estándares internacionales, que certifiquen la existencia de reservas y recursos con entidad suficiente para ser considerados activos”.
La definición en esa instancia fue técnica, ya que lo que piden es que se tengan en cuenta los procedimientos mineros habituales, que en prácticamente toman años de trabajo y millones de dólares en inversión.
Además de esta versión en el comunicado, fue el presidente de la Cámara Minera de San Juan, Ricardo Martínez, quien habló en medios de la provincia y dijo que consultaron con las autoridades y no encontraron datos que respalden que haya recursos ya evaluados de litio.
Ante esto, Rutigliano también respondió y dijo que las autoridades empresariales “sin respaldo ni fundamentos científicos, han intentando desacreditar el impecable trabajo realizado por el equipo de la Universidad de San Juan (sic)”.
En la misma línea, publicó en el instagram de la empresa Atómico 3 un video en el que muestra fragmentos del informe. El mismo no está firmado por la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), sino por la empresa exploradora sanjuanina GMI Inversiones SA.
Sí hay un informe realizado en el Instituto de Investigaciones Mineras de la UNSJ. Este es el que cita el empresario a la hora de asegurar, en un video en Instagram que “sí hay litio en San Juan”.

Allí los técnicos del laboratorio analizaron las cuatro muestras obtenidas de forma superficial por la firma exploradora en distintas zonas de un salar de Mogna. Los resultados indican presencia de entre 12 y 17 microgramos de litio por gramo de muestra.
Desde el instituto de la universidad aclararon que no se hacen responsables por la metodología de obtención de muestras, ya que no participaron.
En cuanto a qué implican los valores encontrados, fuentes del sector minero aseguraron que las minas de litio suelen ser rentables cuando en los salares dan con valores “entre 100 y 200 microgramos por gramo de muestra”. Agregaron que en la actualidad la ventana de rentabilidad “es cada vez menor, por cómo han ido cayendo los precios” del metal.
A pesar de esto, un geólogo, que prefirió explicar el escenario en off a Dinamicarg, dijo que “un muestreo de cuatro puntos en el inicio de la prospección que da esos números no necesariamente quiere decir que sirve, solo que todavía falta mucho para determinar si hay valor”.
Esto quiere decir que sí hay litio en San Juan, como explicó el empresario de Atómico 3. Pero todavía resta determinar si es un yacimiento que pueda ser interesante de explotar. La misma empresa contratada para el muestreo, GMI Inversiones, aclaró al final del informe que deberían avanzar primero en una exploración propiamente dicha (con más puntos y perforaciones) para conocer si hay recursos, para luego pasar a la factibilidad.