Lo señala un informe de la consultora Economía & Energía. Las proyecciones de ingreso de dolares por exportaciones de crudo ya se reducen, en un momento sensible en lo que hace a disponibilidad de divisas para el país.
El precio internacional del petróleo cayó en picada en abril, y la baja se intensificó este lunes con un retroceso adicional del 5%, llevando la cotización en torno a los 56 dólares, mínimo desde la pandemia. Aunque este martes los precios operaron con un leve repunte, el desplome encendió señales de alerta en el sector energético argentino, que enfrenta un escenario complejo y lleno de incertidumbres.
Desde que comenzó el año, el Brent retrocedió cerca de un 20% y el WTI acumula una baja superior al 19%, tocando valores que no se veían desde enero de 2021.
Según la consultora Economía & Energía, la brusca caída en abril de más de 12 dólares por barril en una sola semana —de 77,8 a 64,9 U$S/bbl— podría tener efectos considerables sobre los ingresos del país, las inversiones proyectadas y la entrada de divisas. Y a eso habría que sumarle lo de este comienzo de mayo.
“El comportamiento del precio del crudo afecta de forma directa el ritmo de inversión y el dinamismo del sector energético. La caída de ingresos podría comprometer no solo las exportaciones, sino también la capacidad de sostener la actividad y el empleo”, destacó el informe.
Dos factores explican este sacudón. Por un lado, el anuncio del “liberation day” por parte de Donald Trump generó incertidumbre sobre una posible desaceleración económica global.
Por el otro, la OPEP+ decidió adelantar el fin de sus recortes de producción, lo que reavivó el temor a una sobreoferta en un mercado que ya venía debilitado.
Con todo, cuando se produjo el primer cimbronazo, desde YPF salieron a bajar el tono de la preocupación. Horacio Marín, presidente y CEO de la petrolera estatal, aseguró: “Obviamente ganaremos menos, pero no vamos a perder”, aseguró, y afirmó que Vaca Muerta puede desarrollarse incluso con un barril a 45 dólares. Pero cada paso atrás cuenta.
Si el crudo se mantiene en torno a los 69 U$S/bbl, como ocurrió durante el primer bimestre de 2025, el ingreso total del sector petrolero argentino rondaría los 19.300 millones de dólares.
Pero cada baja de 5 U$S/bbl implica una pérdida de U$S 1.400 millones, lo que equivale al 13% de las inversiones previstas para el upstream este año, estimadas en U$S 11.100 millones.
Exportaciones: impacto directo en las divisas
En 2024, las exportaciones de crudo representaron el 60% de todas las ventas externas del sector energético argentino. Con un precio promedio de 80 U$S/bbl, generaron U$S 5.473 millones.
Durante el primer trimestre de 2025, el precio de exportación cayó a 75 U$S/bbl y se exportaron en promedio 218 mil barriles diarios. Si esta tendencia se sostiene, el ingreso anual rondaría los U$S 5.933 millones.

Pero una nueva caída de 10 U$S/bbl recortaría unos U$S 800 millones en divisas. Y si esa baja viene acompañada por una desaceleración de la producción y la actividad, el golpe sería mucho más severo.
Con una economía que depende fuertemente del ingreso de divisas por exportaciones energéticas, las señales del mercado preocupan. La volatilidad internacional amenaza con frenar inversiones y pone en jaque la sostenibilidad de la actividad.
“El comportamiento del precio del crudo afecta de forma directa el ritmo de inversión y el dinamismo del sector energético. La caída de ingresos podría comprometer no solo las exportaciones, sino también la capacidad de sostener la actividad y el empleo”, destacó el informe.
El impacto en la rentabilidad
Según el informe, puertas adentro, también hay señales de alerta. Desde mayo, YPF decidió bajar un 4% los precios de naftas y gasoil. A eso se suma la no actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos.
Ambas medidas buscan contener la inflación, pero afectan directamente la rentabilidad del sector hidrocarburífero.
Además, el precio interno del crudo se ajustó al valor de paridad de exportación, lo que complica aún más la rentabilidad de las compañías que ya operan con márgenes estrechos en un contexto global volátil.
Tensión en la OPEP+ y freno a nuevas perforaciones
Economía & Energía también advierte sobre tensiones dentro de la OPEP+. A principios de abril, el cartel incrementó de manera imprevista su producción en 411 mil barriles diarios para mayo.
El objetivo: enviar un mensaje claro a los países que venían excediendo sus cuotas. La decisión, aunque busca disciplinar internamente, podría agravar la sobreoferta global y sostener la presión bajista sobre los precios.
Estados Unidos sigue siendo el mayor productor mundial gracias al shale oil. Pero si los precios se mantienen por debajo de los 65 U$S/bbl, muchas pequeñas y medianas operadoras podrían congelar nuevas perforaciones, ya que su punto de equilibrio es más alto.