La medida es parte del Plan de Acción Climática 2050 e impulsa la neutralidad en las emisiones de carbono en el transporte público. Se prevé una transición gradual acompañada. Será clave que lleguen inversiones en infraestructura de carga.
A partir del 1º de enero de 2027, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires incorporará exclusivamente colectivos eléctricos o Gas Natural Comprimido (GNC) al sistema de transporte público. Así se oficializó mediante la Resolución 111/SECT/25, publicada en el Boletín Oficial porteño.
De acuerdo al texto, la medida responde a lineamientos del Plan de Acción Climática 2050. El programa propone «reducir las emisiones mediante la transición energética del transporte y la generación distribuida, el uso racional y más eficiente de la energía, el fomento de la economía circular y la gestión inteligente de los residuos».
Las unidades diésel que cuando entre en vigencia la disposición ya estén en circulación podrán seguir operando hasta alcanzar el límite máximo de antigüedad permitido.
El mayor desafío es que casi la totalidad de los colectivos que hoy circulan en la ciudad utilizan gasoil como combustible. Por ello, las autoridades optaron por darle un impulso legislativo a los medios de transporte que emplean una propulsión menos contaminante.
Desde la Secretaría de Transporte de la Ciudad remarcaron los resultados obtenidos por las unidades eléctricas que entraron en circulación hace unos meses. Asimismo, aclararon que las unidades diésel que ya estén en circulación podrán seguir operando hasta alcanzar el límite máximo de antigüedad permitido.
Esta cláusula introduce un mecanismo de transición gradual, evitando interrupciones en el servicio mientras se incorporan las nuevas tecnologías. A su vez, se establece que toda unidad nueva habilitada desde 2027 deberá cumplir sin excepciones con los nuevos criterios tecnológicos.
El desafío de la infraestructura de carga
Una de las claves para la implementación será la adecuación de infraestructura, tanto para carga eléctrica como para abastecimiento de GNC.
En el caso de los colectivos eléctricos, se prevé la instalación de electrolineras con capacidad de carga rápida, mientras que para los impulsados a gas se desarrollarán estaciones cautivas en las cabeceras de línea, equipadas con sistemas específicos de compresión y almacenamiento. La planificación contempla que estas inversiones acompañen el recambio progresivo de flota.

El documento oficial no establece aún metas intermedias entre el presente y 2027, pero anticipa que se seguirán desarrollando pruebas piloto y que se mantendrá el monitoreo técnico de las unidades en circulación.
El objetivo, según señalaron desde Transporte, es garantizar que el sistema llegue preparado al momento de entrada en vigencia de la nueva normativa, sin afectar la calidad del servicio ni la cobertura.
Desde el punto de vista tarifario, la Ciudad ya ha desarrollado esquemas específicos para estimar los costos operativos de las nuevas tecnologías. Las metodologías diferenciadas permitirán establecer tarifas de referencia que contemplen la eficiencia energética y el impacto ambiental de los vehículos eléctricos y a GNC.
Los nuevos colectivos eléctricos de la CABA
El texto también recoge la experiencia de la prueba piloto de Movilidad Urbana de Buses Eléctricos (MiniMUBE), con colectivos a propulsión 100% eléctrica que circulan por el microcentro.
«Si bien este novedoso servicio aún no cuenta con resultados definitivos, en esta primera etapa de implementación, se observa una positiva aceptación por el público usuario, transportando el primer mes 65.000 pasajeros, con una valoración positiva del nivel del servicio por encima del 90%”, señala la resolución.
La primera prueba comenzó en mayo con resultados muy positivos en varios aspectos. Según informaron las autoridades porteñas, su implementación vio “reducido los niveles de ruido en el microcentro y casco histórico de la Ciudad, mejorando la accesibilidad y conectividad con el resto de la red, sin emisiones de gases de efecto invernadero».