La petrolera nacional anticipó que este año desembolsará 3.000 millones de dólares en la formación neuquina, que privilegia por sobre las cuencas maduras para incrementar la exportación y obtener mejores resultados.
El plan 4×4 de YPF pone segunda con el anuncio de las inversiones que se proyectan para el 2024 en Vaca Muerta, donde este año será una vez más la operadora con mayores desembolsos, por lejos.
La petrolera estatal que desde diciembre conduce Horacio Marín realizará inversiones hostóricas en el shale de la Cuenca Neuquina mientras negocia con las provincias patagónicas la devolución de los yacimientos maduros.
La empresa destinará un total de 5.000 millones de dólares para todas sus operaciones en el país, de los cuales 3.000 millones estarán focalizados en la formación insignia. Esta distribución se enmarca dentro de la estrategia planteada por la nueva gestión, que se divide en cuatro pilares.
La estrategia apunta a concretar el proyecto de exportación de GNL con la construcción de una gran planta de licuefacción.
El plan tiene como primer objetivo elevar la producción de la compañía en Vaca Muerta para pasar de 97 mil barriles de petróleo por día (el promedio de 2023) a 250 mil en 2027, de los cuales un 80% serán provistos por el no convencional.
En paralelo, la empresa avanza con su segundo pilar, que consiste en reevaluar los activos menos rentables.
El adiós a las cuencas maduras
El declive de la producción en los yacimientos maduros perjudicó en casi 1.800 millones de dólares el resultado operativo de la empresa, pero se espera que los resultados positivos se disparen en el mediano plazo.
El primer paso en esa dirección fue la aprobación por parte del Directorio de un plan de optimización para las áreas que posee la empresa.
“El plan contempla la salida de más de 50 bloques convencionales, que representan el 60% de la producción de petróleo convencional y el 40% de la producción de gas convencional y menos del 1% del EBITDA de la compañía”, indicaron.
A través de esta medida, la firma espera reducir el lifting cost en un 50% en los próximos dos años y así redirigir unos 800 millones de dólares de inversiones al desarrollo de Vaca Muerta, donde tiene un retorno sobre la inversión mucho mayor.
El tercer pilar de la estrategia apunta a maximizar la eficiencia en los procesos de perforación y fractura de pozos. En este punto YPF tiene como objetivo una mejora del 10% y 15%, respectivamente, en un plazo de dos años.
Eso se lograría mediante la automatización, estandarización de procesos y la incorporación de nuevas tecnologías.
Asimismo, le petrolera nacional espera potenciar su negocio del downstream en un 10% y mejorar los niveles de procesamiento en las refinerías. Así, se podrían reducir costos operativos que le permitan ampliar los márgenes del negocio en hasta 3 dólares por barril en 2027.
Por último, la estrategia apunta a concretar el proyecto de exportación de GNL con la construcción de una gran planta de licuefacción.
La idea inicial es que tenga capacidad para exportar unos 15.000 millones de dólares anuales a partir de 2032, cuando alcanzaría su máximo volumen, en una alianza con otras empresas con las que ya empezaron a conversar. conversaciones.
YPF y un balance 2023 con pérdidas
En el balance del año pasado presentado el último miércoles por la compañía de bandera, se destaca la pérdida neta de 1.277 millones de dólares. Esta caída contrasta con el beneficio alcanzado en 2022, que había sido de 2.234 millones de dólares.
Además, de acuerdo con los estados contables difundidos desde YPF, en 2023 se registró una pérdida operativa de 1.248 millones de dólares, desde un beneficio operativo por 2.482 millones de dólares en el período anterior.
La compañía obtuvo el año pasado un resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado positivo de 4.058 millones de dólares, con una bajada del 18% con respecto al año anterior, producto principalmente de menores precios de combustibles medidos en dólares y un contexto de alta inflación en Argentina, que impactó en los costes operativos.
En tanto, los ingresos anuales de la petrolera ascendieron a 17.311 millones de dólares, con una retracción interanual del 8%.
Por último, YPF precisó que su deuda neta ascendía a finales del 2023 a 6.803 millones de dólares, con un aumento interanual del 13%.